El factor España coloca a Iberdrola y a Enel a la cola de las utilities europeas

La compañía con sede en Bilbao y la matriz de Endesa acumulan caídas que rondan el 10 por ciento en septiembre

Panel solar.

En pocos días las grandes cotizadas pasarán por el escrutinio de presentar sus resultados financieros del trimestre estival. Un paso obligado que en el caso de un sector, el de las ‘utilities’ europeas, va a estar marcado por una cuestión clave: cómo están reaccionando al ‘rally’ de precios de la electricidad y si las regulaciones de cada uno de los mercados está conllevando fluctuaciones en bolsa.

Y en ese análisis, al menos en lo que va de mes de septiembre, hay dos compañías que están siendo más golpeadas en cuanto a su cotización.

Son Iberdrola y Enel, la matriz de la eléctrica española Endesa, de la que controla más de siete de cada diez acciones. Es decir, las dos compañías más expuestas al mercado español, el único país que ha optado por intervenir en los precios del gas para controlar la factura de la electricidad.

Entre el inicio de mes y hasta este lunes 27 de septiembre, el grupo español acumula un retroceso en el parqué de más del 12 por ciento, mientras que la compañía italiana cede un 9 por ciento. 

En el caso de Endesa, la compañía encabezada por José Bogas está entre ambas, ya que la caída de su cotización en septiembre alcanza el 10 por ciento.

Así se deduce de un análisis de las principales ‘utilities’ europeas, ligadas al sector de la energía.

Un escrutinio que pone de relieve que, salvo casos puntuales, la mayoría de compañías reducen su capitalización en torno a un 2 o un 3 por ciento, como queda reflejado en los casos de las alemanas RWE o Eon, la francesa Engie o la británica National Grid.

Las diferencias en el mercado ibérico

En algunos casos, como el del grupo portugués EDP, su cotización permanece prácticamente invariable, manteniéndose en los 4,6 euros la acción en lo que va de mes.

Este caso es significativo porque Portugal comparte el mismo marco energético que España, ya que ambas naciones cuentan con el Mercado Ibérico de Electricidad (Mibel). 

Pero hay diferencias. En España el precio de la luz para los clientes con tarifas reguladas, la mayoría, se marca de forma diaria, por lo que influye en si en una jornada es el gas el que determina el precio -por ser la última tecnología en entrar en la subasta- definiendo el precio de todas las energías de la ‘cesta’ para ese día en cuestión.

En cambio, en Portugal, las tarifas cuentan con un factor correctivo trimestral, que equilibra los precios -los consumidores salen beneficiados en casos de subidas en los mercados mayoristas y no tanto si hay rebajas- y que España, de momento, no se ha planeado.

En cambio, el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha optado por poner en marcha medidas para intervenir en los precios del gas, para poner un límite a lo largo de los próximos meses que, sin embargo, habrá que devolver a las eléctricas a partir del próximo mes de marzo. 

Una intervención que, en lo que ha cotización se refiere está golpeando a las dos ‘utilities’ más expuestas al mercado español. 

La solución de Draghi

En Italia, en cambio, que por su factor geográfico también comparte contexto con España o Portugal, se ha optado por una solución diferente.

El primer ministro Mario Draghi se hará cargo de parte de la factura de los consumidores -apoyándose en fondos europeos- para mitigar así el alza de los precios del gas. Lo que puede conllevar un impacto de alrededor de 3.000 millones de euros.

De esta forma, el ex máximo responsable del Banco Central Europeo ha optado por esquivar el impacto a las compañías, de forma que a Enel lo que le está pesando es el impacto de la intervención en el mercado español.

Como indicativo, de los casi 18.000 millones de resultado de explotación (Ebitda) de Enel en el último año, cerca de 4.400 los aportó el mercado ibérico, mientras que Italia supuso el doble más de 8.200 millones.

Además, a las 'utilities' que operan en España les está impactando la nueva regulación en sus estimaciones de resultados. En el caso de Endesa, por ejemplo, la previsión de beneficio neto para este año ha pasado de 1.707 a 1.591 millones. En el caso de Iberdrola le revisión a la baja ronda los 100 millones, un 1,3 por ciento del resultado acumulado.

El factor electoral alemán

En otros mercados, como Alemania, el impacto de los precios del gas está limitado dado que en ese país aún tienen un fuerte peso las centrales que emplean carbón como materia prima. Mucho más contaminantes que el gas -en España están en proceso de cierre- y que tienen que ir rebajando su contribución al sistema si Alemania quiere acelerar con sus objetivos de descarbonización.

Un eje hacia las renovables que ha sido clave en las elecciones de este domingo, donde se elegía al sucesor de Angela Merkel en la cancillería y donde, si las negociaciones salen adelante, puede haber un gobierno integrado por socialistas, verdes y liberales que ahonde en esa transición hacia las renovables.

Un resultados electoral -que también permite reeditar la gran coalición entre los conservadores (CDU-CSU) y los socialistas- que ha derivado en que las dos ‘utilities’ germanas cierren la sesión del lunes con signo desigual, pero tenue. Mientras Eon recortó su valor este lunes un 0,2 por ciento, RWE remontó un 0,8. En este caso, la evolución de las negociaciones y las previsiones de un nuevo marco regulatorio pueden marcar el rumbo.

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