Nuevo desafío para las eléctricas: descarbonizarse en Europa en 2035

Climate Action 100+ revisa su estrategia sobre el sector. Las operaciones en países desarrollados deberán ser cero emisiones dentro de 14 años y en 2040, en todo el mundo. Su demanda está en línea con la hoja de ruta de la Agencia Internacional de la Energía

La recta final del año está siendo muy intensa para el sector eléctrico. Además de la polémica en la que está envuelto por la subida de los precios y, en nuestro país, con las tensiones con el Ejecutivo, el activismo acaba de lanzarles un nuevo desafío.

Este miércoles, Climate Action 100+, que aglutina a 615 inversores que gestionan 60 billones de dólares en activos, publicaba su nueva estrategia para las ‘utilities’ europeas. Para el grupo activista, ya no es suficiente con que este sector se comprometa a alcanzar las cero emisiones en 2050: debe acortar los plazos.

«Para alinearse con el escenario ‘net zero’ de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) para 2050, las emisiones procedentes de la energía eléctrica a nivel global deben ser neutras en carbono en 2040 y, en el caso de las economías avanzadas, en 2035. El camino para alcanzar estos objetivos es fundamental, y la mayor parte de la reducción de las emisiones anuales debe tener lugar para 2030″, señala el grupo activista.

Por el momento, son muy pocas las compañías que estarían acompasadas con esa meta. Según señala el estudio del Institutional Investors Group on Climate Change (IIGCC), base para la revisión de la estrategia de Climate Action 100+, solamente la danesa Ørsted contaría ahora mismo con una hoja de ruta climática en línea con la de la AIE, de acuerdo con datos de Transition Pathway Initiative (TPI).

Esta compañía se ha comprometido a ser cero emisiones en 2025. Otras cuatro compañías – CMS, Cons Edison, E.On y
RWE
– ya contemplan el objetivo de ser cero emisiones en 2040.

Otras que habrían presentado escenarios alineados con SBTi, serían las europeas Agder, EDP Portugal, Enel, Iberdrola, Ørsted, Siemens Gamesa, Scottish Hydro Electric y Verbund, la latinoamericana EDP Brasil, dos asiáticas –Genesis en Nueva Zelanda y Digital Grid Corporation en Japón- y NRG en los Estados Unidos.

La electricidad como eje de la descarbonización

Las nuevas exigencias al sector eléctrico se justifican sobre la argumentación de que son claves para impulsar la descarbonización del conjunto de las industrias.

«La energía representa alrededor de un 40 por ciento de las emisiones; el mayor entre los sectores. Se necesita una descarbonización rápida, no solo de esas emisiones, sino para impulsar la del resto de sectores hacia las cero emisiones», señala IIGCC en el arranque de su informe.

El diseño de los planes de transición energética están basados en gran parte en la electrificación de las economías. El Green Deal europeo es un ejemplo, ya que el primer tramo del plan hacia las cero emisiones -el que se desarrolla hasta 2030- se centra justo en ello.

Un proceso que puede generar – y lo estamos viendo con el auge del precio de la luz- consecuencias indeseadas a nivel social, a las que también hace referencia IGCC, y que Climate Action 100+ incluye en su carta de peticiones.

Para ello no solo es necesario que las empresas de servicios públicos se ‘reverdezcan’, sino que lo deben hacer con sensibilidad social. «Las empresas deben tratar de mitigar cualquier impacto social negativo sobre los grupos vulnerables y maximizar los beneficios para los trabajadores, las comunidades, los clientes y la cadena de valor», insta IGCC.

Más celeridad a corto plazo

Son muchas las voces que, ante la avalancha de «ambiciones» que se están sucediendo antes de la COP 26, están exigiendo acelerar los planes y fijar objetivos mucho más a corto plazo en distintas industrias y sectores.

Climate Action 100+ también va en esta línea y pide al sector un esfuerzo extra de cara a los próximos años. En concreto, que se marque ser ‘net zero’ en 2040 a nivel mundial; que esa meta se adelante cinco años en el caso de su actividad en economías desarrolladas y que en 2030 haya logrado descarbonizar más de un 50 por ciento de sus procesos.

El objetivo es que a partir de 2040 sean negativas en emisiones.

Además, especifica otra serie de objetivos:

  • Que las compañías tracen una estrategia clara de descarbonización que minimice la dependencia de los CCUS (sistemas de almacenamiento y captura de gas). Evitar el uso de compensaciones de carbono y poner fecha de clausura para el carbón.
  • Alinear el capex con el objetivo de evitar que el calentamiento global supere los 1,5º. No invertir en nuevas instalaciones de carbón e impulsar que la generación con gas sea cero emisiones en las mismas condiciones que el compromiso global.
  • Establecer un objetivo ‘net zero’ para toda la energía vendida o distribuida, con especial atención al gas natural para calefacción.
  • Comprometerse a proporcionar una transición justa, con un compromiso específico por parte del consejo de administración, que incluya un plan concreto, y un responsable de su implementación.

Esta actualización de estrategia se engloba dentro de la serie de revisiones que está haciendo el grupo en los últimos meses. Recientemente ha revisado sus recomendaciones para la industria de la comida y la bebida, el acero y el transporte aéreo.

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