Un verano multimillonario para la inversión de impacto

Las norteamericanas Brookfield y TPG han levantado más de 10.000 millones en sus nuevas estrategias. La oferta española sigue aumentando, aunque con volúmenes más modestos

Ni las vacaciones veraniegas frenan el ritmo de la inversión con impacto medioambiental positivo. Las rondas de estrategias de impacto climático de grandes actores del capital privado a nivel global como Brookfield (510.000 millones de euros en activos bajo gestión) y TPG (85.000 millones) dan fe del apetito de los grandes inversores por esta rama del ESG, que también se está notando en España.

En las últimas semanas, Brookfield ha realizado un cierre inicial del fondo de transición climática con el que espera levantar este año más de 12.500 millones de dólares (10.600 millones de euros), gracias al apoyo de gigantes de la talla del plan de pensiones canadiense Ontario Teachers y el fondo singapurense Temasek.

Tras levantar un capital inicial de 7.000 millones de dólares (unos 6.000 millones de euros) con sus socios estratégicos, Brookfield Asset Management ha asegurado que el ‘Brookfield Global Transition Fund’ es ya el mayor fondo de capital privado con impacto destinado a la transición global hacia una economía de cero emisiones netas.

La propia gestora es el mayor inversor en este fondo liderado por Mark Carney —quien fue gobernador del Banco de Inglaterra hasta 2020 y ocupó antes esa posición en el Banco de Canadá— y cuenta con alianzas de inversores institucionales de escala global como PSP Investments e Investment Management Corporation of Ontario (IMCO), además de los mencionados.

«Como el mundo se centra cada vez más en la sostenibilidad, el capital necesario y las oportunidades de inversión se expanden más rápidamente de lo que se esperaba originalmente, creando una oportunidad aún mayor para inversiones a gran escala que abordan el cambio climático», ha asegurado Carney, responsable de ‘Transition Investment’ y vicepresidente de Brookfield.

A través de este fondo, la firma de inversión canadiense pretende cerrar más alianzas con instituciones e inversores para comprometer el capital necesario para escalar las energías limpias y catalizar a las empresas hacia las rutas de cero emisiones netas alineadas con el Acuerdo de París.

El fondo climático de TPG tiene apoyo de firmas como Apple o Nike

Con unas ambiciones similares, la gestora norteamericana TPG (anteriormente conocida como Texas Pacific Group) ha logrado el apoyo de inversores institucionales como Allstate, AXA, Washington State Investment Board o USS, así como de 20 empresas de la talla de Allianz, Apple, Bank of America, Boeing, General Motors, FedEx y Nike en el primer cierre de su fondo de impacto ‘TPG Rise Climate’.

La estrategia de inversión climática de su plataforma de impacto TGP Rise, lanzada a principios del año, ha levantado 5.400 millones de dólares (4.600 millones de euros) en suscripciones.

Se ha establecido un límite máximo de 7.000 millones de dólares (6.000 millones de euros) de capital total en un cierre final esperado para el cuarto trimestre del año.

Tras este primer cierre, anunciado en julio, TGP administra más de 11.000 millones de dólares (9.300 millones de euros) en activos a través de su plataforma de inversión de impacto de capital privado, que está liderado por el exsecretario del Tesoro de los Estados Unidos, Hank Paulson.

“Esta nueva combinación de capital y amplio compromiso con la acción es un reconocimiento significativo de la oportunidad de marcar una diferencia en la trayectoria del cambio climático», ha asegurado Paulson, presidente ejecutivo de TPG Rise Climate.

El crecimiento en la industria nacional

Si la actividad de las gestoras norteamericanas muestra la importancia de la escala, cabe esperar que el mercado español también gane en dimensión tras el acuerdo sellado por Caixabank y BlackRock a comienzos de este verano.

Según los datos de SpainNAB, el mercado nacional de impacto es de 2.378 millones de euros, tras crecer un 26% en el año de la pandemia. La banca ética y social gestiona casi dos de cada tres euros del total de la inversión de impacto.

