La gran banca mundial se convierte en ‘cero emisiones’ sin cerrar el grifo al petróleo y al gas

Bank of America es la última gran entidad financiera en presentar una hoja de ruta hacia las cero emisiones en 2050

La gran banca se suma al movimiento cero emisiones sin cerrar el grifo a las petroleras y gasistas

La gran banca estadounidense, señalada por ser uno de los principales financiadores de la industria del gas y del petróleo, está dando pasos al frente en sus compromisos con la descarbonización para las próximas tres décadas.

La semana pasada, el gigante de estadounidense Bank of America (BofA) fue el último en presentar un plan en el que explica cómo va a afrontar la transición energética.

Quiere alcanzar la neutralidad climática en sus propias operaciones en 2030 y hacer lo mismo con sus actividades financieras en 2050.

El banco, sin embargo, no parece que vaya a dar ese paso cerrando la puerta a la industria del gas y del petróleo. El ‘mantra’ común del sector -y también lo han defendido los españoles BBVA y Banco Santander durante la presentación de sus resultados anuales-, es «acompañar» la transición energéticas de sus clientes.

Por el momento, aunque algunos analistas anticipaban que algunos bancos podrían dar el paso de dejar de aportar recursos a estos sectores, los pesos pesados del sector mantienen la puerta abierta.

La neutralidad climática gana peso en Estados Unidos

Bank of America ya formaba parte la lista de bancos que forman parte del denominado Partnership for Carbon Accounting Financials (PCAF), en la que figuran entidades como Morgan Stanley -uno de los primeros en asumir este compromiso-, Barclays o HSBC.

Morgan Stanley, Barclays o HSBC ya se han comprometido a alcanzar las cero emisiones

Esta asociación busca facilitar la transparencia y la responsabilidad de la industria financiera ante el Acuerdo de París, además de llevar a cabo una metodología encargada de cuantificar las emisiones de carbono de préstamos e inversiones.

A pesar de este nuevo viraje, la banca estadounidense continúa rezagada con respecto a algunos de sus homólogos europeos en la medición del impacto del cambio climático de sus créditos.

“Reconocemos que no será una tarea fácil”, así de tajante se mostró Anne Finucane, responsable de dirigir los esfuerzos ambientales, sociales y de gobernanza (ESG), finanzas sostenibles, despliegue de capital y políticas públicas de Bank of America.

No obstante, Finucane señaló la semana pasada que cree que este compromiso «ayudará a impulsar el crecimiento de las soluciones energéticas sin carbono, el transporte y la agricultura sostenibles, y otras transformaciones del sector, al tiempo que generará oportunidades más equitativas y resistentes al clima» para el futuro del banco.

Bank of America quiere reducir el 55% su consumo de energía.

Morgan Stanley, el encargado de romper el fuego

Aunque Bank of America ha decidido dar el paso hacia una economía sostenible, el pasado año, la multinacional financiera Morgan Stanley fue uno de los primeros bancos estadounidenses en anunciar sus objetivos de cero emisiones netas de carbono.

La estrategia de la firma neoyorquina no solo es similar a los compromisos de los británicos Barclays y HSBC, sino que también coinciden en que no incluyen una meta firme para eliminar gradualmente el apoyo a las empresas de combustibles fósiles.

Barclays también se sitúa entre los principales financiadores de combustibles fósiles en Europa. No obstante, también ha anunciado planes de reducción de su huella de carbono para 2050 con el objetivo de alinearse con el Acuerdo de París.

Por su parte HSBC, que es el segundo mayor financiador de combustibles fósiles de Europa, también insiste en que se alinea con los objetivos de descarbonización, pero respaldando la transición de sus clientes hacia las cero emisiones.

En su propuesta, HSBC, pretende alinear sus actividades comerciales con los objetivos del Acuerdo de París, mejorar su apoyo con los clientes en su transición hacia las bajas emisiones de carbono, proporcionar asesoramiento o apoyo financiero y desbloquear nuevas soluciones climáticas creando un fondo de deuda.

Ahora en portada