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Los efectos económicos de la pandemia amenazan la transición ‘verde’ de Latinoamérica

Los gobiernos de la región podrían dejar de lado los planes climáticos, lo que limitaría la capacidad de atracción de inversores y el crecimiento del PIB latinoamericano

Las inversiones para impulsar la descarbonización pueden sufrir la falta de recursos tras la pandemia. Foto por Marcin Jozwiak en Unsplash

Los expertos temen que los efectos devastadores de la pandemia sobre la economía mundial den paso a la priorización de la recuperación económica, pero sin incorporar el tema ambiental en la estrategia de los gobiernos de América Latina en el periodo ‘post-covid‘.

Este es un riesgo real que puede retrasar el proceso de transición hacía una economía baja en carbono en la región tras las fuertes pérdidas económicas en 2020, según los analistas del sector financiero, organizaciones internacionales y gubernamentales y varios académicos que participaron del encuentro virtual ‘Latam Climate Summit 2021’, organizado por Acción Climática.  

La precariedad de muchos sectores en la región limita la disponibilidad de fondos para impulsar el cambio energético

Si el ritmo de las economías en el mundo ya no avanzaba con celeridad, la pandemia ha puesto muchos sectores en una situación precaria y esto plantea un dilema tanto para los gobiernos, como para los sectores privados, que podrían no contar con los recursos necesarios para invertir en la transición verde hacia una economía baja en carbono. 

Las proyecciones más actuales del Fondo Monetario Internacional (FMI) confirman este escenario: la economía global se habría contraído un 3,5%, en 2020.

Las estimaciones del fondo para las economías avanzadas son de una reducción del 4,9%. Para los mercados emergentes y economías en desarrollo, la contracción se quedaría en el 2,4%. Y para la economía de América Latina y del Caribe, el descenso sería del 7,4%, en 2020. Entretanto, las previsiones para este año son más alentadoras y el FMI espera una recuperación para esta última región del 4,1%.  

«Si es cierto que muchos gobiernos están considerando la posibilidad de dejar lo ambiental en segundo plano en este proceso de reactivación de la economía en el período post-covid», señala Doris Arévalo Ordoñez, consultora en finanzas climáticas para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por su siglas en inglés).

El riesgo financiero aumenta

El riesgo de dejar el factor ambiental en segundo plano es que el cambio climático «ya puede estar afectando la cartera del sector financiero, la inversión de todos los actores del sector financiero y del mercado de capitales, la infraestructura pública y de las empresas, y, en general, a todos los negocios», afirma la consultora del BID y del WWF.  

«El cambio climático sí está ocurriendo, sí se está acelerando y es importante reforzar este punto desde la óptica de los riesgos», comentó Fred Seifert, jefe de operaciones de América Latina y el Caribe de SITAWI, una consultora que realiza valoraciones y certificaciones para proyectos verdes en línea con los ‘Green Bond Principles‘ (GBP).  

Según este experto, uno de los riesgos es que se produzcan interrupciones o la paralización de la producción de empresas y prestadores de servicios públicos por factores climáticos, que podría generar un gran impacto económico.

También existen otros problemas relacionados con las nuevas prácticas de legislación, como las estandarizaciones en la comunicación de datos financieros.

Abandonar el enfoque pro cambio climático, podría limitar la atracción de inversores a la región, según BBVA

Pero hay un otro factor muy relevante, como es el acceso a los recursos financieros. De acuerdo con el responsable de soluciones de cliente empresarial a nivel global de BBVA, Javier Balbín, la comunidad financiera y los inversores están tomando el mundo de la sostenibilidad como un criterio fundamental para decidir dónde ponen su capital. Por lo tanto, «quien no ponga este tema en la agenda no tendrá capacidad de acceder a fondos», destaca.  

Por su parte, María José Naranjo, vicepresidente de estrategia corporativa de Bancoldex, el banco de desarollo empresarial de Colombia, comparte la visión de la entidad financiera española. «Hemos creado líneas especiales, con tasas muy interesantes para las empresas que ya están adheridas a las prácticas ESG. Y eso vale especialmente para las micro, pequeñas y medianas empresas», señala.

El escenario es lo mismo en la banca comercial, según Franco Piza, director de Sostenibilidad del Grupo Bancolombia. «Estamos estructurando líneas de financiamiento especiales y ampliando los recursos disponibles en cartera.» 

Transitar hacía una economía de bajo carbono es un buen negocio, defiende Carolina González, directora de Innovación Sostenible de la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO) de Chile.

Según el FMI, el PIB potencial de Chile aumentaría un 4,4% si logra alcanzar la descarbonización en 2050

Esta ejecutiva destaca las cifras del último informe del FMI, que calcula que Chile incrementaría su PIB potencial en un 4,4%, lo que significaría añadir 31.000 millones de dólares a su economía, si se logra alcanzar la meta de descarbonización hasta 2050.

Además, el crecimiento adicional del PIB anual sería del 0,13% hasta 2050. «Es una tremenda oportunidad el poder financiar este tipo de economía de bajo carbono», insiste Carolina González.  

«Debemos prestar mucho cuidado para no regresar simplemente a la normalidad, pero sí a una normalidad verde», destaca Luisa Fernanda Baca, integrada en el programa de las Naciones Unidas para el desarrollo en Perú.   

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