Con la colaboración de

China gana la partida a Estados Unidos y Europa con su plan verde

El gigante asiático lidera las subidas de las bolsas en 2021. Su prometida revolución energética, ligada al objetivo de ser neutral en carbono en 2060, no está pasando desapercibida

Ni el desembarco de Joe Biden con su esperada agenda verde, ni el ‘green deal’ europeo están sirviendo de gancho para que los inversores se muevan hacia estos mercados en la misma medida que lo están haciendo con China, que -tal vez con menos publicidad en Occidente- también ha presentado recientemente una hoja de ruta en materia de sostenibilidad, con la vista puesta en ser neutral en carbono en 2060.

Además de haberse visto mucho menos dañada por la pandemia -el gigante habría cerrado 2020 con un crecimiento de su PIB por encima del 2%- , China no parece dispuesta a perder el carro en la transición energética y eliminará restricciones a la inversión extranjera cuando se trata del desarrollo de energías.

Esta combinación, sumada a que parece que ha conseguido controlar la expansión del coronavirus-, está dando alas a sus bolsas.

En lo que va de año, el índice CSI 300 suma más de un 11% -en febrero ya se anota un 9%-, superando la evolución tanto de los indicadores estadounidenses, como de los europeos, y dando alas a los países emergentes, que eran una de las recomendaciones de los analistas para este año.

El factor de atracción de la sostenibilidad

China lanzó hace meses el mensaje de que será un actor clave para la transición energética. En otoño se sumó a otros países asiáticos, como Singapur, y dio pasos al anunciar que pretendía ser neutral en carbono en 2060; algo que sorprendió.

El gigante no se quedó ahí y en, diciembre de 2020 -ya tras la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales norteamericanas-, la Oficina de Información del Consejo de Estado de China publicó su «libro blanco, titulado «Energía en la nueva era de China«.

En él, de acuerdo con Mayer Brown, China da cuenta tanto de sus logros y sus objetivos para lograr el salto energético, como describe las estrategias y políticas en las que se centrará a lo largo de los próximos años. Y parece que los inversores están tomando nota.

Metas centradas en las personas: energía limpia, vida limpia

En su libro blanco, China enfatiza que el objetivo final del desarrollo energético del país es promover el crecimiento de la economía y brindar beneficios a la vida de las personas

A finales de 2015, China logró el acceso a la electricidad para todos los ciudadanos, por lo que el próximo objetivo en su hoja de ruta consistirá en «proporcionar un suministro de energía y servicios más diversos para todos residentes urbanos y rurales».

Aprovechará el desarrollo energético para revitalizar áreas rurales

Con este nuevo proyecto, recalcan que ya se han logrado avances significativos en cuestiones de calefacción de energía limpia y verde, ya que, en los últimos tres años, hubo un aumento del 21,6% en la calefacción de energía limpia en las regiones rurales del norte de China.

Así, el desarrollo energético tendrá a partir de ahora especial prioridad en las áreas afectadas por la pobreza, puesto que China prevé aplicar la estrategia de revitalización rural para facilitar el desarrollo energético y el alivio de la pobreza en las zonas rurales.

Unas medidas que complementan el objetivo de reducir las disparidades regionales y mejorar los niveles de vida de todos los residentes.

Innovación y transformación tecnológica

En su objetivo por allanar el camino para la transformación industrial, la nación dirigida por Xi Jinping avanza que va a poner en marcha una estrategia impulsada por la innovación en el sector energético para la próxima generación.

La última directriz del gobierno en innovación es el Plan de Acción de la Revolución Tecnológica Energética (2016-2030), en el que el país asiático apoyará y coordinará proyectos innovadores dirigidos por el gobierno, los mercados y las empresas.

Para ello, ha aumentado las inversiones en I + D, estableciendo un número de laboratorios y centros de investigación que se centren en áreas fronterizas concernientes a la innovación energética, las cuales van desde la minería de carbón verde inteligente, las energías renovables y los equipos de energía.

Política de reforma industrial

Respecto a este punto, China pone el foco en ampliar la reforma de los mercados para que, de este modo, se facilite las inversiones y el libre comercio en el sector energético.

De esta forma, última reforma facilitará un cambio en las políticas, con la intención de desestructurar los monopolios y fomentar el acceso a los mercados y la competencia en el sector energético.

China realizará una reforma industrial para impulsar el sector de la energía

Además han eliminado las restricciones de la inversión extranjera para que el país pueda ingresar en sectores como el carbón, el petróleo, el gas, la energía eléctrica o nuevas energías, excluyendo la energía nuclear; lo que se ha convertido en un claro efecto llamada a los inversores.

A la vez, también ha anunciado varios programas piloto de libre comercio y zonas para acelerar la transición energética.

Por ejemplo, en Zhejiang Pilot Free Trade Zone, se introducirán y aplicarán iniciativas o proyectos con un mayor nivel de política de apertura en relación con la industria del petróleo y el gas.

Cooperación Internacional

Su Libro Blanco también aborda a corto plazo aquellos objetivos relativos al proyecto «Belt and Road«(BRI) -una iniciativa que pretende utilizar los importantes recursos financieros de China para reforzar e incrementar su presencia en Asia y en Europa-.

En medio del brote de coronavirus, Wang Yi, Consejero de Estado y Ministro de Relaciones Exteriores de China, declaró en el Foro de la Franja y la Ruta para Cooperación (BRF) que «el desempeño bajo el BRI se ha mantenido resistente y la inversión financiera no directa incluso aumentó un 30%».

Igualmente, a pesar de la irrupción causada por la pandemia en el sector energético durante el primer semestre del 2020, el BRI destinó casi un 38% de inversión al sector energético, mientras que la suma de porcentajes del resto de sectores contabilizaba alrededor del 39% de las inversiones totales.

En concreto, destinaron alrededor de un 38% al sector energético, entorno a un 30% al transporte, aproximadamente un 5% al sector ‘utilities’, un 4% en tecnología y un 0,5% en logística.

Por ello, China continuará aportando conocimientos estratégicos al BRI y apuntará hacia una apertura del marco de cooperación energético.

Por último, para la próxima generación, BRI adoptará un enfoque con visión de futuro para acelerar la transición energética limpia.

Ahora en portada