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COP 26. ¿Puede ser diferente esta vez para el mercado de carbono?

El presidente de la COP, Alok Sharma, pelea por forzar un acuerdo en la segunda semana de la cumbre, pero las diferencias entre los países ricos y los menos desarrollados son muchas todavía

El presidente de la COP, Alok Sharma, señala que las conversaciones sobre el clima en Glasgow van a endurecerse. Este paso se justifica en que los negociadores están tratando de concretar un trato que han perseguido durante seis años de sus vidas: el cierre de un acuerdo sobre el mercado internacional de carbono.

Lograrse un paso de este tipo convertiría esta edición en un gran éxito, ya que es uno de los grandes temas pendientes desde que se firmó el Acuerdo de París en 2015.

Por ello, una de las palabras de moda de esta edición de la cumbre es el «artículo seis», que incluiría dos tipos de comercio de carbono. Uno sería el intercambio país a país de créditos de carbono -con él una nación pagaría a otra para reducir las emisiones en su nombre-. El otros es sobre los créditos negociados a nivel público y privado.

Si las reglas son demasiado laxas, se convierten en un incentivo para que las empresas y los estados emitan más

Un acuerdo bien diseñado ayudaría a reducir las emisiones, impulsaría inversiones valoradas en un billón de dólares en las naciones más pobres y fomentarían la innovación en carbono. Pero si las reglas son demasiado laxas, al final se convierten en un incentivo para que las empresas y los países emitan más.

Por todo ello, existe un sentido de urgencia que defina las reglas y no solo porque el planeta se esté calentando rápidamente. La demanda es creciente. En los ocho primeros meses del año ya se han intercambiado de manos más derechos que en todo 2020, de acuerdo con datos de BloombergNEF, sin que existan estándares unificados o internacionales.

El objetivo en Glasgow es aportar transparencia y rigor a un mercado que crece en una expansión desordenada en todo el mundo. Las empresas están observando con atención y también ejerciendo presión: quieren claridad sobre las reglas para implementar sus estrategias ‘net zero’.

Brasil está dispuesto a mostrarse más flexible

Y las posibilidades de lograr un acuerdo habrían aumentado en las últimas semanas. Brasil, reacio a comprometerse en la última ronda de negociaciones, ha señalado que sería más flexible. Pero la primera semana de la Cumbre Climática ha sido un recordatorio de que pactar un acuerdo no va a ser una tarea fácil.

Los países están estancados en la cuestión de cuántos ingresos del comercio se deben desviar para ayudar los países pobres se adaptan al cambio climático.

Otro punto clave de discusión es cómo las reglas contables debería trabajar para evitar que las reducciones de emisiones se cuenten dos veces. También existe una pelea alrededor de que si los permisos de emisión de un mercado desaparecido deberían continuar siendo válidos, ya que se entiende que los más recientes son más eficaces.

¿Deben mantener su validez los contratos más antiguos aunque sean menos eficientes?

Los temas más polémicos enfrentan a los países más ricos con los que se encuentran en vías de desarrollo. Brasil quiere poder usar al menos algunos de los créditos antiguos y los países africanos participantes pelean para obtener una mayor proporción de ingresos.

La Unión Europea ha instando repetidamente a reglas contables sólidas, y se opone a la propuesta africana sobre el reparto de ingresos.

En este contexto, Sharma está aumentando la presión para llegar a un acuerdo justo porque hoy por hoy sería inesperado.

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