El IBEX y los inversores españoles callan en la consulta sobre ‘reporting’ ESG de la década

Las excepciones son el BBVA, el Banco de España, el Instituto Español de Analistas Financieros, el Consejo General de Economistas y la Asociación Española de Contabilidad y Administración de Empresas

El IFRS Foundation, el órgano de gobierno del International Accounting Standards Board (IASB) que elabora las reglas internacionales de contabilidad y reporte financiero, cerró en 2020 la que posiblemente sea una de las consultas con más repercusiones para la inversión ESG de esta década.

El IFRS Foundation, coincidiendo con la planificación de su estrategia para los próximos años, se ha decidido finalmente a abordar la cuestión del ‘sustainability reporting’ o por lo menos consultar a sus ‘stakeholders’ qué papel puede o debe desempeñar.

La decisión tampoco es digna de tirar cohetes. Peticiones en ese sentido le han llovido al IASB en los últimos años, por parte de inversores ESG en particular, quienes lo consideran la instancia natural para tal trabajo. Sobre todo en el contexto de proliferación de estándares voluntarios desde el ámbito privado, que han llenado ese vacío, pero a la vez no han sido capaces de evitar la fragmentación en la divulgación de información ESG.

Un equivalente ESG a las IFRS

La demanda de información comparable, lo más global posible y consistente ha cristalizado en el nuevo consenso de crear el equivalente ESG de los ‘International Financial Reporting Standards’ (IFRS). 

Hasta hace bien poco la posición del IASB era que lo más lejos a donde podía llegar era modernizar las guías de ‘narrative reporting’ que contextualizan los estados financieros calculados usando los IFRS (Practice Statement Management Commentary).

Sin embargo, nunca es tarde si la dicha es buena. Hacia el verano de 2019, Hans Hoogervorst, el presidente saliente del IASB, daba alguna pista de evolución en el asunto, afirmando que primero deberían mover ficha los diferentes actores en el terreno del reporte voluntario ESG, fusionándose entre ellos “para crear un mundo menos caótico”. 

El primer paso necesario era que se fusionaran las entidades de ‘reporting’ voluntario

Una velada mención premonitoria a los que hoy se hacen llamar el «Grupo de los Cinco«, un proyecto para alinear los respectivos estándares y campos de trabajo de Sustainability Accounting Standards Board (SASB), Global Reporting Initiative (GRI), Climate Disclosure Standards Board (CDSB), CDP e International Integrated Reporting Council (IIRC).

SASB y IIRC se unirán este año para crear el Value Reporting Foundation. Muy probablemente el CDSB también se fusionará con ellos reduciendo el grupo a tres.  

En el otoño del 2019, Hoogervorst ya dejaba caer la posibilidad de crear un Sustainability Standards Board (SSB), paralelo al IASB, elevando tal proposición a los fidecomisarios del IFRS Foundation. Durante 2020 se fue cocinando la consulta que finalmente se publicó a finales de septiembre del 2020

Estándares y materialidad, dos ejes de trabajo

Las dos líneas maestras, y los dos puntos de posible desacuerdo de la consulta son los siguientes: el ámbito de los propios estándares ESG y por qué principio de materialidad se deben regir

El IFRS Foundation ha expresado sus preferencias. Es partidario de empezar por estándares que integren primero la cuestión climática, de los que ya existe mayor conocimiento, para construirlos sobre la base, por ejemplo, de las recomendaciones del Task Force on Climate-related Financial Disclosures (TCFD).

El IFRS Foundation se decanta por el principio de materialidad sencilla (‘single materiality’), es decir, centrándose en aquellos asuntos que son relevantes para una audiencia de inversores y los participantes del mercado principalmente. 

La propuesta ha recibido 542 respuestas a la consulta pública

Ello es en contraposición al principio de doble materialidad que persigue un reporte financiero que explique el impacto de las cuestiones ESG en las compañías, y viceversa, el impacto de las compañías en la sociedad. Éste es el enfoque adoptado por el legislador europeo en la reforma de la directiva de información no financiera que se llevará a cabo este año.   

Hasta el momento se han publicado 542 respuestas en la consulta pública por parte de organizaciones de diferente naturaleza, incluyendo nombres muy conocidos de la inversión responsable a nivel global.  

Muy baja representación española

Salvo un puñado de excepciones, el sector español muestra un inexplicable desinterés muy carpetovetónico. Solo el BBVA, el Banco de España, el Instituto Español de Analistas Financieros, el Consejo General de Economistas y la Asociación Española de Contabilidad y Administración de Empresas parecen interesados en el asunto. 

BBVA está de acuerdo con arrancar por los asuntos climáticos, pero incluyendo un calendario que cubra el resto de asuntos ESG

Sus respuestas coinciden en parte con las preferencias del IFRS Foundation, pero con algunos matices. El BBVA, por ejemplo, está de acuerdo con empezar el trabajo por los asuntos climáticos, pero con un calendario para dar cobertura a todos los asuntos ESG en un futuro cercano.

Del mismo modo, BBVA se muestra partidario de un enfoque de materialidad sencilla pero de forma transitoria para llegar a la doble materialidad.  

El Banco de España, sin embargo, se decanta inequívocamente por la doble materialidad como principio rector del ‘sustainability reporting’.

En ello coincide con su equivalente holandés De Nederlandsche Bank, que es uno de los miembros fundadores del Network for Greening the Financial System, al que pertenece el banco central español.

Del mismo modo, el supervisor supranacional de los mercados, European Securities and Markets Authority (ESMA), ha sugerido al IFRS Foundation no solo la doble materialidad, sino también un enfoque que de algún modo permita integrar los Objetivos de Desarrollo Sostenible en la contabilidad de las empresas.      

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