Los bonos ligados a objetivos de sostenibilidad baten en una semana su récord de 2020

Las emisiones en el mercado europeo superaron la cifra conjunta del año pasado, pero la sombra del 'greenwashing' ensombrece algunas colocaciones, como la de Teva

Los bonos ligados a objetivos de sostenibilidad protagonizaron más emisiones la semana pasada en Europa que en todo 2020. Fue una demostración del hambre de los inversores, ya que la búsqueda de rentabilidad atractivas anuló las preguntas sobre la ambición de los emisores en sus objetivos medioambientales, o incluso su relevancia.

En total, se produjeron colocaciones valoradas en 6.200 millones de euros (7.500 millones de dólares), frente a los 3.900 millones de euros que se colocaron el año pasado, de acuerdo con datos recogidos por Bloomberg.

En un entorno de fuerte demanda, empresas como Teva Pharmaceutical, o el fabricante de componentes de automóvil Faurecia incrementaron el volumen de su oferta.

La avalancha de emisiones no se modera, a pesar de las críticas por la suavidad de algunos emisores a la hora de fijar objetivos o la ambivalencia de sus criterios ambientales.

«Los adquirimos a pesar de que el programa era ligeramente más débil», explica Hendrik Tuch, director de renta fija de Aegon Asset Management, que compró cuatro bonos ligados a objetivos de rentabilidad ‘high yield’ la semana pasada en Europa. «Al final, contaban con precio adecuado para incorporarlos a nuestras carteras», añade.

En lo que llevamos de año, las emisiones de bonos ligados a objetivos de sostenibilidad han aumentado a 84.600 millones de dólares, frente a los 9.200 millones del año pasado en todo el mundo.

Fuerte demanda

La israelí Teva fue una de las compañías que salió al mercado, con una emisión de 4.000 millones de dólares, aunque la amplió a 5.000. Aproximadamente la mitad de la colocación (2.600 millones) se realizó en euros.

Por su parte, Faurecia también incrementó al tamaño de la colocación, que arrancó con un objetivo de captación de 1.000 millones de euros, un 20 por ciento. BEWi, por su parte colocó 90 millones de euros.

Los bonos del gigante farmacéutico se vieron salpicados por la sombra del ‘greenwashing’. Benjamin Sabahi, jefe de investigación crediticia de Spread Research, describió los objetivos de la emisión como «parte de la tendencia en ‘greenwashing’ que vemos
en el mercado del high yield en euros».

Vishal Khanduja, director de renta fija con grado de inversión, gestión de carteras y negociación de Eaton Vance en Boston, señaló, por su parte, que los bonos de Teva «no cumplieron con sus criterios». Uno de los objetivos que no incluía la deuda eran las emisiones de Alcance 3 (scope 3) en su cadena de proveedores, que representan el 90 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero de la compañía.

Los representantes de Teva no respondieron a las solicitudes de información ni telefónica, ni por correo electrónico.

La emisión de Faurecia también decepcionó a algunos inversores. Así, Usson, de Hermes, argumentó que el castigo para la empresa en el caso de incumplimiento de los objetivos será limitado.

Una portavoz de la empresa insiste en el compromiso de Faurecia para alcanzar su objetivo. Usson culpa a la banca de inversión del boom que están viviendo este tipo de bonos.

No obstante, también se produjeron algunas emisiones con objetivos más más estrictos, como la del fabricante de vidrio Verallia. «La primera evaluación de los objetivos se realizará en 2025 y, si incumple, será penalizada en el cupón de los cinco ejercicios restantes», explica Usson.

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