Así promueven las tres mayores gestoras del mundo la reducción de emisiones de carbono

BlackRock, Vanguard y State Street Global Advisors influyen en la reducción de la huella medioambiental de las empresas donde invierten, según una investigación del IESE

Los grandes inversores institucionales se han marcado el objetivo de impulsar la ESG (Environmental, Social & Corporate Governance) y, una vez desembarcan en el accionariado, se está demostrando que son capaces de rebajar la huella de carbono de las empresas en las que participan.

Esta es una de las conclusiones de una investigación llevada a cabo por un equipo de profesores del IESE, que verá la luz en el ‘Journal of Financial Economics’.

Este análisis, impulsado por la escuela de negocios española, asegura que las tres mayores gestoras de activos del mundo, BlackRock , Vanguard y State Street Global Advisors están jugando un papel más que activo en la evolución medioambiental de las compañías donde invierten.

El informe elaborado por los profesores José Azar, Miguel Duro, Igor Kadach y Gaizka Ormazabal establece que existe una relación directa entre la inversión de estas tres grandes firmas -a las que denomina ‘big three’- y una reducción de las emisiones de CO2 de las compañías donde toman participaciones.

Estos grandes los inversores creen que la reducción de las emisiones de CO2 aumenta el valor de su cartera

Los profesores del IESE indican en el estudio que han valorado los datos de emisiones de participadas por estos tres fondos durante el periodo 2005 y 2018.

Y es en los últimos años de esta muestra, cuando estas tres firmas se han comprometido públicamente a invertir en compañías que tenga como prioridad la cuestión medioambiental, cuando se percibe una reducción en la huella de carbono de las participadas.

El estudio indica que estas tres grandes gestoras son relevantes en influencia por su tamaño. Recuerdan que juntas controlan cerca del 20% de las acciones cotizadas en el índice S&P 500.

Búsqueda de resultados, no de altruismo

“Gestionan enorme (y creciente) cantidad de inversiones”, indican los autores en su investigación. Y no ven cuestiones altruistas detrás de este enfoque, sino claros “incentivos económicos”.

“Una posible motivación es que estos grandes los inversores creen que la reducción de las emisiones de CO2 aumenta el valor de su cartera”, argumentan.

“Una de las principales conclusiones de nuestra investigación”, aseguran los autores del ‘paper’, es que “contrariamente a lo que muchos creen” estos tres grandes gestores de activos “tienen tanto los incentivos como los medios para conseguir reducir las emisiones de CO2”.

“Y nuestra evidencia empírica sugiere que, a través del compromiso con las empresas de su cartera, ya han desempeñado un papel positivo en esta importante dimensión del gobierno corporativo”, apuntan.

Reuniones con sus participadas

En cuanto al fondo del estudio, indican que estas tres firmas se sientan periódicamente con los directivos de las empresas en las que invierten; y que suelen apostar por compañías donde ven potencial de reducción de huella de carbono.

“Encontramos evidencias que corroboran que las empresas con mayores emisiones de CO2 es más probable que sean el objetivo” de estas ‘big three’ de la inversión.

“Comenzamos comprobando si existía una relación entre la propiedad [de acciones] de una compañía por los ‘big three’ y las emisiones de CO2”, explican los autores del informe. Empresas que, apuntan, forman parte de los índices que elabora MSCI, una de las firmas clave en cuanto a los rating de sostenibilidad.

Las empresas con mayores emisiones de CO2 son más proclives a ser objetivo de inversión de las tres mayores gestoras

Y de ese estudio se desprende, según indican, una reducción de las emisiones corporativas de CO2 que alcanzaría hasta el 2%.

Los autores matizan que esta acción de las grandes gestoras no es suficiente para reducir las emisiones globales de CO2, dado que se trata de un problema global que requiere una solución coordinada.

Eso sí, el papel de estos fondos es relevante no sólo porque tienen un efecto directo en aquellas empresas donde invierten, sino porque se trata de actores supranacionales, lo que puede acrecentar su papel como palanca del cambio.

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