El decálogo de recomendaciones de IOSCO para los rating ESG

Aboga para que los supervisores nacionales controlen estas calificaciones y a las empresas emisoras. Pide transparencia, recurrir a información pública o evitar los conflictos de interés a las empresas que desarrollan estas notas, ante su gran influencia en los mercados

Los rating ESG aún tienen un largo camino que recorrer, principalmente por la falta de comparabilidad en torno a los criterios de calificación de la inversión sostenible sigue siendo una de las asignaturas pendientes de los supervisores.

En este contexto, la Organización Internacional de Comisiones de Valores (IOSCO) publicó este martes sus recomendaciones alrededor de estas ‘notas’ con un mensaje claro a los supervisores: deben auditar tanto las notas, como las empresas que las emiten, entre otras cuestiones para evitar los hipotéticos posibles conflictos de interés.

Unos argumentos que están muy alineados con el posicionamiento que la ESMA, la unión de las CNMV europeas, tendrá que emitir dentro de un mes.

En concreto, las recomendaciones de IOSCO están “respaldadas por orientaciones más específicas”, según explicó en una nota de prensa, con el objetivo de contribuir a una mayor regulación en torno a los criterios con los que se establecen los rating.

“Las calificaciones ESG y los productos de datos de terceros han jugado un papel importante hasta ahora, especialmente ante la ausencia de divulgaciones consistentes y comparables”, señala Ashley Alder, presidente del IOSCO.

“Su importancia y utilidad continuará mientras los mercados de capitales intensifican los esfuerzos para apoyar el cambio hacia una economía de cero emisiones”, destaca el directivo.

Así, la nueva guía que ofrece IOSCO llega para “aumentar la confianza en las calificaciones y los datos ESG en el futuro”.

Los proveedores de datos, principal foco

La primera de las recomendaciones tienen que ver con el papel de los reguladores, a los que IOSCO pide “considerar centrar más atención” en el uso de las calificaciones “que puedan estar sujetas a su jurisdicción”.

El documento publicado por el organismo se centra especialmente en el papel de los proveedores de datos y en la información que posteriormente materializan en sus propias calificaciones.

De las diez recomendaciones, más de la mitad, en concreto seis, se centran en cómo puede contribuir al desarrollo de la industria de la inversión responsable.

A ellos les pide trabajar con “fuentes de datos públicamente divulgadas, cuando sea posible”, así como “utilizar metodologías transparentes y definidas”.

IOSCO reclama a los proveedores de calificaciones ESG que sus decisiones sean «independientes» de interferencias políticas

También que sus decisiones sean “independientes”, esto es, libres de interferencias políticas y económicas con el objetivo de abordar “adecuadamente” los posibles conflictos de intereses que puedan surgir del rating. IOSCO demanda “evitar o gestionar, mitigar y divulgar adecuadamente” estos conflictos.

Sobre los productos distribuidos por los proveedores, por ejemplo los fondos ESG, el organismo solicita una mayor transparencia para que los usuarios “comprendan qué es el producto y cómo se produce”.

También reclama “abordar y proteger toda la información recibida o comunicada por cualquier entidad o sus agentes”, así como “considerar mejorar los procesos de recopilación de información de una manera más eficiente”.

Mensaje también para los inversores

Respecto a los participantes del mercado, IOSCO recomenda “recopilar y revisar” la información sobre calificaciones ESG para aumentar la comprensión sobre el rating ESG de un producto. 

“Cómo está siendo calificado o evaluado, sus limitaciones y el fin para el que se utiliza”, detalla el organismo, sobre los parámetros en los que deberían detenerse los inversores.

Respecto a las entidades, la recomendación es la de “simplificar sus procesos de divulgación de la información relacionada con la sostenibilidad”. “En la medida de lo posible, teniendo en cuenta los reglamentos y otros requisitos legales”, apostilla.

Y, de nuevo, concluye con un mensaje tanto para empresas como para los proveedores, a los que pide “responder y abordar los problemas señalados por las entidades manteniendo la objetividad de los productos”.

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