El mercado de bonos ligados a la sostenibilidad prepara su despegue en España

Los expertos de Société Générale, Eurizon y Pictet revelan el mayor interés de emisores e inversores en este tipo de bonos vinculados a compromisos ESG y que se adaptan a una variedad de sectores

Conforme crece el interés por los criterios de sostenibilidad entre los inversores sigue aumentado el atractivo de las emisiones de renta fija que tienen en cuenta aspectos ambientales, sociales y de buena gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés).

Además de las emisiones verdes, sociales y sostenibles —que incluyen aspectos ambientales y sociales— los bonos ligados a objetivos de sostenibilidad se perfilan entre las opciones más interesantes para una gran variedad de emisores y podría despegar entre las empresas españolas en los próximos meses, según los expertos consultados por Social Investor.

«Pensamos que va a haber un ‘boom’ de este mercado, tenemos muchas peticiones para reuniones con los expertos. Se han producido muchas operaciones en Alemania y Francia y en pocas semanas o meses veremos operaciones de este tipo en España», explica Fernando García, director de mercado de capitales de Société Générale.

El mercado de estos bonos, que en inglés se definen como ‘Sustainability Linked Bonds’ (SLB) o ‘Key Performance Indicators (KPI) Linked Bonds’, se encuentra todavía en una etapa inicial, tras su surgimiento en 2019.

«La emisión probablemente aumentará en el 2021 considerando que es un mercado que está en una etapa inicial. El margen de crecimiento es significativo, teniendo en cuenta el creciente interés de los inversores en el tema ESG», señala Matteo Merlin, gestor de fondos del equipo de finanzas verdes y sostenibles en Eurizon.

La llegada de la deuda empresarial vinculada a sostenibilidad supone una nueva forma de involucrar a las empresas, con posibilidad de convertirse en estándar ESG en renta fija y «con el tiempo abarcar instrumentos tradicionales de crédito», asegura Philipp Buff, gestor de Pictet.

Los bonos ligados a objetivos de sostenibilidad fueron una pequeña porción de las emisiones sostenibles que se colocaron el año pasado, si bien creciente. Una encuesta reciente de Environmental Finance sugiere que más de dos tercios de inversores creen que en 2021 se recaudarán en bonos con objetivos de sostenibilidad entre 20.000 y 25.000 millones de dólares.

Para García, de Société Générale, «todavía se tardará en estructurar algunas de estas emisiones, pero se trata de un mercado imparable, que crecerá en los próximos meses y años». El experto prevé que se convierta en un mercado «muy potente y profundo».

Espaldarazo en 2020

Según datos de Moody’s, entre 2019 y 2020 se vendieron 15.000 millones de dólares en este tipo de emisiones, frente a los 270.000 millones en bonos verdes solo del año pasado.

«El precio de la mayoría de estas emisiones en 2020 ha llegado a niveles mayores que los de bonos similares del mercado secundario, lo que muestra el fuerte apetito entre inversores por este tipo de deuda, mucha de la cual cotiza con prima negativa frente a los bonos estándar», afirma Buff, gestor de Pictet.

El cogestor del fondo ‘Pictet Global Sustainable Credit’ cree que esta situación es indicativa del papel que los bonos ligados a la sostenibilidad pueden desempeñar en alinear prioridades ESG, apoyar el progreso en sostenibilidad y proporcionar una atractiva rentabilidad.

Pictet destaca el «fuerte apetito entre los inversores» por estos bonos

Una de las ventajas de estas emisiones es que pueden ser utilizada por multitud de sectores, que ligan la captación de fondos al cumplimiento de una serie de compromisos en materia de sostenibilidad, entre los que podría incluirse la descarbonización, explica García.

En el último año, la concentración de emisiones se produjo en la segunda mitad del año, después del espaldarazo del Banco Central Europeo (BCE), pueden utilizarse como colateral en las operaciones de refinanciación.

También se vio respaldado por su ‘estandarización’ técnica con la publicación de los Sustainability-Linked Bond Principles (SLBP) por la International Capital Market Association (ICMA).

Desafíos pendientes

El mercado de los bonos vinculados a la sostenibilidad, al ser muy joven, todavía muestra «una fase de falta de estandarización, lo que lleva a no tener todavía un conjunto definido de KPI que permita una fácil comparación entre las distintas emisiones del mercado», explica Merlin, de Eurizon.

Entre otros aspectos a tener en cuenta, el experto de Pictet advierte invertir en esta deuda requiere mayor escrutinio y diligencias debidas respecto a que los objetivos a cumplir sean sensatos, alcanzables y medibles.

Además, Buff señala que los inversores deben tener cuidado y no pagar en exceso. «Las rentabilidades a vencimiento deben reflejar con precisión los riesgos del emisor, así como que las penalizaciones por no cumplir los objetivos sean suficientemente altas y justas para incentivar el cambio», continúa.

En la actualidad, un aumento del cupón del 0,25% es la penalización más popular y resulta escasa en relación al cupón inicial. Idealmente, debe ser similar a las rebajas de calificación crediticia, 1,25% aproximadamente, pues el objetivo de sostenibilidad debe ser tan importante como el de calificación crediticia, según señala Buff.

Asimismo, este crecimiento del mercado debe ir asociado a la concienciación, tanto por parte de los inversores como por parte de los emisores, de que «la herramienta de los SLB debe utilizarse y valorarse correctamente y no con fines de marketing», advierte Merlin.

Beneficioso para todos los sectores

En la actualidad, las empresas son el tipo de emisor que ha mostrado un mayor interés por los bonos vinculados a la sostenibilidad.

«Este instrumento es útil para empresas que no lo tienen fácil para emitir deuda ‘verde’ desde el punto de vista conceptual, en la medida en que puedan hacer una gestión según lo establecido en los objetivos de sostenibilidad», argumenta el director de mercado de capitales de Société Générale.

Las emisiones con objetivos de sostenibilidad no se refieren a grandes y costosos proyectos ambientales, siendo mucho más flexibles y accesibles para las pequeñas empresas. Por el momento, la mayor parte de las emisiones se concentra en las grandes empresas.

No obstante, según el experto de Eurizon, otros actores, como los organismos gubernamentales, también pueden llevar a un aumento de las emisiones en el futuro.

Pictet prevé que la emisión de deuda vinculada a sostenibilidad se concentre en el segmento ‘BB’, que representa cerca 75% del mercado europeo de deuda de alta rentabilidad, dado el gran número de ‘ángeles caídos’ que han perdido la calificación crediticia grado de inversión.

Pictet espera que el grueso de estos bonos sean del segmento ‘BB’

Por sectores, podrían proliferar los bonos que incorporan objetivos de energía limpia, acción climática, buena salud y bienestar, y otros como agua potable y saneamiento, reducción de la desigualdad, y consumo y producción responsables.

Las ‘utilities’, el transporte, los materiales de construcción, la moda, las cadenas de supermercados o las farmacéuticas son algunos de los sectores que ya han probado estos bonos.

¿Cuáles son los siguientes pasos?

Los primeros bonos vinculados a sostenibilidad se referían objetivos medioambientales, como reducciones de emisiones de gases de efecto invernadero.

Con el tiempo, además de medio ambiente, Pictet prevé que se incluyan más objetivos sociales y de gobernanza, lo que diferenciará aún más estos bonos ligados a objetivos de sostenibilidad de los conocidos como bonos verdes.

Por ejemplo, en una emisión reciente la farmacéutica suiza Novartis ha optado por centrarse en sus objetivos en el acceso a la medicina por parte de la población de ingresos medios y bajos, lo que muestra el potencial del espectro ESG para estas emisiones.

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