La alianza de estos dos grandes actores por la inversión de impacto social y ambiental, así como el apoyo público mostrado por Larry Fink, consejero delegado de BlackRock, y Gonzalo Gortázar, consejero delegado de Caixabank, puede ser un paso determinante para que esta coja velocidad.

La ‘Gama SI Soluciones de Impacto’ cuenta con tres fondos mixtos y un plan de pensiones, que invierten siguiendo criterios de impacto a través de la renta variable cotizada. Para su lanzamiento se han reconvertido varios fondos que ya gestionaba Caixabank AM, de forma que el capital gestionado supera los 3.500 millones de euros.

Los inversores particulares interesados en la inversión de impacto también pueden acudir a la oferta de gestoras internacionales a través de la plataforma de Triodos Bank, que ha comenzado a comercializar una docena de productos de Triodos Investment Management, GLS Investments y Mirova.

La gama de impacto de Caixabank sucede a iniciativas de gestoras más pequeñas como GSI

El repunte de interés también se halla en el surgimiento de nuevos proyectos de capital privado centrados en el impacto, si bien, sus tamaños resultan modestos en la comparación internacional.

En España, hay al menos ocho entidades de ‘venture capital’ —como GAWA, Ship2B Ventures o Creas Impacto— enfocadas en la gestión de fondos de impacto social. Algunos protagonistas del capital privado más convencional, como Arcano, también se han adentrado con timidez con algún fondo de estas características para clientes de banca privada.

Entre los más recientes, destaca el nuevo fondo de capital privado ‘Global Social Impact Fund II’, registrado ante la CNMV en julio, por la gestora española especializada en inversión de impacto Global Social Impact Investments (GSI), parte del holding familiar Santa Comba Gestión de Francisco García Paramés y su esposa María Ángeles León.

Su objetivo es captar unos 40 millones de euros para invertir en empresas españolas en los próximos cuatro años. Para su primer cierre, de 10 millones, las grandes cotizadas españolas aportarán previsiblemente unos 4,5 millones, es decir, casi la mitad.

Asimismo, en este periodo estival ha obtenido autorización del regulador para establecerse como una nueva gestora de impacto la ‘boutique’ Impact Bridge Asset Management.

La firma liderada por Arturo Benito e Íñigo Serrats lanzará en la segunda mitad de año una nueva estrategia de capital privado de impacto con la que esperan levantar unos 100 millones de euros.

Un marco legal en plena transición

La inversión de impacto es la más pequeña en activos bajo gestión dentro de la industria ESG con unos 352.000 millones de dólares (unos 300.000 millones de euros), según Global Sustainable Investment Alliance (GSIA).

No obstante, es una de las áreas más interesantes para las gestoras internacionales, que anticipan un fuerte crecimiento, si bien es cierto que este será más fácil si se acompaña de cambios legales.

Esa es una de las conclusiones de una investigación sobre el marco legal para los inversores institucionales sostenibles firmado por Freshfields, a petición de The Generation Foundation, los Principios para la Inversión Responsable (PRI) y las Naciones Unidas.

“En la actualidad, muchos de los principales inversores responsables se sienten limitados por los marcos legales y financieros actuales que no fueron diseñados originalmente para facilitar los objetivos de sostenibilidad actuales», asegura la directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, Inger Andersen.

El informe aborda de forma exhaustiva en qué medida los marcos legales determinan el impacto de los inversores en once jurisdicciones. Ofrece un nuevo camino a seguir, identificando los cambios legales necesarios para respaldar una transición hacia una integración ambiental, social y de gobernanza en la inversión.

Las opciones de reforma presentadas formarán la base de un programa de trabajo plurianual de PRI, UNEP FI y The Generation Foundation que incluirá la participación de los responsables de la formulación de políticas y el apoyo a los inversores, inicialmente en la Unión Europea, Australia, Canadá, Japón y Reino Unido.

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