Alerta para Repsol, Naturgy y Cepsa: crece la lista de inversores que dan la espalda al petróleo y al gas

Swedbank Robur, que controla activos valorados 180.000 millones de dólares, incluye a estos sectores en la lista negra de empresas excluidas en su estrategia de inversión

El escenario continúa complicándose para las empresas que se dedican al negocio del gas y del petróleo, que siguen viendo cómo se reduce la lista de hipotéticos accionistas, especialmente en los países nórdicos. En España, podría afectar a empresas como Repsol, Cepsa o Naturgy.

Este martes, Swedbank Robur, que controla activos valorados 180.000 millones de dólares según Bloomberg, incorporaba a estas dos industrias en su lista de sectores excluidos, una selección en la que ya se encontraban las empresas de carbón. No obstante, la empresa deja la puerta abierta a realizar algunas excepciones.

«Se realizarán para aquellas compañías que se juzgue que son capaces de alcanzar el compromiso de neutralidad de carbono establecido en el Acuerdo de París», señala en un comunicado. Estas decisiones se han tomado en base a los principios de inversión responsable de la gestora.

Es la segunda firma en un mes que da un paso similar. En diciembre, lo hacía el fondo de pensiones sueco AP2, que gestiona 35.000 millones en activos, también optaba por excluir de su objetivo de inversión a empresas envueltas en esta industria.

En su caso, provocó la salida de 250 valores de su universo de inversión.

2021, un año de fuerte presión con la COP26 como telón de fondo

El quinto aniversario del Acuerdo de París, celebrado el año pasado, ha creado un caldo de cultivo propicio para acelerar la presión desde múltiples sectores -especialmente desde el mundo de la inversión- sobre las petroleras y las gasistas.

Además del movimiento cero emisiones, está sobre la mesa la reunión del COP26 este año en Reino Unido, que se prevé que sirva como un escaparate adicional para los movimientos contra el cambio climático.

Fenómenos como Filomena, que ha causado estragos en una buena parte de España y que está provocando un frío extremo en otras regiones europeas, son un ejemplo de las argumentaciones de los activistas para exigir que se acelere el proceso. La propia pandemia de coronavirus también se ha relacionado como un posible efecto secundario del cambio climático.

Con Estados Unidos regresando al marco del Acuerdo de París, se espera que la ESG centrada en la sostenibilidad gane todavía más protagonismo.

Con los Demócratas controlando el Senado y el Congreso, se espera que la Administración Biden se comprometa con firmeza con la lucha contra el cambio climático y también legisle a favor de la difusión de datos sobre impacto climático para las cotizadas.

Exxon ya se ha visto obligado a presentar una hoja de ruta en sostenibilidad desde la elección de Biden

De hecho, desde que resultara vencedor de las elecciones, la presión sobre las petroleras ha ido a más. Exxon ya se ha visto obligado a presentar una nueva hoja de ruta en materia de emisiones -inexistente hasta ahora-.

En los últimos días, además, se la ha cuestionado por haber parado ‘sine die’ las inversiones previstas para desarrollar infraestructuras de captura de carbono. La petrolera estadounidense paró uno de sus proyectos la pasada primavera, a raíz del coronavirus, y todavía no las ha retomado.

Dicho proyecto, conocido como LaBarge, se considera uno de los más importantes del mundo en la tecnología de captura de carbono.

Exxon ha asegurado que no ha abandonado el proyecto y que lo retomará. El gigante ya ha sufrido mucho por su perfil y quizás fue la salida del Dow Jones de Industriales el año pasado el hito que mejor demostró la pérdida de apoyos -y de valor en bolsa- que está sufriendo el sector a causa del giro en contra de los combustibles fósiles que sufre el sector.

La española Repsol es una de las petroleras que está utilizando (y trata de promocionar) la captura de carbono como una herramienta útil para tratar de reducir su impacto climático.

En el segundo semestre del año pasado se conoció que había puesto en marcha un proyecto para capturar y almacenar ligado al yacimiento de gas Sakakemang en Indonesia.

Es un gas muy pesado, que genera muchas emisiones de CO2, y que la compañía espera ‘limpiar’ y almacenar para poder venderlo descontaminado. También cuenta con otro que está en marcha en el País Vasco en las instalaciones de Petronor.

El objetivo del sector de hidrocarburos: esquivar la exclusión

Las petroleras -y en esto Europa va por delante-, está tratando de difundir planes creíbles sobre sus objetivos de reducción de carbono, justo para agarrarse a la puerta abierta que dejan firmas como Swedbank Robur: la no exclusión en caso de credibilidad de los planes de descarbonización.

El sector, a raíz del quinto aniversario del Acuerdo de París, presentó un acuerdo para dar transparencia a sus estrategias de sostenibilidad.

El sector se encuentra en medio de una complicada transformación y necesita retener inversores; al menos aquellos que llevan a cabo una inversión ESG activa, que les permite poder invertir en compañías que, a su juicio, están impulsando correctamente el proceso de transformación.

El crecimiento de la ESG que trabaja exclusivamente con criterios de exclusión les perjudica, especialmente en el caso de los ETF que replican índices y que las excluyen directamente de su selección de valores.

Quedarse fuera de estos indicadores ya limita su base de accionistas, algo que penaliza su cotización en bolsa.

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