Efecto Biden: La SEC da un giro de 180 grados en información no financiera

Revisará la normativa de 2010 para forzar a las empresas cotizadas a dar una información medioambiental más ajustada a la demanda de mercado y que sea comparable

El regreso al Acuerdo de París de los Estados Unidos ya está teniendo efectos secundarios. Los ‘elegidos’ del nuevo presidente norteamericano, Joe Biden, comienzan a dibujar un nuevo entorno normativo más exigente para las empresas cotizadas en materia medioambiental.

Allison Herren Lee, presidenta interina de la Securities and Exchange Commission (SEC) gracias a la designación de Biden, ha avanzado que revisará la normativa sobre difusión de datos climáticos. Es un paso que obligará a las empresas cotizadas estadounidenses, con obligaciones mucho más laxas que las europeas, a ser más transparentes sobre su impacto y riesgo medioambiental.

La legislación con la que las empresas estadounidense están dando a conocer esta normativa es de 2010, habiéndose quedado obsoleta en materia climática, ya que no recogería el ‘boom’ que se ha vivido en los últimos ejercicios y sí está teniendo en cuenta, por ejemplo, la Unión Europea.

Lee reconoce que uno de los encargos que ha dado a los técnicos de la SEC es trabajar en un nuevo marco normativo que permita crear una guía sobre difusión de datos climáticos útil para los inversores, comparable, y alineada con el mercado.

La SEC revisará la norma para que la información sea comparable y esté alineada con la demanda de mercado

Así, tras revisar el grado de complimiento de la normativa e investigar cómo se está enfocando la información climática y sus riesgos relacionados, la SEC «utilizará los conocimientos de este trabajo para comenzar a actualizar la guía de 2010 incorporando los avances de la última década», señala.

Estados Unidos es un mercado mucho menos regulado que el europeo en materia ESG; por lo que las empresas cotizadas son más libres a la hora de difundir datos y esto complica la comparabilidad y «quita presión» a las compañías para que sean más transparentes.

El negacionismo climático de la Administración de Trump tampoco había ayudado mucho a cambiar esta situación en los últimos ejercicios.

De hecho, la SEC adelantó hace algo más de un año una revisión de la norma de 2010, pero en la que dejaba fuera el tema medioambiental. Allison Herren Lee, entonces solo comisionada, ya denunció que se estaba olvidando una de las partes más relevantes.

Un cambio esperado desde hace meses

El paso dado por la SEC se estaba esperando y se anticipaba que si Joe Biden ganaba las elecciones se producirían avances normativos en materia climática y ESG.

La hoy presidenta de la SEC, avanzaba en un discurso en noviembre en el ‘Institute on Securities Regulation’ que la información no financiera era un punto clave en el que tenían que trabajar los supervisores de los mercados de forma prioritaria.

«Para evaluar el riesgo sistémico, necesitamos información completa, precisa y confiable sobre esos riesgos. Eso comienza con la divulgación pública de la empresa y los informes de la firma financiera, y se extiende a nuestra supervisión de varios fiduciarios y otros», señaló entonces. «Los inversores también necesitan esta información para poder proteger sus inversiones e impulsar el capital hacia el logro de sus objetivos de una economía sostenible», insistía.

En una línea muy parecía se pronunciaba este miércoles al anunciar el paso dado por la SEC. «Ahora más que nunca, los inversores están considerando los problemas relacionados con el clima al tomar sus decisiones de inversión», señalaba Allison Herren Lee.

«Es nuestra responsabilidad asegurarnos de que tengan acceso a información material cuando planifiquen su futuro financiero. Asegurar el cumplimiento de las reglas existentes y actualizar la normativa son los pasos inmediatos que SEC puede tomar en el camino hacia el desarrollo de un marco más completo que produzca divulgaciones relacionadas con el clima consistentes, comparables y confiables», terminaba.

No es el único cambio que se espera en materia de ESG. Otra normativa crítica es la que afecta a las inversiones de los planes de pensiones. La legislación de Trump les obliga a seguir ‘sólo’ criterios de rentabilidad, lo que habría estado limitando la capacidad de estos actores para apostar por la ESG.

¿Armonización o diferenciación?

Igual que con la información financiera, uno de los puntos críticos es conseguir que los estándares de difusión de información no financiera ayuden a la comparabilidad.

La Unión Europea está trabajando en una actualización de la Directiva de Información No Financiera, que actualizará la normativa para las compañías europeas.

Además, los grandes inversores se están inclinando por recomendar la difusión de datos en base a los Task Force on Climate related Financial Disclosures (TCFD).

Otro de los estándares que están ganando terreno son los Sustainability Accounting Standards (SASB) –BlackRock hace pocos días se lo pedía a sus participadas como base para dar a conocer sus datos de impacto medioambiental-, pero también se utiliza la difusión de datos GRI.

El primero de los modelos es el más utilizado por las empresas norteamericanas y SASB no ha querido perder el tiempo a la hora de valorar positivamente el paso dado este miércoles por la SEC.

«Estamos en una posición ideal y estamos listos para apoyar tanto a las empresas que trabajan para implementar la guía interpretativa de la SEC como a la SEC en su trabajo para actualizar su orientación interpretativa», señalaron.

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