Grecia se suma a la moda de los bonos verdes

La emisión se realizará en 2022, por lo que ya llegará tras la inaugural del Tesoro español

Grecia también tendrá su propio bono verde soberano. El ministro de Finanzas griego, Christos Staikouras, habría avanzado este martes que el país estaría preparando una emisión de cara a 2022.

Staikouras ha explicado que el Gobierno estaría trabajando en la creación del marco de la emisión y que los fondos se utilizarían para la puesta en marcha de proyectos acciones y programas exclusivamente orientados al desarrollo de la economía verde y sostenible, según recoge Bloomberg.

De confirmarse el calendario, la colocación de Grecia llegará después de la de España. El Tesoro espera ponerla en marcha en septiembre y acaba de presentar su marco de emisión, validado por la segunda opinión de Vigeo Eiris (Moody’s).

La española no es la única colocación de deuda verde soberana prevista para la vuelta del verano. Reino Unido presentó su framework a finales de junio y adelantó que esperaba que su colocación fuera la mayor realizada por un Estado hasta el momento, de unos 17.400 millones de euros (15.000 millones de libras).

Por el momento no se ha dado a conocer exactamente la fecha de la operación, pero podría coincidir con el calendario español. Grecia no habría adelantado cuáles eran sus intenciones en lo que se refiere al tamaño de su futuro bono.

El de España sería más pequeño que el que pretende poner en circulación el Ejecutivo que lidera Boris Johnson, ya que el volumen de posibles inversiones a financiar es menor a las expectativas de emisión del Reino Unido: 13.600 millones de euros.

En esa cifra, el Gobierno español recogería proyectos dirigidos a la mitigación y adaptación al cambio climático, el uso sostenible y la protección de recursos hídricos y marítimos, la transición hacia una economía circular, la prevención y control de la contaminación, o la protección y recuperación de la biodiversidad y los ecosistemas.

Más fuentes de financiación y menor coste

Italia ha sido otra de las economías europeas que se ha estrenado este ejercicio en el mercado de los bonos verdes, en el que ya participaban otros países europeos como Alemania o Francia.

Además de porque desde una perspectiva de imagen a los países les interesa realizar estas colocaciones, el precio y la posibilidad de diversificar inversores son sus principales ventajas.

Con los flujos de dinero entrando con fuerza en los productos ESG, los productos especializados en deuda verde y sostenible necesitan contar con activos en los que invertir.

Además, el coste relativo de estas emisiones suele ser menor que el de los bonos tradicionales, lo que permite a los estados y a las empresas que los colocan financiar sus inversiones verdes con mejores condiciones.

A pesar de las polémicas sobre si algunas emisiones realmente son tan sostenibles como dicen ser y sobre si estas colocaciones pueden utilizarse como técnica de ‘greenwashing’, los estudios que se van publicando confirman que los inversores están dispuestos a renunciar a rentabilidad para invertir en este tipo de emisiones.

Uno de los informes más recientes es el de Capital Group. Esta firma ha construido un modelo para evaluar el ‘greenium’ de los bonos ESG.

Sus conclusiones se traducen «en una reducción del rendimiento de 4,1 y 3,1 puntos básicos en relación con los bonos no considerados ESG, según los datos que recogimos entre noviembre de 2020 y mayo de 2021, respectivamente», señalan.

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