Los criterios ESG hacen referencia a los tres aspectos que se miden en el ámbito de la inversión socialmente responsable: el respeto por el medioambiente, los factores sociales y la buena gobernanza
Las compañías se marcan el objetivo de extender la ESG a las diferentes áreas de actuación para afrontar no sólo el cambio climático, sino también la exigencia de diversidad en sus equipos