Las energéticas se vuelcan en las inversiones para acortar distancias en ESG con sus competidores

Endesa, Repsol y Naturgy están todavía por detrás de sus rivales de sector en impacto medioambiental

Una terna de megaplanes de inversión en la recta final de 2020. Y un cuarto que llegará en el primer trimestre de 2021. Esa es la situación que viven los cuatro grandes grupos energéticos españoles (Iberdrola, Endesa, Repsol y Naturgy), que están en pleno proceso de desarrollo de sus hojas de ruta para los próximos ejercicios.

Un replanteamiento de negocio que llega en pleno ‘boom’ de las energías renovables, al calor de los nuevos fondos europeos, y con las cuatro compañías rezagadas en calificación ESG (Environmental, Social y Corporate Governance) respecto a sus competidores globales.

En concreto, las cuatro grandes compañías energéticas del Ibex van por detrás de sus principales rivales de sector en dos de las tres siglas ESG, según el análisis que realiza Bloomberg.

La ‘G’ de la ESG

La agencia estadounidense pondera los diferentes rating en ESG de distintas firmas de análisis y realiza dos comparaciones. Por un lado, analiza la situación en la que se encuentran las compañías en función de su evolución histórica. Por otro, compara a las empresas con sus competidores para ver si están mejor o peor en ESG.

Y hay un nexo común. Las cuatro empresas están ‘peor’ que la competencia en lo referente a gobierno corporativo (la G de la ESG). Tres de ellas (Endesa, Repsol y Naturgy) también están ‘peor’ en gestión ambiental. Y mientras que Iberdrola que está ‘mejor’ en esa materia, le ocurre lo contrario en el criterio ‘social’.

Iberdrola, Endesa, Repsol y Naturgy están ‘peor’ que sus competidores en lo referente a gobierno corporativo

De esta forma, según el análisis de Bloomberg las cuatro energéticas tienen margen de mejora en los ámbitos vinculados a la buena gobernanza de las compañías. Además, no han ido mejorando, en su mayoría, en los últimos años.

Sólo Naturgy obtiene una mejora en buen gobierno respecto a su evolución histórica, mientras que las otras tres energéticas han ido a peor.

Gobernanza de la empresa

Dentro de la G de la ESG se enmarca el día a día de la empresa de puertas a dentro. Es decir, su modelo de gestión, su control interno, la remuneración no sólo de su alta dirección y de su consejo de administración; también aspectos como los diferenciales entre quienes ganan más y quienes menos o si esa diferencia ha ido recortándose.

También entran en este terreno del buen gobierno la tolerancia y vigilancia de las conductas éticas y la gestión de los comportamientos y actuaciones que no lo sean; y la protección o no de los derechos e intereses de los accionistas minoritarios, entre otros aspectos.

Una cuestión, la de la gobernanza que presenta margen de mejora no sólo para las eléctricas, sino también para otros sectores. Por ejemplo, la banca tiene en el punto de mira el reparto de poder y de asientos en los consejos de administración ante la oleada de fusiones que se avecinan.

Acelerón de las inversiones

En el sector energético, la búsqueda de la mejora de el terreno ESG pasa por acelerar las inversiones en ese proceso de transformación renovable que mejorará el ratio medioambiental de las empresas; logrando mandar una claro mensaje de refuerzo de la ‘E’.

Este miércoles ha sido Endesa la que ha presentado un plan de inversión de hasta 25.000 millones de euros de aquí a 2030, cuando prevé alcanzar una descarbonización del 80%.

Acelerar las inversiones en el proceso de transformación renovable mejorará sus ratios medioambientales

En el corto plazo, su estimación es elevar su inversión en un 25% para el periodo entre 2021 y 2023 (respecto a su plan anterior) y alcanzar, para esos años, un volumen de 7.800 millones de euros. Y de esa cifra, la filial de Enel prevé dedicar 3.300 millones de euros a renovables. También hará ‘verde’ su deuda, para que cumpla criterios de sostenibilidad en un 60%.

Iberdrola, por su parte, también ha prometido un plan inversor y aún más alto: de 75.000 millones de euros, de los que la mitad irán a renovables. En ese diferencial inversor entre las dos empresas hay que tener en cuenta que el negocio de Endesa está centrado en la Península Ibérica, mientras que Iberdrola se refiere a inversiones en el conjunto de los países en los que opera (España, Reino Unido, Estados Unidos, Australia…).

A esos planes se unirán los de Repsol y Naturgy. La primera, este mismo jueves. Repsol retrasó la presentación de su nueva estrategia, en principio prevista para la pasada primavera, como consecuencia de la crisis del Covid-19. La pandemia se ha llevado por delante buena parte de las previsiones de las grandes compañías, más aún las de aquellas a las que influye la evolución del precio del crudo.

La empresa liderada por Josu Jon Imaz ahondará en la transformación renovable que hace que la compañía cada vez sea menos dependiente del negocio petrolero.

La siguiente, Naturgy, que presentará sus planes a principios de 2021, al mismo tiempo que desglose sus resultados de 2020. En su caso, previsiblemente, y si la pandemia atempera, el precio del gas habrá vuelto a terreno de cierta normalidad. También se espera que acelere los esfuerzos para apuntalar su negocio ‘verde’.

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