Bruselas amplía el plazo de consulta de la nueva taxonomía social y ‘verde’

Recibirá respuestas y valoraciones hasta el próximo 6 de septiembre y no hasta este viernes como estaba previsto

Bruselas. Unión Europea. Comisión Europea. Imagen de Unsplash

Bruselas da luz verde a ampliar el plazo de consulta sobre sus taxonomías sostenibles. La fecha inicial para conocer el ‘feedback’ de los ‘stakeholders’ concluía este viernes 27 agosto pero se ampliará en más de una semana, hasta el próximo 6 de septiembre, según ha confirmado la Comisión Europea.

De esta forma, se extienden las primeras etapas del calendario para el desarrollo de la taxonomía sostenible en lo medioambiental, con la meta de impulsar la transición energética.

También de la social, donde Bruselas va un paso por detrás y aún no ha definido los primeros mimbres sobre qué se considera actividad sostenible desde ese punto de vista social, la S de la ESG, y qué se queda fuera de este amplio concepto.

Un desarrollo normativo donde la Comisión Europea está siendo asesorada por la Plataforma de Finanzas Sostenibles.

Conclusiones, este otoño

“Después de considerar las valoraciones de los ‘stakeholders’ la Plataforma publicará el informe final con sus recomendaciones a la Comisión en otoño de 2021”, reflejan a través de un comunicado.

“La Comisión analizará y considerará estas conclusiones en el marco del desarrollo de la Taxonomía Europea como se adelantó en la nueva estrategia para financiar la transición hacia una economía sostenible”, añaden en el mismo texto.

Hay que recordar que la Plataforma de Finanzas Sostenibles cuenta con presencia española. En concreto, la de Helena Viñes (CNMV), Roberto Fernández Albendea (Iberdrola), Garbiñe Manterola (Basque Research & Technology Alliance) o Bernabé Alonso Fariñas (Universidad de Sevilla).

Tanto la ampliación de las actividades sostenibles desde el punto de vista medioambiental, como la taxonomía social están previstas que se adopten por parte del Ejecutivo de la Unión Europea antes de que concluya 2021. 

En cuanto a la primera, quedan cuestiones pendientes, como qué sucede con el gas o la energía nuclear. Si son o no considerados sostenibles, en parte, o se excluyen.

Aspectos iniciales de la taxonomía social 

Respecto a la taxonomía social es ahí donde se espera el mayor desarrollo y donde ya hay indicaciones iniciales, según el borrador publicado por la Plataforma de Finanzas Sostenibles a principios de julio. 

En él se resalta que, partiendo de que cuestiones como la creación de empleo son intrínsecamente beneficiosas desde el punto de vista social, una taxonomía sobre este ámbito tiene que distinguir entre estos beneficios inherentes y los sociales añadidos.

Respecto a estos últimos menciona, por ejemplo, el acceso a atención sanitaria de calidad o la garantía de trabajos decentes.

Además, ese borrador refleja que mientras los criterios ambientales tienen su base en la ciencia, los sociales parten de otros textos internacionales a los que se atribuye autoridad como la Carta Internacional de Derechos Humanos o los principios que recoge la Organización Mundial del Trabajo

Dimensiones vertical y horizontal

“La taxonomía ambiental vincula los criterios a actividades económicas. En cambio, algunos aspectos sociales, como la negociación colectiva o la transparencia en materia fiscal, no pueden vincularse a actividades económicas, sino que tienen que estar vinculados a una entidad en sí”. Por ello, refleja el borrador, es más difícil el desarrollo de criterios cuantitativos.

Además, el borrador dividen la clasificación social en una dimensión vertical, en la que se incluye productos, servicios e infraestructuras consideradas básicas. Por otro lado, la horizontal, donde se incluiría el impacto en los distintos grupos de interés, como trabajadores, consumidores y comunidades. 

De esta forma, el borrador ya pone de relieve la relevancia que van a tener las cuestiones laborales en esta futura taxonomía de contenido social. 

También, indica la dificultad de ahondar en una taxonomía donde las fronteras y el grado de impacto de las cuestiones sociales en una economía sostenible no siempre son cristalinas.

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