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La banca brasileña se inspira en la taxonomía europea para medir el crédito socioambiental

La Federación Brasileña de Bancos (FEBRABAN) crea una nueva clasificación, que sigue la clasificación verde' de la Unión Europea. El sector ya movió hacia el sector el 20% del nuevo crédito en 2020

Más de la mitad de las operaciones totales crédito de la banca brasileña se destinó a empresas que tienen actividades con gran exposición a riesgos físicos y de transición asociados a los cambios climáticos en 2020. Ellas representaron el 53,29% del saldo de la cartera de crédito corporativo firmado; frente al 20% que recibieron los sectores ‘verdes’

Los datos forman parte del informe «Sostenibilidad y Cambio Climático: Recursos intermediados por el sector bancario en Brasil», de la FEBRABAN (Federación Brasileña de Bancos), que representa a un 80% del sector, junto a la Universidad Pontificia Católica de Río de Janeiro (PUC- RIO), ha elaborado.

La nueva clasificación la han creado FEBRABAN y la Universidad Pontificia Católica de Río de Janeiro

Las conclusiones del informe son resultado de una nueva metodología de medición de operaciones de crédito en el sector bancario lanzada este mes.

Esta ‘taxonomía verde’ de FEBRABAN tiene como objetivo caracterizar los flujos de crédito bajo la óptica socioambiental y climática. Las operaciones de crédito serán ubicadas en tres modalidades: ‘economía verde’, ‘exposición a los cambios climáticos’ y ‘exposición al riesgo ambiental’.

La nueva versión representa, según la asociación, una evolución en relación al modelo desarrollado en 2015, el cual medía únicamente la posición de recursos financieros en actividades conectadas con la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero y eficiencia del uso de recursos naturales y inclusión social.

Lo que cambia con la nueva taxonomía

Con ayuda de la consultoria SITAWI, la nueva taxonomia verde incorpora referencias internacionales como el Task Force on Climate-related Financial Disclosures (TCFD), del Financial Stability Board (FSB), el Climate Bonds Standards y o los Social Bond Principles.

Además de eso, la nueva versión rebautizó la denominación «Sectores Potencialmente Generadores de Impacto Ambiental» a «Exposición al Riesgo Ambiental.» Y otro cambio fue la creación de una tercera categoría de operaciones de crédito llamada «Exposición a los Cambios Climáticos.»

Estas categorías siguen la Clasificación Nacional de Las Actividades Económicas, creada y usada en todo sistema estadístico nacional. Este modelo es el mismo utilizado por la Unión Europea en su taxonomía verde, de acuerdo con FEBRABAN.

Pero el cambio más importante de la nueva versión fue la ampliación del análisis de las operaciones de crédito. Para alcanzar una visión amplia de la gestión de riesgos, la asociación logró el apoyo del Banco Central de Brasil para ampliar su base de datos con el análisis de todas las operaciones de crédito a empresas registradas en el Sistema de Informaciones de Crédito (SCR). En la metodología anterior, la cobertura era del 86% del mercado de crédito corporativo.

Más de un 20% del crédito firmado en 2020 se ha destinado a la economía verde

Con eso ya fue posible identificar que más de un 20% del crédito concedido en 2020 ha sido destinado a la economía verde. Es decir, del total de 1,73 trillones de reales del saldo de la cartera de crédito corporativo, 376.000 millones, un 21,75% del total, fueron utilizados en operaciones destinadas e actividades clasificadas como economía verde por la metodología de FEBRABAN.

La clasificación economía verde, utilizada por la asociación de bancos, sigue los conceptos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Es decir, pese a que el término verde está asociado al tema ambiental, la entidad internacional considera actividad verde como una que genera también beneficios sociales o ambientales.

Con eso los bancos podrán monitorear el potencial impacto positivo de sus carteras de crédito para la sociedad y medio ambiente.

En las categorías «Exposición a los Cambios Climáticos» y al «Riesgo Ambiental», los bancos podrán medir la exposición de sus carteras a los riesgos climáticos y ambientales.

Para la asociación, la nueva metodología es un paso importante en el sentido de ampliar la participación de la economía verde en las carteras de crédito de los bancos.

«Los resultados pueden ser utilizados para direccionar los flujos de capitales para actividades con más contribución socioambiental. También van ayudar a formular estrategias de gestión de riesgos asociados a los cambios climáticos e identificar nuevas oportunidades de negocios», señala, en un comunicado, Isaac Sidney, presidente de FEBRABAN.

El ejecutivo añade que la asociación no tiene la intención de definir una «taxonomía verde para Brasil. Nuestro objetivo es acompañar los flujos de crédito bajo una mirada socioambiental, con una visión de cartera, que se puede profundizar posteriormente, pero hay que dar más transparencia al trabajo, incluso para que otros ‘players’ del mercado lo puedan usar», concluye.

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