La pandemia abre interrogantes sobre las retribuciones de las cúpulas de las cotizadas

La mala evolución en bolsa o la política laboral son algunos de los factores que, para los asesores de voto, podrían hacer recomendable una bajada de las remuneraciones de los consejos

El informe de retribuciones es el que genera más controversia en las juntas. Foto por Jp Valery en Unsplash

El maquillaje de última hora que ha llevado a cabo la bolsa en 2020, solo oculta parcialmente el fuerte golpe que han sufrido las compañías del IBEX tanto en el parqué (más veinte valores del índice cerraron en negativo), como en sus resultados empresariales.

Las pérdidas acumuladas del IBEX superaban los 10.000 millones hasta septiembre y la caída de beneficios era una tónica general entre las grandes empresas españolas a causa de la pandemia de coronavirus.

Este escenario añade picante al debate sobre las retribuciones de los consejos de administración de las grandes empresas; especialmente si se busca un comportamiento intachable desde la perspectiva ESG.

Aunque las empresas del IBEX han tratado de esquivar la puesta en marcha de ERTE, que habrían limitado su capacidad para distribuir dividendos, es previsible que la caída de resultados fuerce a las cotizadas a tener que reducir estos importes; con el consiguiente impacto para los accionistas.

Una merma que, en un ‘fair play’ corporativo, también debería trasladarse a los sueldos de la cúpula de las cotizadas.

Indicios y precedentes de que se avecinan cambios

A mediados de diciembre, ‘Expansión’ publicaba que el Banco Santander estudiaba congelar el bonus del consejo ante las fuertes pérdidas sufridas en 2020.

Buena parte de los números rojos que va a sufrir el IBEX este año estarán generados por la entidad que, hasta septiembre, perdía 9.000 millones, en gran parte por los ajustes de valor del fondo de comercio.

No sería la primera vez que el banco revisa las retribuciones. En 2019, Ana Botín y José Antonio Álvarez, presidenta y consejero delegado se congelaron el sueldo, en los 11 y los 9 millones, respectivamente.

2019 fue el ejercicio en la que el banco cerró el ERE por la compra del Banco Popular. Entonces, también establecieron que de cara a 2020 y 2021 el salario no podría incrementarse más de un 5%.

El Banco Santander y Caixabank congelaron el sueldo a sus principales ejecutivos el año de los ERE

El Santander no ha sido el único banco que ha congelado sueldos en los últimos ejercicios. Caixabank, que también puso en marcha un ERE ese mismo año para reconfigurar su red de oficinas, hizo lo mismo con la retribución de Gonzalo Gortázar (consejero delegado) y Jordi Gual (presidente).

En pleno plan de recorte de costes -y con la renegociación del convenio de las antiguas cajas de ahorro sobre la mesa-, Caixabank extendió la moderación salarial a sus directivos en 2020, que también vieron anulados los incrementos.

Este ejercicio, con los dividendos limitados, y los resultados dañados por las provisiones para hacer frente al coronavirus, no sería extraño que algunas empresas optaran por la contención salarial de las cúpulas, que, por otra parte es algo a lo que parece que los asesores de voto van a ser más sensibles de cara a las juntas de accionistas de este año.

Endesa, Telefónica, Cellnex… apuestan por los ERE

Aunque las grandes empresas del IBEX han tratado de esquivar los ERTE, pero han sido activas en promocionar los ERE centrados en las salidas voluntarias, como una vía para abaratar sus nóminas. Endesa, Telefónica, Santander, CaixaBank, Cellnex o Acerinox, habrían recurrido a un proceso de este tipo.

Indra también lo propuso, aunque lo ha reconducido a un proceso de bajas voluntarias y prejubilaciones. El Banco Sabadell asimismo ha recurrido al mismo recurso para facilitar la salida de 1.800 trabajadores.

Aunque estos procesos salen adelante previa negociación con los sindicatos, y ofrecen condiciones ventajosas para quienes se apuntan, se utilizan para reducir costes, generan cargos extraordinarios afectando a los resultados, y son un síntoma de un deterioro de las condiciones laborales.

Una suma de factores que parece todo menos un estímulo para mejorar las retribuciones y así lo están dejando entrever algunos asesores de voto, como Glass Lewis.

El escrutinio de los ‘proxy’

Los salarios de las grandes cúpulas del IBEX es el punto que suele generar más conflictividad en las juntas; una tendencia que no parece que por ahora vaya a relajarse.

Las empresas gozan de la ventaja de que los planes de retribución son consultivos. Así, aunque sean rechazados, no tienen que dejar de aplicarse, solo se deben reformular para volverse a votar.

Corporance recomendó votar en contra de un 78% de los informes de retribuciones de 2019

Corporance, el asesor de voto español integrado en la red europea de Expert Corporate Governance Services (ECGS) que lidera Juan Prieto, rechazó en las juntas del año pasado un 78% de los informes de retribuciones correspondientes a 2019 que se presentaron.

Este epígrafe fue, con diferencia, el más rechazado por el ‘proxy’, que también votó en contra de un 20,5% de las propuestas de retribución y de un 33% de lo que se engloba como otras retribuciones.

La sombra de la COVID en las retribuciones

Los proxy ya han ido avanzando cuáles serán sus políticas de voto de cara a las juntas de accionistas de 2021, y Glass Lewis ha sido bastante explícito en que se fijará en que las retribuciones sean equilibradas con la evolución de la empresa en el ejercicio.

«Glass Lewis cree que los resultados de la remuneración deben seguir siendo apropiados para la situación específica de una empresa y las experiencias de sus accionistas y empleados», avanza.

En su guía de voto sobre Europa, que afectaría a España, destaca una serie de hechos que deberían obligar a una empresa a reducir los salarios o los bonus de su consejo, por ejemplo «que se haya producido un hecho extraordinario que haya afectado al precio de la acción».

El comportamiento hacia los trabajadores a lo largo del año de la pandemia, también será otro factor en el Glass Lewis se fijará para establecer sus recomendaciones de voto.

«Por ejemplo, generalmente esperamos que se reflejen en los resultados de la remuneración de los ejecutivos despidos sustanciales de la fuerza laboral, bajas, acuerdos de trabajo de tiempo reducido, congelaciones de salarios», enumera.

Y sobre las perspectivas para el futuro, Glass Lewis también advierte que podrían plantear «alguna inquietud» con la política de retribución, si existen evidencias de que el incremento del salario fijo de los ejecutivos «está superando sustancialmente los aumentos salariales de los empleados».

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