La banca nórdica pone fecha de caducidad a la financiación del petróleo y el gas

SEB publica un plan para reducir su exposición anualmente. El Banco Santander también ha dejado la puerta abierta a un recorte futuro

La banca mundial comienza a caminar a dos velocidades cuando se trata de mantener abiertas sus líneas de financiación al gas y al petróleo.

A pesar de la presión de los inversores activistas, los principales bancos del mundo continuarán trabajando con estos sectores, pero ya existen algunos pequeños actores que van poniendo fecha de caducidad a sus negocios con el sector.

Es el caso del sueco, SEB AB, que este miércoles habría señalado que va a ir reduciendo su exposición al negocio de combustibles fósiles.

En concreto, de acuerdo con ‘Bloomberg’, SEB pretende ir introduciendo un límite anual, que se irá renovando a la baja cada 12 meses, a su exposición de crédito a las operaciones de exploración, producción y actividades de servicios relacionadas con el petróleo.

La entidad financiera ha tomado esta decisión después de que a finales del año pasado su consejero delegado, Johan Torgeby, avanzara que estaba dispuesto a romper lazos con aquellos clientes que continuarán siendo productores de emisiones contaminantes. SEB también va a cerrar el grifo al carbón.

No es la única entidad nórdica que está dando pasos en materia medioambiental. Este miércoles Svenska Handelsbanken, la mayor entidad financiera de Suecia, avanzó que espera ser cero emisiones no más tarde de 2040.

El Santander tomará una decisión sobre el petróleo en 2022

El principal banco español, el Banco Santander, también ha dado pasos relevantes en este aspecto en los últimos días.

La entidad presidida por Ana Botín presentó el lunes algunas líneas de trabajo para alcanzar las cero emisiones en 2050. Su primer paso ha sido comprometerse a reducir su exposición al sector del carbón, pero ha dejado la puerta abierta a presentar un plan más ambicioso, que afectaría a varias industrias, entre ellas la de los combustibles fósiles.

Concretamente, no más tarde de septiembre de 2022, se ha comprometido a presentar una hoja de ruta hacia la descarbonización para varios sectores intensivos en emisiones, como el petróleo y el gas, el transporte, la minería y la siderometalurgia.

Un plan que, aunque no de manera inmediata, incrementa la presión sobre estos sectores, que están viendo cómo las fuentes de financiación se hacen más escasas -lo que podría encarecer los precios- y les obliga a transformar su negocio de manera más rápida.

De hecho, son industrias protagonistas de ciertos debates en el mercado, como, por ejemplo, sobre si deberían estar vetados a la hora de emitir cierto tipo de deuda sostenible.

En este sentido, uno de los temas sobre los que se discute es si es lógico que todos los emisores puedan vender bonos verdes si el uso de los fondos es para un fin ‘limpio’.

Una de las controversias es que existan compañías/entes públicos que colocan bonos verdes y que luego lleguen a cabo actividades que en principio serían contrarias a este objetivo –Sophie del Campo, directora general para Iberia de Natixis IM nos explica un caso en esta entrevista-.

Para ellos, a falta de una definición más amplia de lo que son las emisiones de transición, una de las alternativas podrían ser los bonos ligados a objetivos de sostenibilidad.

El Santander, al igual que el BBVA, se encuentra en el grupo de entidades que habrían financiado de manera más significativa al petróleo y al gas desde que se firmara el Acuerdo de París.

No obstante, actualmente el peso en cartera de este tipo de financiaciones es reducida. Durante la presentación de los resultados de 2020, Onur Genç, consejero delegado del BBVA la cifró en el 1%.

También en aquel encuentro, Carlos Torres, presidente de la entidad financiera se mostró a favor de continuar trabajando con el gas y el petróleo para que se transformara más que de ‘cortar’ la vía a sus recursos.

Algunos analistas habían pronosticado que algunas entidades financieras, al calor de los avances en materia climática, aprovecharían la temporada de resultados para reducir -o incluso dejar en cero- las líneas de financiación al petróleo y al gas.

No obstante, por el momento, la banca les estaría decepcionando.

Ahora en portada