El papel del pequeño inversor en el próximo ciclo expansivo de la ESG

Sophie del Campo, directora general de Natixis IM para Iberia, comparte con SOCIAL INVESTOR sus expectativas para la inversión responsable en España, Latinoamérica y EEUU

El ‘boom’ vivido por la ESG el año pasado es un antes y un después para la inversión responsable, de acuerdo con Sophie del Campo, directora general de Natixis Investment Managers para Iberia, Latam y US Offshore.

La ejecutiva, que reconoce que durante años ha sido una predicadora en el desierto de este modelo de inversión -se incorporó a Natixis IM en 2011, pero lleva en España desde 2000 remando siempre a favor de la ESG-, afirma que algo en lo que 2020 ha sido distinto a otros años es que se «ha cristalizado de alguna manera que la inversión responsable era rentable».

Entrevista a Sophie del Campo, directora general de Natixis IM Iberia

La interesante ecuación rendimiento/riesgo y sus otros beneficios -efectos sociales, sobre el clima…- han acabado por ser los impulsores de este modelo de inversión, que ya cuenta con más de 1 billón de euros en activos invertidos en fondos con este perfil.

Del Campo es optimista con las expectativas tanto para este año, como a medio plazo. La demanda institucional sigue fuerte -el 100 por 100 de los mandatos que está recibiendo Natixis IM es ESG- y, con una visión a más largo plazo y apoyada en los cambios regulatorios, la MIFID acelerará la incorporación de los clientes minoristas.

«Con la nueva regulación, en la estantería de todas las entidades financieras vamos a tener producto ESG»

Con la entrada en vigor el próximo 10 de marzo de la primera parte del Reglamento de Divulgación y la futura inclusión del test de idoneidad con MIFID, Del Campo señala que toda «la fábrica» del sistema financiero se va poner a trabajar para dar crear este tipo de productos; y que esto generará demanda por parte del inversor particular; una vez que lo haya probado.

«Con la nueva regulación, en la estantería de todas las entidades financieras vamos tener producto ESG, que es a lo que va a obligar MIFID», pronostica.

La directora general para Iberia de Natixis IM reconoce que este paso le hace una especial ilusión, ya que «por fin vamos a tener la obligación de preguntar a los clientes y enseñar los productos y es una oportunidad espectacular», avanza.

Desde la perspectiva de los inversores institucionales, también queda mucho recorrido. Natixis IM, a través de sus diferentes gestoras, controla 1,1 billones en activos y aunque cuenta con dos firmas especializadas en ESG –Mirova en el campo de la gestión activa y Ossiam en la indexada-, la inversión responsable ya envuelve a prácticamente toda su oferta. «El 90% de los activos están gestionados por gestoras que han firmado los PRI», explica Sophie del Campo.

La oportunidad de las aseguradoras españolas

Francia es uno de los mercados que, históricamente, ha ido por delante en materia de ESG, gracias a una regulación más exigente que obligó hace veinte años al fondo de reserva de la Seguridad Social a incorporar estos criterios a la hora de elegir activos.

«España no es muy diferente especialmente en el mundo de los planes de empleo, que llevan muchos años trabajando en ello, aunque el mercado es mucho más pequeño», reconoce la directora general de Natixis IM para Iberia.

Dónde sí que cree que existe una oportunidad de crecimiento es el sector asegurador español. En otros países, como Francia, estas compañías ya llevarían mucho tiempo apostando, especialmente, por la inversión de impacto; una modalidad de ESG que todavía no habría hecho «el click» en el sector de los seguros nacional, pero que está calando poco a poco. «Hay muchas cosas qué hacer», insiste.

Del Campo también valora positivamente el impacto de la taxonomía de la Unión Europea en la industria de la gestión de activos, y pronostica que tendrá la capacidad de reorganizar y poner en valor las estrategias ESG que realmente aportan valor.

«Para algunos puede que se convierta en un mero ‘tic de box’ para cumplir», anticipa. Sin embargo, también dará una oportunidad a los gestores que realmente lleven a cabo una gestión activa en materia ESG, porque las diferencias se apreciarán. «Mirova, por ejemplo, no hace exclusión. Ellos han reclasificado los sectores clásicos en base al tema de la sostenibilidad y el impacto», señala.

Así, la gestora no vetaría a las petroleras -por el momento son indispensables-, sino que las empuja a ir invirtiendo en otros negocios. En este sentido, Del Campo coincide con la demanda de una taxonomía de transición que impulse la transformación de los sectores emisores en carbono.

EEUU y Latinoamérica entran en juego

Además del negocio en la Península Ibérica, Sophie del Campo tiene responsabilidades en Latinoamérica y Estados Unidos, dos zonas muy distintas, pero donde también existe potencial para el desarrollo de la ESG.

«Me hizo mucha ilusión cuando Macron para darle la bienvenida a Joe Biden se refirió a los Acuerdos de París, porque son muy importantes», recuerda la ejecutiva.

El mercado estadounidense es muy distinto al europeo en materia de inversión responsable porque no ha tenido el impulso de los reguladores, pero existe mucho interés y sensibilidad hacia el tema medioambiental. «Nuestros productos ESG están teniendo mucho éxito», revela Sophie del Campo, que reconoce que el interés de los fondos de pensiones es creciente.

El inversor institucional latinoamericano está muy concienciado sobre la ESG

Y también es creciente en Latinoamérica; entre otras razones por el peso de los planes de empleo, que están gestionados por empresas privadas, pero son de aportación obligatoria para los trabajadores.

«A nivel gubernamental vemos respuestas muy distintas en Latinoamérica, pero a nivel del inversor institucional creo que están muy concienciados de que hay que hacer algo y de que (la ESG) es hacia donde va el mundo», apunta.

Natixis IM también trabaja directamente con compañías. «Estamos trabajando con varias grandes corporaciones que quieren tener impacto en sus propias inversiones», explica Sophie del Campo.

No obstante, es una mercado con algunas peculiaridades, por ejemplo, a la hora de hacer exclusiones. Dada la elevada actividad petrolera esta actividad, por ejemplo, no se puede dejar fuera de los universos de inversión.

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