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El metano suma enemigos

La Agencia Internacional de la Energía considera que reducir las emisiones es la mejor manera de controlar el calentamiento global

La Agencia Internacional de la Energía se alinea con el paso dado por la administración de Joe Biden en la lucha contra el metano.

Es una de las materias en las que la primera economía del mundo está de acuerdo con la Unión Europea, que hace pocos días alcanzaron un pacto para impulsar acuerdos para contraer este tipo de emisiones de cara a la COP 26. En concreto, para contraerlas un 30 por ciento hasta 2030 respecto a los niveles del año pasado.

«La reducción rápida de las emisiones de metano es complementaria a la acción sobre el dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero, y se considera la estrategia más eficaz para reducir el calentamiento global a corto plazo y mantener el objetivo de limitar el calentamiento a 1,5 grados centígrados«, señalaron.

Y la AIE les ha comprado la idea, porque también considera que su reducción es la manera más eficiente de controlar el cambio climático. En concreto, para la agencia, son las que provienen del negocio de petróleo y gas las que antes se deben reducir.

La AIE estima que los combustibles fósiles emitieron 120 millones de toneladas métricas de metano en 2020

La agencia ha publicado un nuevo informe en el que insistía en la necesidad de limitar sus emisiones. Se estima que los combustibles fósiles emitieron cerca de 120 millones de toneladas métricas el año pasado pasado, cerca de un tercio de las que atribuyen a las actividades humanas.

En su estudio explora medidas prácticas que los gobiernos y las compañías podrían adoptar para asegurar la reducción de un 75 por ciento de las emisiones de metano en la operativa de combustibles fósiles. Es parte de su propuesta para llegar a las ‘cero emisiones’ en 2050.

«La IEA estima que más del 70 por ciento de las emisiones actuales de las operaciones de petróleo y gas son técnicamente factibles de prevenir y alrededor del 45 por ciento normalmente se podrían evitar sin incremento de los costes netos, porque el valor del gas capturado es más alto que el coste de la reducción», señala en un comunicado.

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