Los especuladores se mudan al mercado británico de carbono en su sesión inaugural

El Reino Unido da el pistoletazo de salida a su 'parqué' de derechos de emisión y lo hace con récord de precios. Por el contrario, el coste de los contratos se reduce en la Unión Europea

Los inversores que operan en los mercados de futuros de carbono europeos dividen fuerzas. Reino Unido daba este miércoles el pistoletazo a su propio mercado de derechos de carbono tras el Brexit y lo hacía marcando precios en futuros por encima de los de la Unión Europea.

De acuerdo con datos de Bloomberg, los contratos con vencimiento en diciembre alcanzaron los 57,42 euros (49,5 libras). En contraste, los contratos a mismo plazo con la referencia de la Unión Europea cotizaban en el nivel de los 52,55 euros.

La apertura del mercado británico ha coincidido con una bajada de los precios del carbono en la Unión Europea, que han puesto algo de distancia con sus máximos, pero después de unas subidas fortísimas en los últimos meses; alentadas por los crecientes compromisos internacionales en materia de recorte de emisiones.

Los contratos de referencia en Europa cruzaron en mayo la barrera de los 50 euros por primera en su historia. En marzo de 2020, en pleno cierre económico, llegaron a caer hasta los 15 euros.

Entre esos mínimos y el máximo la Unión Europea, por ejemplo, ha incrementado su objetivo de reducción de emisiones. El Parlamento y el Consejo Europeo ha dado el visto bueno recientemente a una contracción del 55% del volumen de emisiones respecto a los niveles de 1990 para 2030-, con la actualización de la Ley del Clima, validando la propuesta realizada en otoño por la Comisión Europea.

Aunque las subidas de los precios del carbono responden a esta situación, también se cree que una parte del aumento está incentivada por los inversores que buscan rentabilidades a corto plazo, aprovechando que todo apunta a que este tipo de derechos continuará encareciéndose en el futuro.

Así, se prevé que el precio de las emisiones continúe avanzando con la expectativa de que incluso puedan alcanzar a medio plazo los 100 euros.

Por ejemplo, de acuerdo con Principles for Responsible Investment (PRI), los países del G20 necesitarán tener un precio del carbono comprendido entre los 40 y los 100 dólares en 2030 para se logre mantener el calentamiento global en el nivel de los dos grados.

La primera emisión del Reino Unido

Este miércoles el Reino Unido ha realizado su primera subasta desde su divorcio de la Unión Europea. En concreto, ha puesto en circulación un total de 6.052.000 permisos de carbono, a un precio de 43,99 libras (51,02 euros) la tonelada métrica.

La cifra colocada es la máxima permitida y la siguiente subasta está prevista para el 2 de junio.

De mantenerse la prima del mercado británico sobre el europeo, para las empresas del Reino Unido obligadas a adquirir derechos de emisión la ruptura con la Unión Europea a través del Brexit habría derivado un encarecimiento de los costes.

Los objetivos del Reino Unido en descarbonización son más altos que los de la UE

Los objetivos de reducción de emisiones aprobados por Boris Johnson son ligeramente más elevados que los de la Unión Europea y esto podría también estar detrás de las primas que se están abonando por los derechos de emisiones.

El primer ministro británico se ha comprometido a recortar en un 68% las emisiones del Reino Unido en 2023; trece puntos más que la Unión Europea. Esa hoja de ruta también fuerza a las empresas del país a acelerar con más fuerza sus planes y eleva los precios del carbono.

El empujón de los aranceles ‘verdes’

Otro de los argumentos que podría estar detrás de la subida de los precios del carbono es la expectativa de que se puedan crear aranceles a las importaciones desde países ‘sucios’.

Europa ya había abierto la puerta y esta misma semana lo ha hecho Estados Unidos. John Kerry, enviado especial para el clima, ha avanzado esta semana que la Casa Blanca está estudiando un vía para introducir un arancel sobre las importaciones desde aquellos países que no penalicen a las empresas contaminantes.

En este sentido, Kerry habría avanzado que el presidente norteamericano Joe Biden habría solicitado un estudio para valorar las consecuencias de una medida de este tipo y fijar, asimismo, su coste.

La Unión Europea podría presentar el próximo mes un proyecto de tasa similar, que afectaría a los socios comerciales que no estuvieran tomando medidas efectivas en la lucha contra el cambio climático.

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