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La carrera por la recarga de vehículos eléctricos pasa de la autonomía a la velocidad

El despliegue de una red amplia de carga rápida es uno de los imprescindibles para que triunfe el vehículo eléctrico

Acércate a una estación de recarga pública con un Chevrolet Bolt casi vacío y en 20 minutos podrás contar con unos 117 kilómetros más de autonomía. Pero si haces lo mismo con un Ford Mustang Mach E, con el mismo cargador probablemente llegarás el doble de lejos. Quien conduzca un Porsche Taycan tendrá para otros 300 kilómetros y pico.

De la carrera por la autonomía, se está pasando poco a poco a la carrera por la velocidad de carga como métrica crítica ante el aumento de consumidores ávidos de vehículos eléctricos. En este sentido, la maquinaria varía mucho. Pero, como muchas otras cosas en el universo de los vehículos eléctricos, todo esto es un poco raro.

El tiempo necesario para la recarga no es solo una especificación, sino una ecuación que depende en gran medida de dos variables: la capacidad del cargador y la capacidad del propio vehículo para aceptar una carga.

El Bolt, por ejemplo, puede asumir 55 kW, que es el factor limitante en un cargador de 100 kW. Si pensamos en la corriente de electrones como en un líquido, esto vendría a ser el ancho de la manguera y el tamaño del embudo.

Hasta la fecha, el debate ha venido girando en torno a la manguera: ¿a qué velocidad puede bombear? Pero ahora resulta que el tamaño del embudo está a punto de convertirse en la cuestión crucial. Esta semana, Lucid ha anunciado las primeras entregas de su berlina Air, que ofrece un pico de carga de unos 300 kW.

La autonomía de los vehículos varía de forma significativa con el enchufe adecuado

Con el enchufe adecuado, este suntuoso vehículo podría ofrecer unos 480 kilómetros más de autonomía en 20 minutos. En términos de recarga, el Lucid supera al Porsche, que llevaba la delantera en este campo desde el principio, con la capacidad máxima de carga de sus modelos Taycan de 270 kW. 

Le siguen en orden de capacidad de carga Tesla y Volvo, mano a mano con Ford, con una capacidad de 150 kW. El I-Pace de Jaguar marca 104 kW, por delante del Bolt y del Nissan Leaf, que se quedan en unos 50 kW.

Los asientos con masaje son una maravilla, pero el auténtico lujo en el futuro de la automoción es no tener que pasar media hora más en el punto de recarga de la Vince Lombardi Service Plaza de New Jersey Turnpike.

Los modelos actuales se pueden quedar obsoletos en términos de carga

Pero casi todos los vehículos eléctricos disponibles en la actualidad están a punto de quedar un poco obsoletos a la hora de pasar por el surtidor de electrones. 

Hyundai tiene tres vehículos que llegarán a finales de año que alcanzan una velocidad similar a la de Porsche; esta semana, el fabricante de automóviles coreano ha anunciado la llegada de un cuarto, un SUV de gran tamaño que llegará en 2024.

El Hummer EV de GMC, que ya está en circulación, puede superar al resto con una tasa de carga máxima de unos 350 kW (nada menos que 160 kilómetros en 10 minutos). 

Entretanto, las redes de recarga, muchas de las cuales han recibido fondos del SPAC, están instalando surtidores ultra rápidos en un intento de diferenciarse ante la llegada de la próxima ola de vehículos eléctricos.

Similitudes con el móvil

Esta dinámica no es muy diferente de lo que ocurre con los smartphones en la era de Instagram; los chips del iPhone están tan bien logrados como las torres de telefonía. Si todas las partes están de acuerdo en querer complacer, podríamos estar ante el tipo de ciclo virtuoso centrado en el consumidor que podría acelerar aún más la adopción del vehículo eléctrico: ultrarrápido suena muy bien.

EVgo Inc., una red de 850 estaciones de recarga en Estados Unidos, está instalando una unidad de 350 kW en casi todos los centros nuevos que construye. «Estamos orientándonos hacia lo que apunta la tendencia, y la tendencia es a una mayor potencia», afirma el director comercial Jonathan Levy.

En las cerca de 670 estaciones de Electrify America en Estados Unidos, se han eliminado algunos surtidores de 50 kW; las unidades de 150 kW son ya el mínimo y cerca de la mitad de los centros tienen dos unidades de 350 kW esperando a que empiecen a desfilar los Lucid y Hummer.

«La tasa de carga es extremadamente importante… Y va a ir exponencialmente a más en los próximos 12 a 18 meses», afirma Robert Barossa, director senior de ventas, desarrollo empresarial y marketing de EA. «Todo va cada vez más rápido, porque eso es lo que quieren los consumidores».

Hasta la fecha, la opinión generalizada es que las redes de recarga han estado básicamente esperando a los coches se pongan al día. Pero puede que no tarden en darse cuenta de que les cuesta seguir el ritmo. Yo apostaría a que el primer conductor de un Hummer que se acerque a un enchufe «rápido» de 50 kW pedirá hablar con el generente del centro de carga. 

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