La emergencia climática abre paso al millonario negocio de capturar el CO2

Grandes compañías, como la aseguradora Swiss Re, están incluyendo las tecnologías de 'emisiones negativas' en su estrategia 'net zero'. El desarrollo de estas nuevas soluciones ha ganado más respaldo científico, pese al escepticismo de algunas asociaciones ecologistas

Emisiones CO2

Ya no es suficiente con reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Las estrategias para retirar CO2 de la atmósfera van ganando peso como última herramienta complementaria en la lucha contra el cambio climático, con más apoyo científico, aunque cuentan con el escepticismo de algunas asociaciones ecologistas.

El aumento de las exigencias de los inversores para la descarbonización de la economía ha propiciado que muchas empresas incluyan diversas estrategias de captura de carbono en sus planes para ser ‘net zero’. No todos los enfoques son igual de realistas, ni están en el mismo momento de desarrollo.

En el reciente Informe de Evaluación sobre cambio climático del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), que deja claro que la acción es inaplazable, los científicos estiman que es necesario retirar al menos 100.000 millones de toneladas de carbono para finales del siglo para que la vida pueda continuar en este planeta.

El reciente informe de IPCC ofrece respaldo científico al desarrollo de estas tecnologías

La capacidad de capturar CO2 directamente del aire no alcanza ni las 5.000 toneladas anuales, según las estimaciones de la Universidad de Columbia.

Actualmente, hay diversas tecnologías en funcionamiento. Algunas que son tan antiguas como la reforestación, es decir, la plantación de más árboles. Otras son más novedosas, como el almacenamiento en bioenergía. Las más incipientes, de captura directa y la mineralización del carbono, requieren más investigación.

Aunque el concepto de captura, uso y almacenamiento de carbono (CCUS, por sus siglas en inglés) no es nuevo, de momento, queda mucho camino por recorrer. Según la ONU, el despliegue tecnológico necesario requerirá de, al menos, 370.000 millones solo en Europa hasta 2050.

Plantamos árboles, ¿y los incendios?

A día de hoy, la reforestación continúa como una de las técnicas más utilizadas por las empresas para compensar sus emisiones. De hecho, en España, los bancos Caixabank, Santander o BBVA incluyen la plantación de árboles entre las herramientas con las que arman sus planes de mitigación de compensaciones de carbono para ser neutrales.

Lo cierto es que las soluciones tecnológicamente complejas de captura y almacenamiento de carbono a gran escala requieren un gran coste de instalación, mientras que los árboles son más baratos y no filtran el carbono. Excepto si se queman.

Precisamente, con la oleada de incendios en Estados Unidos este verano ha puesto de relieve el problema para cumplir las promesas corporativas de compensaciones de carbono a través de proyectos forestales.

Los incendios en Estados Unidos han impacto en varios proyectos de compensación de carbono

Varios proyectos forestales de compensaciones voluntarias compradas por la petrolera BP y la tecnológica Microsoft han ardido, según avanzaba el periódico ‘Financial Times’.

Estos programas cuentan con un «colchón» de créditos que no venden para cubrir déficits ocasionados por problemas, pero estas reservas de amortiguación podrían acabarse si siguen extendiéndose las temporadas de incendios forestales.

Con este contexto, otras compañías prefieren apostar por soluciones más innovadoras, también más caras y complejas, para asegurarse su compensación.

Convertir el CO2 «literalmente en piedra»

Entre los últimos pasos de las grandes compañías que han apostado por las tecnologías de ‘emisiones negativas’ figura Swiss Re. La reaseguradora acaba de anunciar un acuerdo de diez años con la compañía Climeworks, especialista en capturar aire con dióxido de carbono.

En concreto, se trata de una inversión de 10 millones de dólares (unos 8,5 millones de euros) con la que la reaseguradora compra derechos de captura y almacenamiento de CO2. Con ello, pretende acercarse a su objetivo de emitir cero emisiones netas en sus propias operaciones para el 2030.

La solución tecnológica de eliminación de carbono que ofrece Climeworks en Islandia filtra el CO2 del aire ambiente utilizando energía geotérmica. El gas capturado se disuelve en agua y se bombea a gran profundidad, donde reacciona de forma natural con la roca de basalto para formar minerales de carbonato estables.

En resumen, el CO2 se convierte «literalmente en piedra», explica la compañía. Su coste es alto, de varios cientos de dólares por tonelada de CO2 eliminada, pero Swiss Re asegura que es «la forma más segura y duradera de todas las soluciones de eliminación de carbono que están disponibles comercialmente en la actualidad».

Nuevas soluciones… con la financiación de Elon Musk

Para propiciar la investigación estas soluciones, son varios países que están invirtiendo en el desarrollo tecnológico. Estados Unidos aprobó en 2019 un fondo de 60 millones de dólares para ampliar estas tecnologías. El fondo de innovación europeo, que invertirá hasta 20 millones de euros esta década, financia, entre otros, la investigación en soluciones de captura y almacenamiento de CO2.

Al creciente apoyo financiero de los Gobiernos en la búsqueda de nuevas soluciones para retirar gases de la atmósfera se han sumado iniciativas privadas, como la impulsada por el polémico multimillonario Elon Musk, CEO de Tesla.

El empresario ha puesto en marcha un concurso, a través de la Fundación Musk, para incentivar la creación de soluciones que capturen dióxido de carbono. Los premios del concurso se elevan a 100 millones de dólares (85 millones de euros), lo que la organización ha calificado «del incentivo más grande de la historia».

Pero también aumentan los detractores. Más de 500 organizaciones, como Greenpeace USA o 350.org, mandaron una carta abierta en julio a los responsables climáticos de Estados Unidos y Canadá pidiendo el rechazo a la política climática de captura de carbono.

«La captura y almacenamiento de carbono no es una solución climática», aseguraron los grupos, que consideran que se trata de «una distracción peligrosa impulsada por los mismos grandes contaminadores que crearon la emergencia climática».

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