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Los órdagos de Von der Leyen antes de la COP26

Propone incrementar el apoyo financiero a la lucha contra el cambio climático a los emergentes y pide un mayor compromiso a China y Estados Unidos

Como se esperaba, la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von Der Leyen, ha deslizado algunas nuevas propuestas en materia de coordinación climática de cara a la COP 26 durante su discurso de este miércoles al respecto del estado de la Unión.

Justo un día después de que más de 500 inversores solicitaran a los gobiernos un mayor compromiso de cara a la cita climática de noviembre, Von Der Leyen ha querido reforzar la idea de que la Unión Europea es la que está marcando el paso en lo que se refiere a la descarbonización, e incluso ha llegado a deslizar que se siente un sola; como si fuera la única que está tomando decisiones en firme.

«Europa continuará prestando ayuda a los demás, y por ello me enorgullece anunciar hoy que la UE duplicará la financiación en favor de la biodiversidad que concede a terceros países, en particular los más vulnerables. No obstante, no basta con las acciones que Europa por sí sola pueda emprender», señaló en su intervención.

Primer envite para China

La presidenta de la Comisión Europea se dirigió directamente a China. Los objetivos que el presidente Xi ha establecido «resultan prometedorespero apelamos a la misma capacidad de liderazgo a la de hora de trazar la senda que dicho país seguirá a tal fin», señaló y lanzó un petición directa inmediatamente después.

«Sería un alivio para toda la humanidad que China demostrara que es capaz de limitar las emisiones de aquí a la mitad de esta década, y de dejar de recurrir al carbón dentro y fuera de sus fronteras», sugirió al gigante, que, por el momento, se ha comprometido a descarbonizar su economía en 2060.

En su discurso ha pedido planes concretos a las grandes economías previos a la reunión de Glasgow

Pero Von der Leyer ha ido más allá y también se ha acordado de otras grandes potencias que han llegado más tarde que la UE a la acción climática -por ejemplo Estados Unidos– y que están tratando de posicionarse como líderes: les ha instado a que presenten compromisos claros antes de la celebración de la COP26 en noviembre.

«Las principales economías -desde los Estados Unidos a Japón- se han fijado objetivos para alcanzar la neutralidad climática para el año 2050 o los inmediatamente posteriores. Este enfoque ha de verse respaldado ahora por planes concretos antes del encuentro en la ciudad escocesa», afirmó.

Segundo envite: más colaboración económica

De cara a los posibles acuerdos que se traten en la COP26, la presidenta de la Comisión Europea también ha puesto sobre la mesa una propuesta: incrementar el apoyo financiero para que los países en vías de desarrollo luchen contra el cambio climático o, al menos -y en esta cuestión ha eludido los nombres propios- cumplir con lo pactado.

«En las conferencias de México y París, la comunidad internacional se comprometió a aportar 100.000 millones de dólares al año hasta el 2025. Nosotros cumplimos con nuestro compromiso. Europa aporta unos 25.000 millones dólares anuales. Sin embargo, otros dejan una brecha abierta a la hora de intentar alcanzar el objetivo global», ha insistido, y ha relacionado ese paso con el éxito de la COP26.

En este sentido, ha avanzado un nuevo compromiso que sería aumentar la aportación europea en 4.000 millones de dólares anuales, con la esperanza de que otras grandes economías también den un paso similar.

Ha pedido a Estados Unidos que muestre su liderazgo con un mayor respaldo económico

«Si entre los Estados Unidos y la Unión Europea lográramos colmar la laguna existente en la financiación de la lucha contra el cambio climático estaríamos haciendo gala a las claras de nuestra capacidad como líderes mundiales en materia de clima», ha señalado.

Indirectamente, también ha solicitado la colaboración de las empresas en lo que denomina la «transición justa», y que integra la transición energética con la brecha social que genera.

«En nuestra economía social de mercado, es bueno que las empresas obtengan beneficios. Pero si obtienen beneficioses sin lugar a dudas gracias a la calidad de nuestras infraestructuras, de nuestra seguridad social y de nuestros sistemas educativos. Por tanto, lo mínimo que cabe exigir es que contribuyan en una justa medida. Ese es el motivo de que sigamos luchando contra la evasión y el fraude fiscal», avanzó.

«Pagar impuestos en una cuantía justa no es solo una cuestión de finanzas públicas, sino también, y sobre todo, una simple cuestión de equidad», advirtió la presidenta de la Comisión.

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