Así puede contribuir el inversor responsable a la erradicación de la esclavitud moderna

La iniciativa 'Find It, Fix It, Prevent It', en la que se integran gestoras como Schroders, Fidelity, Aberdeen o M&G, aplican políticas de 'engagement' a favor de los derechos laborales

La industria de gestión de activos puede jugar un rol importante para acabar con la esclavitud moderna. Esta incluye trabajos forzados o en condiciones inhumanas, frecuentemente en las regiones menos desarrollados, que salpican a las multinacionales por su cadena de suministro.

«El sector financiero por sí solo no puede resolver el problema de la esclavitud moderna, pero este no puede ser resuelto sin la participación del sector privado y particularmente el sector financiero«, asegura Fiona Reynolds, consejera delegada de los Principios para la Inversión Responsable (PRI).

A pesar de que la esclavitud es ilegal en todos los lugares del mundo, según los datos de Naciones Unidas, más de 40,3 millones de personas se encuentran en alguna forma de esclavitud o trata de seres humanos. El 71% son mujeres y niñas.

La esclavitud no puede resolverse sin la participación del sector financiero

Esto supone que una de cada 185 personas está sometida a algún tipo de esclavitud moderna. Para ponerlo en contexto, el organismo afirma que «hay más personas en esclavitud hoy que en cualquier otro momento de la historia de la humanidad, incluso cuando la esclavitud era legal».

Con este contexto tiene sentido que los aspectos sociales ganen terreno a los ambientales y de gobernanza que engloban la ESG. En el caso de los derechos humanos, su defensa puede conllevar implicaciones geopolíticas, tal y como ha ocurrido hace unas semanas.

La polémica comenzó con la sanción de la UE a varias entidades y altos cargo del régimen chino por los abusos contra los derechos humanos de la minoría musulmana uigur en Xinjiang. Estos podrían haber sometidos a «trabajos forzados» en los campos de algodón, que abastecen a la producción mundial.

La defensa de los derechos humanos conlleva implicaciones en la geopolítica

La respuesta de China se ha traducido en represalias contra ciudadanos europeos, incluidos cinco eurodiputados. Tras el cruce de sanciones, ha comenzado una campaña de boicot para que los ciudadanos chinos dejen de comprar ropa en las compañías como Nike y H&M por su negativa a comprar algodón de Xinjiang.

¿Qué inversores se han puesto en marcha?

En este marco, un grupo de inversores británicos encabezados por la gestora CCLA Investment Management (11.300 millones de libras bajo gestión) ha lanzado la iniciativa ‘Find It, Fix It, Prevent It’ (encuentrarlo, arreglarlo y evitarlo). Es un ejemplo de liderazgo del papel que los inversores pueden jugar ante este crimen.

Se trata de un ‘lobby’ inversor en favor de los derechos laborales, promovido en el origen por esta firma que gestiona el patrimonio de organizaciones benéficas, religiosas y del sector público.

Este grupo de presión ya ha sido respaldada por 56 grupos inversores con más de 7 billones de libras (más de 9 billones de euros) en activos. Por el momento, no hay firmas españolas.

Entre ellos figuran gestoras de la talla de Schroders (641.000 millones de euros), Fidelity International (590.000 millones), Aberdeen Standard Investments (519.200 millones) o M&G Investments, con 300.000 millones de euros bajo gestión.

La actuación de las gestoras es clave

Los inversores tienen apalancamiento y, como parte de su compromiso con los criterios ambientales, sociales y de buena gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés), deben usarlo para abordar las cuestiones de la esclavitud moderna y trata de personas dentro de sus carteras de empresas participadas.

La industria de la gestión de activos decide a qué empresas aportar capital y es por eso que «la comunidad inversora tiene un papel clave que desempeñar», asegura Reynolds, en el prólogo del informe anual de ‘Find It, Fix It, Prevent It’.

Como parte del ‘engagement‘ con sus participadas, los inversores deberían interactuar y comprender las diligencias llevadas a cabo por las empresas. De esta forma, pueden saber cómo estas investigan las cadenas de suministro para identificar y erradicar la esclavitud moderna.

Resultados de esta presión en las empresas

El informe da cuenta de cómo los inversores pueden presionar a las empresas a trabajar para encontrar las víctimas de la esclavitud moderna en su cadena de suministro y contribuir a ponerles remedio.

«La comunidad inversora tiene un papel clave que desempeñar frente a la esclavitud»

Fiona Reynolds, CEO de los PRI

En el 2020, los diálogos de 16 inversores de este grupo de acción han conseguido que 13 compañías de hostelería y turismo cotizadas ya hayan aceptado estos compromisos.

Entre ellas hay grupos conocidos internacionalmente como Carnival, Compass Group, Domino’s Pizza, TUI Group o InterContinental Hotels.

A pesar de que los compromisos aún están en la fase inicial, una de ellas ya ha identificado problemas de esta índole en su cadena de suministro.

«En este año afectado por Covid-19, el progreso ha ha sido más lento de lo planeado pero es genial para ver más empresas trabajando en ello. Aún queda mucho por lograr, pero es un buen comienzo», valora Peter Hugh Smith, director ejecutivo de CCLA.

Contribución a las políticas públicas

El Parlamento Europeo ha subrayado en reiteradas ocasiones la necesidad de fortalecer los requisitos europeos para que las empresas puedan prevenir abusos contra los derechos humanos y dar reparación a las víctimas.

El debate se ha intensificado en los últimos meses en torno a las obligaciones de ‘due dilligence’ para las empresas en sus cadenas de suministro.

El ‘lobby’ inversor liderado por la gestora CCLA también ha presionado al Gobierno británico a fomentar la «transparencia en las cadenas de suministro».

Aunque su enfoque en la presión en las instituciones públicas ha estado centrado en el Reino Unido, en el informe anual el grupo revela que en 2021 ampliará su alcance al extranjero.

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