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Sostenibilidad y productividad

Las empresas sostenibles serán más productivas por la mayor implicación y más entusiasta participación de sus empleados

Muchas son las razones que se han dado y se siguen dando para ligar la sostenibilidad a la productividad en el ámbito empresarial. Las empresas sostenibles, al respetar los derechos y justas aspiraciones de todos los involucrados en el quehacer empresarial (sus partícipes sociales), van a conseguir más fácilmente el apoyo de sus trabajadores, proveedores, clientes, sociedad… y eso, a largo plazo, es previsible que aumente su productividad.

También se ha hablado de la innovación: las empresas sostenibles al tener que innovar para consumir menos recursos naturales, para no contaminar o para diseñar productos más ecológicos, desarrollan unas capacidades que les permiten innovar en productos y procesos más allá de mejorar su impacto en el medioambiente; esto también las puede hacer más productivas.

Podríamos también hablar de las posibilidades de acceder a una mejor financiación o a un esperable mayor apoyo de las autoridades, y todo esto puede ayudar a mejorar la productividad.

Los trabajadores deberán sentirse motivados para adquirir tales conocimientos y para aplicarlos en su trabajo, y esto será más fácil en empresas que actúan responsablemente con sus empleados

Pero me quiero centrar aquí en algo que me parece medular en la actual economía y que irá a más en el tiempo que viene. Cada día más actividades utilizan tecnologías sofisticadas, de una manera sobresaliente las tecnologías digitales. De igual manera, cada vez es más importante la innovación.

Desde un agricultor a una entidad financiera, desde un profesor a un fabricante de automóviles, desde un diseñador de moda a los sistemas de seguridad, todos se han sofisticado enormemente, usan cada vez más tecnologías e innovan a mayor velocidad. Todo esto los hace más productivos.

En todo este proceso la implicación de los empleados parece fundamental. Cada vez hay más trabajos que precisan de importantes conocimientos generales y específicos: los trabajadores deberán sentirse motivados para adquirir tales conocimientos y para aplicarlos en su trabajo, y esto será más fácil en empresas que actúan responsablemente con sus empleados.

Vamos hacia una economía donde el conocimiento va a ser cada vez más imprescindible, y los trabajadores de la empresa deberán seguir formándose (esto lo vemos cada vez más). Deberán estar motivados para hacerlo, y eso será más fácil si ven que consiguen sus objetivos profesionales y personales.

Es esperable que las empresas sostenibles sean más productivas por la mayor implicación y más entusiasta participación de sus empleados, que se formarán más a gusto en lo que la empresa necesita, aplicarán sus conocimientos en su trabajo, tomarán iniciativas, innovarán…

Es por eso que creo que las excesivas diferencias salariales dentro de una empresa, si son desmotivadoras para una parte importante de los empleados, pueden afectar negativamente a la productividad.

En la literatura sobre el tema se habla de dos fuerzas opuestas que se enfrentan cuando aumenta la desigualdad salarial: el sentimiento de injusticia que se vive entre los perjudicados y que empuja hacia abajo la productividad, y la simultánea mayor atracción de un posible ascenso, que la empujaría hacia arriba; sería un efecto positivo de la competición entre los aspirantes al ascenso.

También se habla a menudo de las peleas que se pueden producir para conseguir a toda costa el mencionado ascenso, lo que llamamos zancadillas, empujones o codazos, que también deterioran la productividad.

La productividad disminuye al aumentar la desigualdad salarial, deprisa al principio al dominar el sentimiento de injusticia

Para ver cuál de esas fuerzas era la predominante, mi colega Wojciech Przychodzen y yo hemos realizado una investigación recientemente publicada en el ‘Journal of risk and financial management’ con el título: “CEO–Employee pay gap, productivity and value creation”. En dicho trabajo hemos estudiado cómo evoluciona la productividad al aumentar la dispersión salarial en las empresas. Por supuesto que no todos los casos son iguales, pero la forma general de esa evolución aparece en la Figura.

Fuente: Przychodzen y Gómez-Bezares, 2021, https://www.mdpi.com/1911-8074/14/5/196

La explicación de la Figura es sencilla: la productividad disminuye al aumentar la desigualdad salarial, deprisa al principio al dominar el sentimiento de injusticia; más despacio después al tener un cierto peso los beneficios de la competición entre empleados; y muy deprisa al final: las altas diferencias parecen promover un aumento de las peleas y deslealtades entre los propios empleados.

Desde hace algún tiempo vengo manteniendo que la sostenibilidad debe llevar aparejado un cierto equilibrio salarial, las empresas con grandes diferencias salariales no son sostenibles, y parece que, como media, también son menos productivas.

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