Exclusión o análisis activo: por qué la gestión ESG española está rezagada

Más de un tercio del patrimonio invertido en fondos españoles sigue modelos de gestión con bajo valor añadido

Estrategias de inversión fondos ASG

La Inversión Sostenible y Responsable en España (ISR) alcanzó los 285.454 millones de euros durante 2019, según los datos recogidos en el último estudio de Spainsif, “La inversión Sostenible y Responsable en España 2020”, pero todavía sigue sin despegar en sofisticación.

La cifra es histórica, porque supone un alza del 36% respecto al 2018, pero la gestión por exclusión -que no requiere de un análisis activo ya que solamente se dejan fuera valores por pertenecer a un determinado sector- continúa siendo la estrategia más importante.

En España, más de 104.000 millones están invertidos en este modelo, que, sin embargo, ya han abandonado las gestoras extranjeras que operan en nuestro país, según los datos de Spainsif.

La Inversión Sostenible y Responsable en España (ISR) alcanzó los 285.454 millones de euros durante 2019

Entre las temáticas que son objeto de exclusiones más comunes, las armas ocupan el primer puesto. Concretamente, las bombas de racimo y minas anti-persona, que alcanzaron un 73%, y las armas de destrucción masiva, con un 61%, según la última encuesta de Spainsif.

A estas materias, les sucede el tabaco como uno de los sectores a sacar de la cartera, con un 42% de las exclusiones, seguido de los combustibles fósiles, con un 33%; y los derechos humanos y los temas laborales, con 30% respectivamente.

Así, al cierre del año pasado, el capital invertido en fondos ESG gestionados por gestoras extranjeras y que seguían una estrategia de exclusión ya era inexistente.

En su caso, la mayoría del patrimonio se destinaba a productos que integran criterios ESG dentro de su modelo de selección. En concreto, 63.000 millones de euros; una cifra que representa un significativo incremento desde los 9.032 millones del año anterior.

La industria de la gestión española también está optando por esta línea y las políticas de gestión que integran criterios ESG en el modelo de gestión habría ganado patrimonio durante el año pasado y ya superarían los 100.000 millones-.

De la exclusión, a la estrategia de apostar por el líder

El siguiente en la clasificación por volumen, serían las inversiones de impacto, que experimentaron un aumento significativo, tanto en fondos nacionales -un incremento de 22.397 millones de euros-, como en internacionales -una suma de activos de 7.170 millones de euros-, suponiendo un total de 29.567 millones de patrimonio.

Según Spainsif, el crecimiento del patrimonio en las inversiones de impacto en los fondos españoles podría explicarse porque, “en 2019 se masificó el uso de bonos verdes y bonos sostenibles, realizándose múltiples emisiones…” y, según datos recogidos por Spain NAB, porque este tipo de inversión llegó a superar los 229 millones de euros en 2019, respecto a los 90 millones del año anterior.

En cuarta y quinta posición, el capital se reparte entre las estrategias de inversión de engagement y voting -busca incidir en las decisiones de la compañía a través del diálogo activo y el voto en la Junta- y best-in class – selección de los líderes en ESG dentro de un universo de inversión-.

En estas estrategias, los activos ESG de las entidades internacionales han aumentado en un año en 3.903 y 3.190 millones de euros, respectivamente, mientras que en el caso de los españoles se han incrementado en 17.156 y 18.662 millones; alcanzando un total de 21.059 y 21.852 millones.

Por último, hay un aumento leve en los activos gestionados con screening basado en normas -revisión de inversiones de acuerdo con determinadas leyes ESG o con estándares internacionales o por fondos temáticos – invertir en activos que exploten las mejores oportunidades-, alcanzando un total de 2.530 millones.

Las estrategias con menor peso continúan siendo tácticas avanzadas a la hora de gestionar la inversión, pero «han podido infravalorarse debido al uso de metodologías en combinación con la estrategia de integración ESG”, valora el informe de Spainsif.

La lenta maduración de la ESG

En la última década, se ha visto reflejada una evolución de los activos nacionales ESG repartidos por estrategias. Este cambio de tendencia en las exclusiones negativas muestra una reducción en el volumen de activos gestionadas a favor de otras estrategias más complejas y, a su vez, un refinamiento de las entidades participantes, según Spainsif.

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