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Johnson optimiza los compromisos climáticos del Reino Unido antes del COP-26

La emisión de su primer bono verde, la inclusión de objetivos climáticos en el mandato del Banco de Inglaterra, la creación de un 'hub' de finanzas verdes, o los planes de descarbonización de la red eléctrica y de la construcción son algunos de sus pasos más recientes

Ocho meses. Esa es la cuenta atrás para que se celebre la cumbre del clima, auspiciada por las Naciones Unidas y conocida como COP-26, en una de las ciudades más grandes del territorio escocés y considera la tercera metrópoli del Reino Unido, Glasgow.

Ante este evento, el Gobierno británico será el anfitrión de esta cita mundial sobre el clima, por lo que los esfuerzos del primer ministro británico Boris Johnson por impulsar las credenciales climáticas del país continúan sin cesar.

Unos esfuerzos que, actualmente, están centrados en convertir al Banco de Inglaterra en el banco central pionero en aplicar política monetaria contra el cambio climático, en la emisión del su primer bono verde, el lanzamiento de su esquema de comercio o temas que abordan las cero emisiones en viviendas, construcciones o transporte.

Un esfuerzo para convertir al Reino Unido en un ‘hub’, pero también para marcar distancias con la Unión Europea. En otoño, ya antes del Brexit, se desmarcó con el mejor ‘Green Deal’ que encare los planes de descarbonización, el Reino Unido ha sido el primer país en posicionarse en este sentido tras poner en marcha una de las políticas más estrictas que reduzcan los niveles de emisiones de CO2 en la atmosfera.

En concreto, el plan ‘verde’ británico estipuló una reducción de hasta el 69% de las de cara al 2030. Una política que batió a los objetivos europeos, a pesar de que la propuesta fue revisada e incrementase sus nueva meta hasta en un 55% para la próxima década.  

Asimismo, en el proceso por ecologizar la economía británica y ‘vestir’ este objetivo climático, Johnson ha continuado demostrando que es uno de los líderes mundiales más ambiciosos a la hora de promover la transformación renovable.

En su Libro Blanco de la Energía, publicado a principios de año, el Gobierno británico marcaba una hoja de ruta para la 2030, el cual estima crear alrededor de 250.000 puestos de trabajo, en la que algunos de sus proyectos pasan por aspectos que potencian la energía eólica marina, el hidrógeno verde o los medios de transporte menos contaminantes.

Además, en los ejes de su estrategia climática también respalda la energía nuclear como alternativa a futuro, al mismo tiempo que agita el debate sobre lo saludable que es su uso para el medio ambiente.

Por otro lado, entre sus últimas maniobras anunciadas, la isla de Gran Bretaña también ha puesto en marcha una iniciativa que permite al país marcar perfil propio en el ámbito de las finanzas verdes tras el Brexit.

Con su propio ‘hub’ especializado en finanzas verdes, el Gobierno de Johnson ha emprendido un Centro de Finanzas Verdes e Inversiones Ecológicas de Reino Unido (CGFI, por sus siglas en inglés), con una inversión de casi 14 millones de dólares.

De igual forma, el pasado miércoles, Rishi Sunak, responsable del Tesoro del Reino Unido, avanzaba que el mandato de ‘la vieja dama de Trheadneedle Street’, el Banco Central de Inglaterra comenzará a valorar cambios relacionados con su compra de bonos para adaptar su política en esta materia a la del gobierno.

Las últimas promesas de Johnson ligadas a la economía

Antes de la cumbre de la ONU, el Reino Unido continúa tomando la delantera en cuestiones climáticas.

Esta vez en un mercado que ha disparado su popularidad tras la pandemia del COVID-19: los bonos verdes.

A finales del pasado mes de febrero, el Reino Unido comunicó su decisión de emitir sus primeros bonos de verdes soberanos para ofrecer a los inversores minoristas la oportunidad de participar en proyectos dedicados a ecologizar las economías.

Un punto en el que Italia se ha adelantado tras colocar 8.500 millones de euros con su primera emisión de bonos verdes durante el primer trimestre del año, a pesar de que, en 2020, Johnson estableciese un plan de diez puntos para ecologizar la economía y en el que el Tesoro se comprometió a respaldar con 12.000 millones de libras.  

Por ahora, se desconocen los detalles sobre su estructura y tamaño, sin embargo, se ofrecerá a través del National Savings & Investments y estará respaldado por el gobierno.

Desde el punto de vista del comercio, igualmente, el gobierno ha anunciado su esquema de comercio de emisiones (ETS) posterior al Brexit, el cual tiene previsto ver la luz el próximo mes de mayo.

Un esquema que estiman que sea “poco probable que se desvíe de régimen marcado por la Unión Europea”, tal y como señala Hæge Fjellheim, director de Investigación de Carbono Refinitiv, ya que, mientras tanto, ha continuado comprando derechos de bajas emisión bajo el esquema EU ETS.

Según el Impuesto a los Consumos Especiales (ICE) prevén que este año se vendan 83 millones de derechos de emisión en el Reino Unido y que las subastas se llevarán a cabo cada dos semanas.

La ICE prevé que Reino Unido venderá 83 millones de derechos de emisión

De igual forma, estima que los volúmenes de subasta estarán en línea con el compromiso del gobierno, reduciendo los derechos de emisión por contaminación en un 5% en comparación con el sistema EU ETS.

Por ahora, Fjellheim señala que “se esperaba que la publicación del calendario de subastas se acercara pronto, y es bueno para los participantes de los mercados tener finalmente una fecha de inicio para las subastas, los contratos de futuros y spot confirmados”.

“Cuanta más certeza sobre el marco regulatorio, mejor. Significa que los participantes del mercado ahora saben cuándo tendrán una señal de precios para el Reino Unido ETS «, indica.

‘Net Zero’ en viviendas, carreteras y transporte

A la vez que el Gobierno británico se comprometía en llevar a cabo su objetivo climático de cero emisiones para 2050, también encauzaba su progreso de descarbonización de su red eléctrica.

Mientras las energías renovables comenzaban a emerger en el país y se cesaba la actividad de muchas centrales eléctricas de carbón, el panorama de emisiones iba reduciéndose, logrando un impacto positivo en los hogares.

En la siguiente etapa, Reino Unido pronostica que este viaje hacia las cero emisiones requerirá que los consumidores adapten su modo de vida en varios aspectos.

En este sentido, las dos áreas claves serán la electrificación del transporte y la revisión de los edificios de millones de hogares (aislamiento y calefacción).  

Un viraje que supone al gobierno tomar decisiones políticas y fiscales delicadas, pero que para 2040 obtendrán retornos positivos.

Por último, otro de los aspectos importantes que a nivel gubernamental está siendo abordado son los niveles de ‘carbono incorporado’ dentro de propio proceso de construcción y mejora de las carreteras para propulsar el ‘Net Zero’ del país.

A principios del mes de febrero, Amey, filial británica de servicios de Ferrovial, anunció que había diseñado “el primer proyecto de mejora de carreteras neutrales en carbono del Reino Unido”.

Una reconstrucción de la calzada por valor de 8 millones de libras en la A590 en Cumbria que reduce hasta un 43% en comparación con las soluciones tradicionales y, por ende, consigue ahorrar casi 3 millones de libras.

Este proyecto que logra poner el foco de la reducción de ‘carbono incorporado’ en tres áreas principales: reducción y reutilización de materiales, reducción de energía y eficiencia del transporte.

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