Bonos, créditos de carbono azules… la ingeniería financiera aprovecha la sostenibilidad

Tras la emisión por parte de Chile de deuda pública ligada a objetivos de sostenibilidad, Bahamas explora crear créditos de carbono azules y el mayor banco de Filipinas apuesta por los bonos azules

Coco Cay, en Bahamas.

Bahamas será uno de los pioneros mundiales en la emisión de créditos de carbono oceánicos. La isla caribeña está haciendo inventario de activos relacionados con manglares y praderas marinas para poder vender créditos de carbono “azules” en el mercado internacional a finales de este año, según anticipó el primer ministro Philip Davis y recogió Bloomberg Green.

El inventario está aún en curso, pero el gobierno ha desvelado que podrían venderse al menos 300 millones de dólares en activos en el mercado voluntario de carbono.

Los ecosistemas marinos como los manglares y las praderas pueden servir de almacén de grandes cantidades de dióxido de carbono (CO2), lo que significa que juegan un papel importante en la reducción del cambio climático.

Cobrar por los servicios

“Veo las emisiones de gases de efecto invernadero como basura, y a nuestros sumideros de carbono como recolectores de esa basura, brindando un servicio al mundo”, dijo Davis en la Conferencia de Energías Renovables del Caribe celebrada en Miami.

“Es hora de que nos paguen por nuestros servicios”, apuntó el dirigente bahameño.

La demanda mundial de créditos de carbono se dispara a medida que las empresas luchan para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas, compensando así sus emisiones.

El objetivo es que, en 2050, los créditos de carbono se conviertan en un mercado que mueva entre 245.000 y 546.000 millones de dólares, según cálculos de BloombergNEF.

Hasta el momento, las iniciativas se han centrado en los denominados créditos de carbono ‘verdes’, ligados a bosques y ecosistemas terrestres. Pero si Bahamas empieza a vender créditos ligados al oceáno, sería uno de los primeros países del mundo en hacerlo.

Sin embargo, no está solo. El gobierno llevará a cabo una reunión regional en las próximas semanas para conseguir que otros países del Caribe se unan a la iniciativa. Si bien estos países contribuyen muy poco al número global de emisiones, la zona es una de las más vulnerables al cambio climático del mundo.

Según Davis, la mitad de la deuda nacional de Bahamas, de 10.000 millones de dólares, corresponde a daños ambientales provocados por huracanes y la crisis climática.

El capital generado por la venta de créditos de carbono azul sería invertido en energía renovable, así como en otros proyectos para hacer de Bahamas un país más resistente al calentamiento global.

“Quiero ver un Caribe en el que no se tire basura nunca más. Somos un gran sumidero de carbono para el mundo, y necesitamos beneficiarnos de la limpieza de la contaminación atmosférica”, dijo Davis.

Filipinas, otro país que se suma a la ola ‘azul’

Una iniciativa similar está desarrollando BDO Unibank, el banco más grande de Filipinas, que anunció recientemente que venderá bonos para ayudar a combatir la contaminación marina y preservar los recursos de agua limpia.

En el debut participará la Corporación Financiera del Banco Mundial (IFC, por sus siglas en inglés), que comprará hasta 100 millones de dólares en los primeros bonos azules que saldrán a emisión en Filipinas.

El país del sudeste asiático es el tercer responsable del mundo en vertidos de plástico al océano. En términos absolutos, supone un total de 0,75 millones de toneladas métricas al año, según un estudio publicado por la propia IFC.

Además, más de 3 millones de personas en Filipinas dependen de fuentes de agua inseguras e insostenible, según consta el mismo informe.

“La inversión de la IFC será clave para ayudar a BDO Unibank a desarrollar un marco financiero ‘azul’ que nos permita financiar en proyectos para apoyar este tipo de economía”, dijo Teresita Sy-Coson, presidenta del banco filipino. El acuerdo incluye establecer también una nueva clase de activos en el mercado de renta fija de país, según la directiva de BDO Unibank.

No son los únicos estados que están innovando en materia medioambiental. Por ejemplo, Chile ha sido la primera economía del mundo en realizar una emisión de deuda gubernamental ligada a objetivos de sostenibilidad; lo que ha creado un intenso debate en el mercado sobre si es este tipo de emisiones son adecuadas para los estados.

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