Relevo en el IBEX: radiografía de Fluidra

El plan ESG puede ser una de las claves de su 'Investor Day'. En 2020 participó por primera vez en el CDP (Carbon Disclosure Projects) de transparencia medioambiental

Este lunes 29 de marzo el IBEX 35 cotiza renovado. La fusión de Bankia con Caixabank ha permitido la incorporación de Fluidra al principal índice de la bolsa española. Una compañía muy diferente, por su propia actividad y, también, en lo relativo a la gestión ESG (Environmental, Social & Corporate Governance).

Fluidra, que tiene el foco en el negocio de las piscinas, ha llegado al Ibex con una capitalización en el entorno de los 4.600 millones de euros, que no está lejos de los 5.400 millones con los que se ha despedido Bankia.

Sin embargo, en materia ESG aún tiene pendiente lograr las calificaciones que otorgan las principales agencias internacionales en estas cuestiones (MSCI, Sustainalytics y S&P), lo que permite a los inversores saber -gracias a la certificación de un tercero- cómo se está comportando una compañía en cuanto a la sostenibilidad medioambiental, social y de gobierno corporativo. Rating que, además, cuando alcanzan sus cotas más altas, permiten formar parte del Índice SOCIAL INVESTOR.

En realidad, que carezca de estas valoraciones no es algo nuevo en el caso de una firma que consigue escalar hasta el principal selectivo de la bolsa española. Las últimas compañías en ‘alcanzar’ el IBEX iban rezagadas en esta materia (Almirall, Solaria y PharmaMar) y han comenzado a buscar las calificaciones una vez lograron posicionarse en el IBEX.

La compañía presidida por Eloi Planes no desvela aún qué va a hacer a partir de ahora en ESG, aunque lo previsible es que aumente la visibilidad ante los inversores, ya sea en encuentros ‘cara a cara’ o en un Investor’s Day en el que presente sus prioridades.

Sus pasos en ESG con BlackRock en el accionariado

Dado que la ESG está en el foco de grandes nombres de la inversión institucional, como el gigante BlackRock (que tiene el 3% de Fluidra, según figura en la CNMV), las exigencias, sobre todo las medioambientales en un negocio ligado al agua, parecen obvias.

De momento, aunque no tenga calificaciones ESG, Fluidra sí ha dado pasos en esta materia. El pasado año fue el primero en el que participó en el ranking CDP, clasificación de compañías que mejor informan sobre su impacto medioambiental.

Obtuvo una nota C, en una clasificación donde A es la nota más alta y D, la más baja. Aunque también contempla una F, para aquellas empresas a las que se les han solicitado datos pero declinan participar, como había ocurrido con Fluidra en los ejercicios anteriores. 

La compañía, aunque nueva en el IBEX, ya forma parte del FTSE4Good Index

Además del CDP, la otras patas ESG que ha mantenido hasta ahora Fluidra, en cuanto a revisión externa, pasan por su pertenencia al FTSE4Good Index, que conlleva una revisión de sus políticas ESG por parte de la cabecera de este índice FTSE Russell. Se trata de un índice de la misma familia del FTSE4Good IBEX, que como el Índice SOCIAL INVESTOR, está siendo más resilente a la última tormenta bursátil y del que Fluidra también forma parte. 

En cuanto a cómo ha afrontado hasta ahora la ESG la nueva compañía del IBEX, la última información oficial al respecto la indicó en su Informe Integrado de 2019. En él, cuando la pertenencia al selectivo aún no se vislumbraba en el horizonte, aseguraba que la compañía estaba comprometida, voluntariamente, con la implantación de Diez Principios establecidos por Naciones Unidas (ONU) para el desarrollo sostenible, los ODS. 

Y, respecto a quién tiene atribuidas, hasta el momento estas responsabilidades, lo enfocaba en la Responsabilidad Social Corporativa y no contaba, por tanto, con una comisión de Sostenibilidad.

En lo referente a la gestión de riesgos, sí incluía entonces el climático. En este aspecto abarcaba “las posibles pérdidas económicas derivadas de movimientos adversos en determinadas variables climáticas tanto a nivel global como local en alguna de las regiones o países donde actúa Fluidra”, según indica en el informe de 2019 y a la espera que comunique el del pasado ejercicio.

“Se determina un riesgo e impacto financiero derivado de una posible menor venta de productos de temporada, si bien, en ciertas zonas puede alargarse la época de calor y obtener mayores ventas recurrentes. La sistemática seguida para cubrir el riesgo actualmente consiste en la diversificación geográfica del negocio”, apunta entre otras variables.

Esquiva la crisis del Covid 19 por la exigencia de ‘quedarse en casa’

Al margen de esos riesgos y de sus previsiones de avances ESG, una vez la compañía está más bajo la lupa del inversor responsable -tras llegar al IBEX-, Fluidra ha esquivado la crisis económica provocada por la pandemia. 

La compañía cerró el ejercicio 2020 multiplicando por 11 su beneficio, hasta los 96,4 millones de euros. Un resultado conseguido pese a que el avance de ingresos fue más modesto, de casi el 9% (1.488 millones) de euros. 

La compañía catalana reconoce que en el año del Covid 19 se vio beneficiada por el efecto ‘quedarse en casa’, que le ha permitido reforzar su balance y reducir su pasivo, en un 23%.

Fluidra impulsa un 90% el dividendo tras multiplicar por 11 su beneficio

Tras esos resultados, la semana pasada comunicó que va a disparar el dividendo en un 90%, hasta 0,40 euros por acción, dividido en dos pagos de 0,2 euros por título, que abonará en julio y noviembre.

Los más beneficiados de esta política de retribución serán el fondo Rhône Capital que, como accionista individual, controla el 21,4% de la compañía. Y las familias fundadoras (Planes, Garrigós, Serra y Corbera), que suman el 25%, según los datos que figuran en la CNMV.

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