El viento y el carbono alimentan los ‘profit warning’

La transformación energética genera nuevas justificaciones para las revisiones a peor de las expectativas de beneficios

La frase «apenas sopla viento» comienza a tener implicaciones palpables de tipo financiero. La transformación energética está alentando una nueva generación de razones por las que revisar a peor -o advertir al mercado de que existe eso riesgo- las estimaciones de beneficios.

Además de la revisión de previsiones de Vestas esta semana -que está sufriendo al igual que Siemens Gamesa por el encarecimiento de las materias primas-, los fenómenos climáticos comienzan a ser una fuente constante de motivos para alertar al mercado sobre las expectativas de resultados.

Este jueves, el gigante de la eólica marina Orsted ha advertido que la baja velocidad del viento podría repercutir negativamente en sus previsiones de resultados y ha colocado sus estimaciones de ebitda en el rango bajo de su objetivo, que estaba fijado entre los 15.000 y 16.000 millones de coronas danesas (2.400 millones de dólares).

La danesa, que es la mayor empresas especializada en este tipo de generación del mundo, circunscribe ese objetivo a que la velocidad del viento se mantenga dentro de la normalidad lo que queda de año, lo que dejaría abierta la puerta a una nueva revisión a la baja.

Según recoge Bloomberg, la velocidad habitual del viento es de 8,6 metros por segundo, pero durante el segundo trimestre se ha limitado a los 7,8 metros; lo que tiene un impacto significativo para la empresa.

Y no es la única compañía que está sufriendo por este mismo problema. RWE ha avanzado también este jueves que el cambio en la velocidad del viento habría afectado negativamente a los resultados de su división de eólica marina.

Los efectos del clima en los resultados

Además del viento, el sector de servicios públicos europeos -las ‘utilities’- también están sufriendo las consecuencias de las alteraciones climáticas en sus resultados; justo por lo que complica los precios de la energía en España: por la utilización de fuentes de energía no renovables para cubrir el exceso de demanda.

Este miércoles, otra empresa germana, Uniper, fue la que advirtió del impacto negativo en sus beneficios de la utilización de sus instalaciones de generación de gas y carbón para cubrir el exceso de demanda provocada por los fenómenos climáticos vividos este año y por la reactivación económica.

El aumento de emisiones por la mayor demanda impacta en las ‘utilities’

Uniper no hizo referencia a los precios del gas, sino al sobrecoste que debe asumir por tener que adquirir más derechos de emisión de carbono para cubrir el coste de estas mayores emisiones.

En concreto, la compañía advirtió que el volumen de contaminación de su división energética sería un 21 por ciento superior a la de 2020 -la pandemia redujo de forma significativa la demanda-.

Esta nueva expectativa es notablemente superior a su guía previa, cuando anticipa que el incremento se limitaría a un 9 por ciento.

Para la firma germana, al mayor volumen de emisiones se suma al otra circunstancia: el fuerte encarecimiento del precio del carbono; que todavía penaliza más sus costes de la alemana.

Los contratos en la Unión Europea -que son los que debe adquirir la empresa germana- se encarecen un 75 por ciento este año y cotizan en la zona de los 57 euros la tonelada, que coincide con los máximos del año y de su historia.

Para la compañía este sobrecoste se tradujo en una reducción del 16 por ciento en su cifra de beneficio de la primera mitad del año, hasta los 580 millones de euros.

Fortum Oyj es el accionista mayoritario de Uniper, pero no ha tenido que revisar a la baja sus estimaciones.

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