El BCE y la FED colocan la sostenibilidad en el centro de la nueva política monetaria

El cambio de perfil sobre el clima de la futura administración norteamericana se traslada al banco central. Ya hay voces que se suman al BCE al pedir que el riesgo climático se considere un principio de estabilidad financiera

“Es necesario, como mínimo, que los modelos económicos de evaluación de riesgos incorporen el riesgo del cambio climático”. Estas palabras las pronunció hace casi un año la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, durante una intervención en el Parlamento Europeo.

“Espero que, también, podamos incluir el cambio climático como elemento fundador, para determinar dónde, cuándo, cómo y en qué medida el BCE puede tomarlo en consideración”, aseguraba entonces la ‘primera dama’ de la política monetaria europea.

Y, en este convulso 2020, su gestión al frente del BCE ha ido en esa dirección. Una hoja de ruta hacia la sostenibilidad financiera que no sólo compete a Europa. En Estados Unidos, la Reserva Federal también está indicando un cambio de rumbo en cuanto a sus prioridades.

Lagarde avanza en Europa

En Europa, los cambios en la estrategia ya empiezan a ser significativos. A partir de este 1 de enero, los bonos de la eurozona ligados a objetivos de sostenibilidad ya podrán utilizarse como colaterales en operaciones de refinanciaciónd del BCE.

Esta deuda bajo criterios de responsabilidad medioambiental -que ya formaba parte de las emisiones aceptadas por el BCE- también estará dentro de los potenciales activos elegibles en los programas de compra de la institución europea.

La próxima prueba de resistencia que el BCE llevará a cabo en 2022 se centrará en los riesgos relacionados con el clima

Además, este noviembre, el BCE publicó la versión final de la Guía sobre riesgos relacionados con el clima y medioambientales dirigida a las entidades de crédito. El clima en el centro de la diana, como ya adelantó Lagarde hace un año.

La guía detalla cómo espera que las entidades de crédito realicen una gestión prudente de los riesgos medioambientales y los comuniquen con transparencia y con arreglo al marco prudencial vigente.

“En vista de la creciente importancia del cambio climático para la economía y de la evidencia cada vez mayor de su impacto financiero en las entidades de crédito, la próxima prueba de resistencia que el BCE llevará a cabo en 2022 se centrará en los riesgos relacionados con el clima”, asegura el organismo con sede en Fráncfurt.

Aún quedan detalles para definir cómo será esta revisión, que para el BCE es imprescindible. Reconoce que la información que las entidades han difundido hasta ahora “sobre los riesgos relacionados con el clima y medioambientales es insuficiente”, según indicó en la presentación de esta nueva política.

“Si bien se ha observado un cierto avance desde el año pasado, las entidades deben hacer un esfuerzo para respaldar más adecuadamente la información que declaran con datos cuantitativos y cualitativos pertinentes”.

Y quedan detalles porque será en el segundo semestre de 2021, cuando el BCE identifique las lagunas que subsistan y las tratará con las entidades financieras.

Cambios perceptibles en la FED

Al otro lado del Atlántico, la Reserva Federal (FED) también está dando pasos, aunque de momento no tan rápidos como en Europa.

Este mes, la FED se ha sumado, formalmente, al panel global de bancos centrales que trabajan para entender y reducir los riesgos del cambio climático: la Network of Central Banks and Supervisors for Greening the Financial System (NGFS).

Lo hace cuando a Jereme Powell le quedan dos años de mandato al frente de la FED. En los dos primeros, buena parte de sus medidas de gestión monetaria han sido criticadas por Donald Trump, a pesar de que fue el presidente republicano quien eligió a Powell como sustituto de Janet Yellen.

«La FED está haciendo un progreso importante al sentar las bases para incorporar consideraciones climáticas allí donde son materiales y relevantes»

Lael Brainard, gobernadora de la Junta de la Reserva Federal

Ahora, en este cambio de perspectiva, Yellen será la próxima secretaria del Tesoro con la llegada de Joe Biden a la presidencia.

Powell no ha sido en estos meses ajeno al cambio climático como riesgo. “A medida que desarrollamos nuestra comprensión sobre cómo evaluar de la mejor manera el impacto del cambio climático en el sistema financiero, esperamos continuar y profundizar nuestras discusiones con nuestros colegas de NGFS en todo el mundo”, aseguró el presidente de la FED en el comunicado en el que explicaba la entrada del organismo en la NGFS.

Sin embargo, en la FED ya hay voces que van un paso más allá. La gobernadora de la Junta de la Reserva Federal, Lael Brainard, ha abogado públicamente por incluir los riesgos climáticos dentro de los principios de estabilidad financiera.

“La Reserva Federal ha estado haciendo un progreso importante al sentar las bases para incorporar consideraciones climáticas allí donde son materiales y relevantes para nuestras responsabilidades estatutarias, hoy y en el futuro”, aseguró Brainard durante una intervención en el Center for American Progress.

“Estos esfuerzos pueden ayudar a equipar el mercado financiero más relevante del mundo para apoyar a nuestro dinámico sector privado en la evaluación y tratamiento de los riesgos relacionados con el clima e invertir en esta transición”, apuntó Brainard quien, precisamente, está en la quiniela de candidatos a sustituir a Powell al frente de la FED a partir de 2022.

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