Se acelera el giro hacia lo sostenible

Tras el cambio en la presidencia de EEUU, el Foro Económico Mundial de Davos ha confirmado que el cambio climático se ha convertido en la cuestión que más preocupa a los gobiernos

Se acelera el giro hacia la sostenibilidad

El Foro Económico Mundial de Davos proporciona cada año una excelente oportunidad para calibrar qué ocupa y preocupa más a los gobiernos y élites empresariales.

Con el mundo a la espera de que se concreten las políticas exterior y comercial de la nueva administración estadounidense, los debates sobre geopolítica han quedado en un segundo plano en 2021.

El foco ha pasado a la sostenibilidad y el cambio climático.

¿Cuáles son las tendencias aceleradoras?

UBS fue la encargada de organizar un panel sobre sostenibilidad y finanzas en el que participaron tanto reguladores como compañías de varios sectores.

Resumo a continuación las diez principales tendencias que fueron identificadas como aceleradores del giro de los gobiernos, empresas e inversores hacia una economía más sostenible:

1. El activismo inversor influye más que la regulación. Las grandes compañías se han visto empujadas por muchas gestoras de fondos a dar más información sobre la sostenibilidad de sus actividades.

Ahora hay una presión abrumadora para que también cambien su estrategia, con métricas y objetivos concretos en materia ambiental, social y de gobernanza corporativa.

2. La inversión con impacto es la siguiente ola. Conforme la integración de criterios ESG en la gestión empresarial y financiera se generaliza, las gestoras más en vanguardia están pasando a involucrarse en las compañías para que no solo eviten daños a su entorno ambiental o social, sino para que generen un impacto positivo, que acabará redundando en la creación de valor a largo plazo para los accionistas.

3. Los vehículos eléctricos se impondrán antes de lo previsto. Las mejoras tecnológicas y los costes cada vez más competitivos comienzan a provocar una gran disrupción en las estrategias de todos los fabricantes de vehículos, las compañías de transporte y los ciudadanos.

Cada vez parece más probable que los motores de combustión queden como una producción residual hacia 2040.

4. El “cero neto” pasa de una aspiración a un objetivo firme. Los objetivos de emisión neta nula de CO2 de muchos países se están transformando – por la presión de los inversores y la amplia disponibilidad de capital para financiarlo- en un objetivo concreto de cada vez más empresas y sectores.

La descarbonización de la actividad económica, junto a la revolución digital, será el motor más potente de crecimiento en esta década.

Los objetivos climáticos son motores esenciales para la transformación

5. La reinvención del sector petrolero. Las grandes compañías energéticas han aceptado finalmente que pasar de ser un problema a parte de la solución no solo les asegura ser viables, sino que puede ser muy rentable.

La transformación del sector comienza a ser dramática y ayudará a movilizar ingentes capitales hacia las fuentes renovables y la movilidad eléctrica.

6. Diversidad e inclusión ganan relevancia. Las empresas en la vanguardia de la revolución tecnológica explotan el potencial que añaden la diversidad y la inclusión. Inversores y consumidores –cada vez más conscientes de su influencia e impacto- exigen métricas más claras al respecto, mientras crece la presión regulatoria.

7. La revolución se acelera en el sector agroalimentario. La convergencia de innovaciones tecnológicas, aumento de la demanda y cambios de hábitos de consumo desata un cambio radical en esta industria.

El capital disponible para esta revolución crece con fuerza, pero aplica criterios estrictos de sostenibilidad e impacto.

8. El cambio climático transforma los flujos de capital. La vulnerabilidad al cambio climático se generaliza como una variable crucial al evaluar las primas de riesgo y el coste del capital.

Esto detrae y encarece los recursos de las actividades dañinas y acelera la transición a las que son sostenibles, cuyas primas de valoración seguirán aumentando.

9. Las métricas de ESG se convierten en la norma. La proliferación de índices que miden innumerables aspectos de la sostenibilidad tiene aún que asentarse, pero las métricas son adoptadas por un número creciente de empresas e inversores, convirtiéndose rápidamente en un requisito necesario para acceder a los mercados de capitales o para atraer inversores.

Las métricas ESG comienzan a ser un requisito indispensable para acceder a los mercados de capitales

10. La convergencia regulatoria revoluciona la transparencia. El mundo desarrollado acelera la convergencia de las normas contables y de transparencia, demandada también por las multinacionales.

Aunque desarrolladas inicialmente por asociaciones empresariales o financieras, están incorporándose rápidamente a la legislación y provocan una auténtica revolución en la transparencia de las compañías respecto a la sostenibilidad e impacto de sus actividades.

La conclusión es que la integración de la sostenibilidad en la gestión empresarial y de las inversiones está ganando tracción incluso a mayor velocidad de la que preveíamos.

Los mercados han demostrado en los últimos años que hacerlo mejora la resiliencia de los negocios y de las carteras, a la vez que incrementa los retornos a largo plazo.

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