La estandarización del ‘reporting’ alienta la inversión responsable en salud

Según las conclusiones del primer coloquio ISR sobre salud de Spainsif, la inversión en empresas de la industria y en infraestructuras, con 70.000 millones de déficit en la UE, es un objetivo claro para el capital ESG

Una de las claves para sostener el avance de la inversión responsable es la estandarización de la información que se facilita al mercado; algo que es extensible a sectores concretos, como el de la salud, que ha ganado mucha visibilidad a raíz de la pandemia de la Covid-19, según se desprende de las conclusiones del primer coloquio ISR sobre Salud organizado por Spainsif.

En concreto, durante el encuentro, se destacaron los avances que el sector ha realizado tanto en el ámbito de la calidad de la información, como en el reporte de información a terceros.

Como ejemplo de lo primero, entre 2018 y 2020 se duplicaron el número de entidades que promueven iniciativas de venta responsable de antibióticos y que han desvinculado el pago de la retribución variable a la comercialización de este tipo de medicamentos. 

La utilización de estándares es una necesidad por parte del inversor responsable

En cuanto al ‘reporting’ está siendo clave el uso de estándares de específicos, como SASB, para la industria farmacéutica y de biotecnología y el marco de medición de impacto GIIN (Global Impact Investing Network) para la salud. «Ha contribuido a una mayor disponibilidad de información en el sector», señala Spainsif en un comunicado.

«Indicadores sobre la seguridad en los experimentos, el acceso a los medicamentos, el coste y precio de las medicinas y tratamientos, la seguridad de consumo de los productos, la publicidad responsable, la gestión de la cadena de suministro y la falsificación de medicamentos son algunas sub-temáticas para las que un inversor puede encontrar información», añade el ‘lobby’ de la inversión responsable en España.

Existen igualmente indicadores que no solo responden a inversiones temáticas o diferenciaciones sectoriales, sino que aportan información de manera transversal (los relativos a la salud y seguridad labora) o que se adaptan a las especificidades de cada producto financiero (como pueden ser los productos indexados o el caso de los bonos soberanos).

Desde el punto de vista de la salud y seguridad laboral, se dispone de información sobre la existencia y cobertura de comités conjuntos de salud con representantes de los trabajadores y de las empresas, sobre la siniestralidad (incluyendo contratas y subcontratas) o sobre el papel del sindicato en la empresa a la hora de negociar un convenio colectivo que respete los estándares de la Organización Internacional del Trabajo en materia de prevención de riesgos laborales, entre otros; si bien se trata de indicadores por el momento poco homogéneos.

Esta información es particularmente relevante por su aplicabilidad a todo tipo de inversiones, estén más o menos dirigidas a la temática de salud y se relacionan directamente con el fuerte ascenso de los aspectos sociales dentro de la expansión de la ESG.

Los prismas de la inversión en salud

La inversión en salud comprende un amplio abanico, desde las cuestiones más directas como medicamentos, compañías farmacéuticas, construcción de infraestructuras e investigación, hasta dimensiones diversas como el medio ambiente, las condiciones de vida, la escolarización, la seguridad en el trabajo, la cultura, el conocimiento, la tecnología o la energía.

Para el inversor sostenible, es importante disponer de información sobre cuestiones como las estructuras de gobierno corporativo, las estrategias de fijación de los precios, la gestión de la propiedad intelectual a nivel internacional y la I+D+I, tanto a la hora de integrarlo en su toma de decisiones de inversión, como para diseñar estrategias de diálogo activo o ‘engagement‘. 

Unos 2.000 millones de personas en el mundo no tienen acceso a los medicamentos

En el caso de las empresas dedicadas a la biotecnología, al desarrollo de tecnologías para la investigación básica y los laboratorios, existen tres cuestiones que ocupan buena parte del mapa de riesgos y oportunidades desde la inversión sostenible: el acceso a los medicamentos, la resistencia antimicrobiana y los patógenos con potencial epidémico.  

Hoy en en día cerca de 2.000 millones de personas en el mundo no tienen acceso a los medicamentos. Durante los últimos tres años, el número de compañías farmacéuticas que están desarrollando un plan general de acceso a medicinas, vacunas y diagnósticos para países con niveles de renta media y baja aumentó de 1 a 8.

Respecto a la lucha contra la resistencia a los antimicrobianos, también conocida como ‘la pandemia a cámara lenta’ es un riesgo con potencial para socavar sustancialmente la recuperación financiera y las perspectivas futuras de la economía mundial.

Por otra parte, y a pesar del COVID-19, las empresas farmacéuticas todavía destinan pocos esfuerzos en I+D+I a combatir los patógenos identificados por la OMS como prioritarios con potencial epidémico, entre los que se encuentran el virus Ébola, Zika, Chikungunya, Marburg, Nipah, otras variantes de SARS distintos del COVID-19 y fiebres hemorrágicas, entre otros.

Las infraestructuras como vía de inversión

De forma paralela a las industrias farmacéuticas y biotecnológicas, la inversión sostenible encuentra otra vía de contribución al sector salud a través de la denominada infraestructura social; en la construcción de residencias, dispensarios, centros de salud y hospitales. Sobre este aspecto, «existe un déficit de inversión desde la crisis financiera de 2008 que alcanza los 70.000 millones de euros en la UE, sobre un total de 140.000 correspondientes al déficit de inversión en infraestructura social», avanza Spainsif.

El déficit en infraestructuras relacionadas con la salud es de 70.000 millones sólo en la UE

Esta aproximación tiene especial interés para los inversores institucionales debido al carácter largoplacista, estable y de impacto de estas inversiones; donde existe una duración media de los contratos elevada, se da cobertura a la inflación, se des-correlaciona de los activos tradicionales por su independencia del ciclo económico y se contribuye a generar un impacto social y económico positivo.

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