Las retribuciones, primer choque del Banco Sabadell con los ‘proxy’ en la era González-Bueno

La nueva hoja de ruta en retribuciones de la entidad para el periodo 2021-2023 es rechazada por ISS, Glass Lewis y Corporance

Banco Sabadell celebra su junta este viernes 26 de marzo. Foto por Glen Carrie en Unsplash

Los principales asesores de voto –ISS, Glass Lewis y ECGS, donde se integra la española Corporance-, no serán un escollo para la validación por la junta de accionistas del Banco Sabadell del nombramiento de César González-Bueno como nuevo consejero delegado de la entidad, ya que todos aconsejan votar a favor de su elección, pero son más críticos con otro de los puntos del día: la política de remuneraciones.

Los tres ‘proxy’ coinciden en aconsejar a los accionistas votar en contra de la hoja de ruta en materia de retribuciones que propone el consejo para los próximos tres años y que, una vez obtengan el visto bueno de la junta, ya no se tienen que volver a votar. En esta propuesta, se establecen, entre otras guías la retribución de propio César González-Bueno o el nuevo ‘salario’ de Josep Oliu.

El presidente del banco percibirá un fijo de 1,5 millones, aunque haya perdido su carácter ejecutivo (cobró 1,7 millones en 2020).

ISS, por ejemplo, se refiere a las condiciones de Oliu como una de las causas de su rechazo. Para el proxy, tanto el salario fijo como la indemnización por ‘despido’ establecida (dos años de sueldo) «no son adecuadas teniendo en cuenta su perfil no ejecutivo».

Tampoco está de acuerdo con la propuesta total retributiva para González-Bueno; más concretamente en el mix de los pagos relacionados con el desempeño y el no desempeño (el salario fijo es de 2 millones de euros).

ISS, por el contrario, sí que aconseja apoyar el informe de retribuciones de 2020.

ISS rechaza la política de remuneraciones pero apoya el informe de retribuciones

Glass Lewis, por su parte, señala que la retribución del nuevo consejero delegado será superior a la de su antecesor.

«El nuevo CEO recibirá un salario base un 48% superior al del anterior en 2020», señala. Aunque puntualiza que González-Bueno se convierte en el primer ejecutivo del Sabadell después de que Oliu pierda estos ‘poderes’, el sueldo del nuevo CEO «representa un incremento del 18% sobre el sueldo del presidente ejecutivo en 2020», avanza.

Tras este análisis, y comparándolo con los salarios del sector apunta que «Glass Lewis no cree que la estrategia de retribuciones de la compañía, tal como se plantea, esté suficientemente alineada con el mejor de los intereses de los accionistas».

En cuanto a Corporance pone el acento tanto en el sueldo de Josep Oliu o en el ‘mix’ con el que se planea la retribución variable. Respecto a este punto, señala como un factor de rechazo que esté más ligada a la evolución anual del banco que a compromisos a largo plazo.

Corporance valora positivamente la renuncia al salario variable por la pandemia

Como nota positiva, no obstante, destaca que se haya optado por incluir variables ESG en el cómputo de las retribuciones -el banco también va a poner en marcha una Comisión de Sostenibilidad-, así como a que se haya optado por ‘reclasificar’ al presidente como no ejecutivo.

Por estas razones, Corporance aconseja votar en contra de la política de retribuciones. Asimismo, entre los tres ‘proxy’, es el único que también recomienda oponerse al informe de retribuciones del año pasado.

Respecto a este segundo punto, aunque valora positivamente que los consejeros ejecutivos hayan renunciado a sus variables por la pandemia, muestra su preocupación por la aportación a pensiones recibida por el consejero delegado en 2020 -en este caso Jaime Guardiola-, que fue equivalente al «84% de su salario fijo (1,2 millones)».

En total, Guardiola dejaría el banco con un ahorro en pensiones de más de 22 millones de euros; una cifra que para Corporance podría considerarse un ‘golden parachute’ (una indemnización por la salida encubierta).

Voto en contra, nueva política

La oposición de los ‘proxy’ a la nueva hoja de ruta de los salarios no significa, sin embargo, que los accionistas vayan a rechazarla. Juan Prieto, fundador de Corporance, reconoce que es algo que muy pocas veces se produce, pero que es una de las temáticas que suele generar más oposición en el conjunto de las juntas, aunque no suele exceder del 10% del capital.

Para que una propuesta fuera rechazada, más de un 50% del capital tendría que votar en contra; unas cifras que raramente se alcanzan. En ese caso, debería reformularse y volver a plantearse en la siguiente junta.

Sin embargo, Prieto recuerda que existe una norma ‘de buenas prácticas’ en esta materia intrínseca a los asesores de voto. Aunque no sea obligatorio por ley, si la política de remuneraciones fuera rechazada por más de un 10% del capital, se espera que la compañía la revise porque se considera «un toque de atención».

Si más de un 10% del capital rechaza la propuesta, se considera una buena práctica revisarla y presentar cambios

En este sentido, serían bienvenidos algunos cambios como, por ejemplo, la revisión de algunas métricas o los importes de las retribuciones. A mayor rechazo, mayor necesidad de reformas.

Sobre el resto de las propuestas, el Sabadell no encuentra ninguna oposición: los tres grandes proxy recomiendan a los accionistas votar a favor de los nombramiento de consejeros, el informe de información no financiera y todos los demás puntos del día.

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