El auge de la inversión de impacto pilla al sector auditor poco desarrollado

Las firmas españolas suelen recurrir a la industria internacional para medir el desempeño ambiental y social de sus fondos de impacto. SpainNAB confía en que el mercado de la auditoría de impacto nacional florezca

La inversión de impacto tiene como objetivo crear una huella social y ambiental positiva, además de un retorno financiero. Con el crecimiento de esta corriente de inversión, la industria nacional encuentra dificultades a la hora de medir la consecución de los objetivos no financieros.

Y es que a la ausencia de unos estándares homogéneos globales bien establecidos —que la Taxonomía Verde y Social europea pretender solucionar— se suma que el sector de auditoría de impacto local está muy poco desarrollado.

En esta rama de las finanzas ESG, la clave está en la relación causal y medible entre la inversión y la consecución del objetivo marcado, que puede ser, por ejemplo, uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.

El fin de esta inversión es canalizar los flujos a los segmentos desatendidos a los que no suele acudir capital y crear un impacto positivo directo, profundo y duradero en el tiempo frente a problemas concretos.

Para medir ese impacto ambiental y social, las gestoras españolas especializadas tienen que recurrir a los principales actores de la industria internacional. Es la única forma de poder cumplir los compromisos de verificación y auditoría social en sus productos de impacto.

En España operan ‘boutiques’

Son pocas las firmas privadas especializadas a nivel mundial en la medición este impacto, con especial protagonismo de la estadounidense MicroRate, la italiana MicroFinanza Rating y la india M-Cril.

Todo apunta a que el impulso de la industria financiera conllevará al fortalecimiento de esta industria asociada, también en España, según avanzan desde el SpainNAB, el Consejo Asesor Nacional para la Inversión de Impacto en España.

«Seguro que la verificación y auditoría de impacto es un nuevo mercado que va a florecer en España», pronostica el consejero delegado de SpainNAB, José Luis Ruiz de Munain, en declaraciones a SOCIAL INVESTOR.

La verificación y auditoría de impacto es un nuevo mercado que va a florecer en España

José Luis Ruiz de Munain, SpainNAB

El experto señala que en España ya hay algunas consultoras de asesoría y medición de impacto, pero son «de nicho». Entre ellas destacan las ‘boutiques’ Sinnple, con sede en Euskadi; Transcendent, radicada en Madrid; y la hispanoportuguesa Stone-soup.

Entre sus servicios se incluyen la definición del modelo de impacto y los indicadores clave a monitorizar para poder hacer un seguimiento eficaz, así como el cálculo el impacto conjunto de las carteras de inversión.

Asimismo, las principales auditoras y consultoras empresariales del mundo —Deloitte, PwC, Ernst & Young (E&Y) y KPMG— también podrían interesarse por ese segmento, según apunta Ruiz de Munain.

De momento, la apuesta de las conocidas como ‘big four’ por la inversión sostenible está más centrada en los criterios ESG (ambientales, sociales y de buena gobernanza) que en el impacto en sí. Además, su punto de partida es más de auditoría o consultoría a la empresa que al inversor.

Avances en los puntos a medir

En el tablero global, Europa está intentando tomar las riendas a la hora de definir el marco de actividades y sectores sostenibles. Este avance regulatorio va por delante y marca el paso a los actores de la industria privada.

La estandarización de los indicadores está más adelantada en el ámbito medioambiental que en las áreas sociales. En esta segunda, suelen alinearse con los Indicadores Universales de Cambio definidos por el Social Performance Task Force (SPTF) y con los ODS de las Naciones Unidas.

Entre el creciente número de herramientas de impacto los indicadores ‘Impact Reporting and Investment Standard (IRIS)‘, impulsados por la Global Impact Investing Network (GIIN), están entre los que generan más consenso.

«Ahora mismo está habiendo avances importantes conforme se está gestando la regulación europea, con la Taxonomía Verde y el Reglamento de Divulgación de las Finanzas Sostenibles», coincide el consejero delegado del Consejo Asesor Nacional para la Inversión de Impacto en España.

De acuerdo al nuevo Reglamento de Divulgación (SFDR), los fondos de impacto se engloban dentro del Artículo 9, como fondos con «objetivo de inversión sostenible», en tanto que pretender resolver desafíos sociales o medioambientales, como el cambio climático, la inclusión, la salud y el bienestar, el consumo responsable y las infraestructuras sostenibles.

Se dan las circunstancias de que la industria europea debe ofrecer cierta información sobre la sostenibilidad de sus productos cuando los criterios técnicos por detrás no están desarrollados. Se les espera para el próximo verano.

Por qué es tan importante

La inversión de impacto es la más pequeña en activos bajo gestión dentro de la industria ESG con unos 352.000 millones de dólares (unos 300.000 millones de euros), según Global Sustainable Investment Alliance (GSIA).

La auditoría y medición no es una cuestión baladí en tanto que el objetivo de la inversión de impacto es resolver los fallos del mercado que excluyen a miles de personas o causan la destrucción del planeta.

Según los datos de SpainNAB, el mercado nacional de inversión de impacto es de 2.378 millones de euros, tras crecer un 26 por ciento en el año de la pandemia. Su previsión es que siga creciendo a doble dígito.

Desde la Global Steering Group for Impact Investment (GSG) y el Global Impact Investing Network (GIIN) llevan años impulsando la inversión de impacto, también con el estudio para la estandarización de indicadores.

A estas redes se han sumado más recientemente la alianza inversora ‘Impact Principles’, que ya suscriben más de un centenar de firmantes con 400 millones de dólares bajo gestión.

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