¿Qué es la inversión de impacto o los fondos de impacto?

No todo lo que respeta los criterios ESG es inversión de impacto

Durante siglos, los inversores han esperado el máximo rendimiento de su dinero. Pero el siglo XXI ha llegado para mover las bases de todos los mercados, incluido el financiero. A principios de siglo, la sostenibilidad asomaba por la puerta como concepto que llegaba para quedarse, sentada a la mesa del banquete en un asiento igual de alto que la rentabilidad, haciendo ver la fragilidad de las ganancias futuras que no lleven su apellido.

Pero en este momento, muchos inversores ya no se conforman con obtener rentabilidad de su dinero, ni asegurarse de que la operación respeta los principales criterios ambientales, sociales y de gobernanza. Un número creciente de personas espera que su dinero se traduzca en un impacto positivo en la sociedad y en el planeta en general, que les permita llegar hasta donde no llegan con sus manos.

Es en este contexto donde nace la inversión de impacto, como subcategoría dentro de la inversión sostenible.

Un número creciente de personas espera que su dinero se traduzca en un impacto positivo en la sociedad y en el planeta en general, que les permita llegar hasta donde no llegan con sus manos. 

¿Cuál es la inversión de impacto?

La inversión de impacto ayuda a una organización o empresa a llevar a cabo un proyecto que aporta un beneficio a la sociedad. De esta manera se logra el impacto positivo en esta además del retorno financiero.

Al igual que en el caso de las inversiones sostenibles o socialmente responsables estamos hablando de inversiones, no de donaciones, ni filantropía. Por tanto, la rentabilidad debe formar siempre parte de la ecuación.

Al igual que en el caso de las inversiones sostenibles o socialmente responsables estamos hablando de inversiones, no de donaciones, ni filantropía

El término se ha utilizado por primera vez a principios de este siglo, aunque la práctica no es puramente nueva. Esta estrategia de inversión es un área creciente que ve multiplicar progresivamente sus activos y que materializa un deseo especialmente frecuente entre los millenials, actores con cada vez más influencia en el mercado, aunque no son los únicos.

La inversión de impacto atrae tanto a inversores individuales como institucionales, incluidos fondos de cobertura, fundaciones privadas, bancos, fondos de pensiones y otros administradores de fondos.

Los inversores que siguen la inversión de impacto tienen una alta consideración del compromiso de una empresa con la responsabilidad social corporativa o la obligación de aportar positivamente a la sociedad en la que operan.

Diferencia entre las inversiones sostenibles y las inversiones de impacto

No todas las inversiones sostenibles son inversiones de impacto. Mientras que una inversión con criterios ESG tiene en cuenta  la perspectiva de medio ambiente, social y gobernanza, las respeta y valora, sin embargo, una inversión de impacto va más allá y persigue tanto expresa como activamente la consecución de estos criterios.

Por ejemplo, un particular puede evaluar en qué medida sus inversiones en acciones de una fábrica industrial cumplen los criterios ESG estudiando cuál es la implicación de ese proceso productivo en el medio ambiente. Sin embargo, si lo que se desea es realizar una inversión de impacto en el medio ambiente lo que debe es invertir en una empresa que mejora el medio ambiente, no que únicamente lo respete.  La clave es cómo la acción de la empresa o institución que recibe los fondos logra un cambio a través de su actividad. 

¿En qué sectores se invierte con impacto y con qué instrumentos?

Las empresas que reciben la inversión de impacto no son necesariamente de sectores marginales, ni tienen por que ser nuevos, sino que algunos de ellos son sectores tan tradicionales como la energía, la salud, la cultura o la agricultura, que acogen a muchas de las empresas consolidadas presentes en casi cualquier cartera de inversión.

Una muestra puede ser el sector bancario que opera en un país en vías de desarrollo que no está bancarizado. Al invertir en una empresa que da acceso a servicios financieros a la población, el inversor no solo conseguiría rentabilizar sus ahorros sino que también lograría un impacto social positivo, en cuanto a la inclusión financiera. Un ejemplo extensible al acceso a la electricidad o el tratamiento del agua.

Al invertir en una empresa que da acceso a servicios financieros a la población que antes no los tenía, el inversor no solo conseguiría rentabilizar sus ahorros sino que también lograría un impacto social positivo

Las herramientas a través de las que se puede operar son tanto capital como deuda, los mismos que instrumentos cualquier inversión, y las rentabilidades esperadas no difieren mucho de las habituales.

El mercado está en plena evolución no solo con la aparición -exponencial a lo largo de los últimos meses a pesar del contexto de la pandemia- de muchos productos sino también con el desarrollo de sistemas de medición que permitan cuantificar el efecto de esa inversión de impacto.

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