El cambio de año mantiene en tensión al sector del automóvil

El diésel y la gasolina siguen estando perseguidos. Japón se suma a Reino Unido y a algunos estados norteamericanos que han puesto fecha de caducidad a los vehículos que los utilizan

Los coches de combustión, con fecha de caducidad

La industria del automóvil inicia nuevo año con la tensión de saber que gran parte de los mercados en los que opera se han marcado metas de reducción de emisiones contaminantes. Unos objetivos que, en su caso, supondrán, tarde o temprano, decir adiós a los vehículos de combustión.

Y algunos países van más rápido, como Japón que ya ha puesto ‘fecha de caducidad’ a los vehículos que emplean diésel o gasolina.

Estos últimos comenzarán a desaparecer a mediados de la década 2030, según ha comunicado el Ejecutivo nipón en la recta final de año.

¿El objetivo? Conseguir alcanzar cero las emisiones netas de carbono e impulsar el crecimiento verde de cara a 2050.

Esta nueva “estrategia de crecimiento verde”, dirigida tanto a las industrias automotriz como la industria del hidrógeno, está pensada para lograr el compromiso “Net Zero” que el primer ministro Yshihide Suga estableció el pasado mes de octubre.

Este nuevo plan de acción pretender eliminar las emisiones de carbono para mediados de siglo

Japón sigue el mismo rumbo de las hojas de ruta de California, en Estados Unidos, que eliminará los coches de gasolina y diésel en 2035; del Reino Unido -que lo hará en 2030-; o de la Comisión Europea, que, de facto, está preparando la nueva normativa de emisiones que verá la luz en este 2021.

Suga ya ha establecido la inversión verde como máxima prioridad para alinear sus objetivos con los del resto de países y reactivar la economía golpeada por la pandemia del COVID-19. Más aún en el país cuna de enseñas automovilísticas como Toyota y Honda.

“El Gobierno ha establecido objetivos ambiciosos para lograr una sociedad neutra en carbono en 2050”, ha asegurado Yukari Takamura, profesor de la Universidad de Tokio, en declaraciones a Reuters.

“Establecer objetivos claros y la dirección de las políticas en la estrategia de crecimiento verde dará incentivos para que las empresas inviertan en tecnología del futuro”, apunta Takamura.

El gobierno financiará empresas para reemplazar la venta de vehículos de combustión

El gobierno nipón ofrecerá incentivos fiscales y el apoyo financiero a las empresas con una inyección de 870.000 millones de dólares al año -90 billones de yenes-, con el objetivo de un crecimiento económico adicional a través de inversiones y ventas ecológicas para 2030 y 1,8 billones de dólares -190 billones de yenes- para 2050.

Igualmente, pondrá en marcha un fondo verde de 194 millones de dólares -2 billones de yenes- para apoyar la inversión en tecnología verde por parte de las empresas.

El gobierno nipón inyectará 870.000 millones de dólares a las empresas

Para incentivar la propagación de los vehículos eléctricos, el Gobierno japonés también busca reducir el coste de las baterías en más de la mitad en la próxima década.

De este modo, aumentará el consumo de hidrógeno a 3 millones de toneladas en los próximos años y alrededor de 20 millones de toneladas en 2050.  

Industrias beneficiadas en el “crecimiento verde”

La nueva estrategia del primer ministro japonés identifica un total de 14 industrias, entre las que el sector eólico marino y el hidrógeno verde son sus principales apuestas, por lo que prevén instalar hasta 45 GW de energía eólica marina para 2040.

De igual forma, empleará energía renovable “tanto como sea posible” para 2050, a través de este sector. La meta es que las las fuentes de energía renovable representen entre el 50% y el 60% de la energía del país dentro de tres décadas, en comparación con el 20% actual.

Sin embargo, este frenazo en seco de la venta de automóviles de combustión ha sido muy criticado por los fabricantes, concretamente por Toyota, como portavoz de la industria local.

A principios del mes de diciembre, el presidente de Toyota, Akio Toyoda, manifestó que, si Japón prohibía los vehículos de combustión, la transición hacia los vehículos eléctricos provocaría que “el modelo comercial actual de la industria automotriz pueda colapsar”.

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