Las trampas de Exxon en sus nuevos objetivos Net zero

La petrolera estadounidense sigue la estela de sus pares europeos y anuncia su objetivo para alcanzar las cero emisiones en 2050, aunque mantendrá la mayor parte de sus emisiones hasta entonces

ExxonMobil, una de las mayores petroleras a nivel mundial, anunció esta semana su objetivo para alcanzar las cero emisiones en 2050.

La compañía se alinea así con las estrategias que han ido desvelando, en primer lugar, algunos de sus pares europeos como BP o Shell, esta última, con una mayor presión por parte de la Justicia holandesa.

“Esto es más que una promesa” dijo el director ejecutivo de Exxon, Darren Woods, en una entrevista con la cadena CNBC.

“Históricamente nos hemos retirado un poco. Esperamos ayudar a la gente a entender lo que estamos tratando de hacer, llevamos varios años trabajando para asegurarnos de que estábamos seguros de esta estrategia”, añadió el directivo.

La nueva hoja de ruta de Exxon, uno de los cinco mayores emisores de gases contaminantes de las últimas tres décadas, según datos de Carbon Disclosure Project, es relevante dada la magnitud de la petrolera, pero excluye, sin embargo,  la mayor parte de sus emisiones.

540 millones de toneladas 

Exxon pone el foco en eliminar las denominadas emisiones Scope 1 y 2, que corresponden a las emisiones directas de fuentes propias y las indirectas de la generación de energías como la eléctrica respectivamente.

Para eliminarlas, la petrolera ha identificado más de 150 actuaciones para “priorizar las medidas de eficiencia energética” a través de un mayor uso de energías renovables, según explicó en un comunicado. 

Informó que espera finalizar su hoja de ruta para abordar “aproximadamente el 90 por ciento de las emisiones” relacionadas con este tipo de operaciones para finales de este año, y completar su hoja de ruta en 2023.

Sin embargo, la petrolera excluyó las Scope 3, aquellas emisiones que corresponden a la cadena de valor y entre las que se incluyen todo el combustible que utilizan las compañías socias de Exxon.

Para aproximarse al volumen que representan, las emisiones Scope 3 supusieron 540 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) vertidas a la atmósfera en 2020; casi cinco veces más que el conjunto de las Scope 1 y 2. 

O lo que es lo mismo, el 80 por ciento del total de sus emisiones, según datos recogidos por Exxon en su informe “Energy & Carbon”, que elabora anualmente tomando como referencia los datos de la organización IPIECA.

Charlie Penner, el activista que motivó el cambio

A corto plazo, la petrolera ha prometido destinar 15.000 millones de dólares hasta 2027, a razón de 3.000 millones anuales, en inversiones respetuosas con el medio ambiente.

Gran parte del mérito de este giro a la estrategia corresponde a los activistas climáticos que cuentan con acciones de la petrolera. Especialmente, del inversor Charlie Penner.

Penner fue uno de los impulsores, a través de la plataforma Engine No.1, de la campaña “Reenergize Exxon”, que motivó una fuerte pugna con la cúpula de la empresa por la gestión de la misma. 

El primer objetivo de la campaña era conseguir un relevo en el Consejo para, posteriormente, conseguir que la petrolera se involucrase de forma más activa en la lucha contra el cambio climático. “Pensamos que es poco realista esperar que la Humanidad vaya a provocar su propia extinción sin probar cambios importantes”, dijo Penner a Bloomberg.

Pero Engine No.1 tenía un obstáculo: solo contaba con el 0,02 por ciento de las acciones de Exxon, por lo que Penner, convertido en el cabeza visible de la campaña de accionistas insurgentes, se centró en convencer a los grandes inversores como Blackrock, State Street y Vanguard.

Penner terminó por conseguir su respaldo tras criticar que la “agresiva” estrategia de gasto estaba afectando a las cuentas de la compañía y que ello dejaba a Exxon con una mayor exposición a un futuro marcado por la obligación a la descarbonización.

Entre los analistas hubo sentimientos encontrados. Por un lado, firmas como RBC Capital o HSBC elevaron su precio objetivo sobre las acciones de Exxon, que cotizan en el entorno de los 73 dólares tras ganar un 15 por ciento en lo que llevamos de año.

Ambas firmas, al igual que Credit Suisse, sin embargo, no apuestan aún por la compra y mantuvieron su recomendación en mantener, la opción mayoritaria según el consenso de Bloomberg con un 64 por ciento de recomendaciones.

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