Información no financiera, nuevo reto para las empresas cotizadas

La información que se difunda debe ser relevante por su impacto en la entidad o en el entorno

Información no financiera para que las empresas integren criterios ESG.

La transparencia es uno de los rasgos que caracteriza a las sociedades cotizadas y por ello son, entre las denominadas entidades de interés público, las que con mayor naturalidad, desde 2017, informan públicamente sobre cuestiones relativas a aspectos medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG).

Hasta ese momento, los inversores contaban con información que les permitía conocer el patrimonio, la situación financiera y los resultados de la empresa.

Sin embargo, el mercado había comenzado a demandar otro tipo de información; ya no importaban únicamente aspectos financieros sino cuestiones como el impacto de la actividad de las empresas en el medioambiente y en el entorno social, su política de personal o si contaban con una gobernanza, que promoviera el respecto a los derechos humanos o la lucha contra la corrupción.

Todo ello ha supuesto que desde el año 2017, tras la aprobación de la conocida como Ley de información no financiera, los bancos, las entidades aseguradoras y las grandes empresas de la Unión Europea (cotizadas o no) presenten anualmente el estado de información no financiera (EINF).

<<Para que las empresas integren factores ESG en su actividad e informen sobre ellos es imprescindible que el consejo de administración esté en primera línea>>

Ana Martínez-Pina, vicepresidenta de la CNMV

La presentación de este nuevo estado es sin duda un reto para las sociedades cotizadas, tanto en términos generales de gobierno corporativo como por el esfuerzo que exige su adecuada preparación. Para que las empresas integren factores ESG en su actividad e informen sobre ellos es imprescindible que el consejo de administración, que recordemos formula el EINF y lo somete a la aprobación de la junta general de accionistas, esté en primera línea y asuma la responsabilidad de trasladar al resto de la organización la importancia de la nueva información.

Un Código de Buen Gobierno para afianzar la integración de factores ESG

Por ello, la reciente modificación del Código de Buen Gobierno de las sociedades cotizadas, que aprobó la CNMV en el mes de junio, revisó varias recomendaciones que afianzan la integración de los factores ESG en la estrategia, las políticas y los sistemas de control y gestión de riesgos de las sociedades cotizadas.

Por ejemplo, se refuerzan las reglas de que debe dotarse el consejo para actuar en el caso de que los consejeros se encuentren en situaciones, incluyendo casos de corrupción, que puedan afectar al crédito y reputación de la sociedad; la supervisión del cumplimiento de la política medioambiental, social y de gobierno corporativo por la correspondiente comisión del consejo; la supervisión de la elaboración del EINF y de los riesgos no financieros por parte de la comisión de auditoría, y se fomenta la presencia de mujeres en los consejos de administración y puestos de alta dirección fomentando la  diversidad  en aras de una mejor gobernanza y gestión de las sociedades.

En cuanto a la elaboración del EINF, el reto es no solo disponer de toda la información que exige la ley, sino informar de aquella que es material, con el objetivo de que no omitir la verdaderamente relevante y de no incluir aquella que no lo es, evitando despistar con generalidades y vaguedades.

Lo fundamental es que la información que se proporcione sea significativa por su impacto en la entidad o el entorno. Es decir, tiene que ser útil para los grupos de interés, stakeholders, que se relacionan con la empresa (inversores, clientes, proveedores o trabajadores, la comunidad en su conjunto), de tal forma que puedan decidir de una manera fundamentada si invierten o no en ella o si establecen relaciones contractuales o laborales.

Por ejemplo, la información relativa al personal, sus condiciones de seguridad y salud, la organización del diálogo social, las remuneraciones, la brecha salarial o las medidas de conciliación, suele ser material en todas las empresas y los accionistas, prestamistas, clientes o proveedores están con frecuencia interesados en ella.

<<Lo fundamental es que la información que se proporcione sea significativa por su impacto en la entidad o el entorno>>

Ana Martínez-Pina, vicepresidenta de la CNMV

Sin embargo, una información detallada sobre el consumo y suministro de agua puede ser de interés en la industria alimentaria, gran consumidora de este recurso, pero podría no serlo en una empresa que se dedique a la distribución de alimentación y que utilice el agua exclusivamente para fines de limpieza y no para actividades productivas.

Identificar quiénes son los principales grupos de interés de la entidad y cuáles son sus necesidades de información y determinar qué información es material, así como desglosarla adecuadamente, es la esencia del EINF que, tal y como prevé la ley, debe ser preciso, comparable y verificable.

Por último, apuntar que en muchas ocasiones se habla de información no financiera aparentemente en contraposición a la tradicional información financiera aunque en realidad ambas están íntimamente relacionadas.

Pensemos en una empresa que, por ejemplo, apueste por una formación de alta calidad de su personal, que aplique estándares exigentes de seguridad de sus productos o que esté comprometida con la economía circular, lo que le permite reducir el consumo de papel, plástico o cartón, reutilizando y reciclando materiales.

Todos estos aspectos, que catalogamos como no financieros, en el medio y largo plazo tendrán sin duda un impacto en los resultados y en el patrimonio de la empresa. En un entorno y un mercado como el actual, los inversores quieren combinar sus objetivos de rentabilidad con el deseo de que su dinero beneficie de forma sostenible a toda la sociedad.

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