El baile de sillas en las fusiones bancarias reta a la ESG

Se barajan nombres para los nuevos consejos de administración incluso antes de que los inversores conozcan los términos de las fusiones

Tres fusiones en el horizonte que van a cambiar el panorama bancario español y una misma preocupación: quién va a ocupar qué puesto en los consejos de administración, incluso antes de que los inversores conozcan los términos de la posible integración.

Pasó en el primer intento de integración de Unicaja-Liberbank, donde -o al menos así trascendió en prensa- Manuel Azuaga y Manuel Menéndez habían alcanzado un acuerdo previo para repartirse la presidencia y el puesto de consejero delegado. Habrá que esperar a cómo se resuelve su integración para confirmarlo.

En el caso de Caixabank-Bankia, aunque el proceso fue mucho más rápido, también se definió desde los primeros compases el tándem Goirigolzarri-Gortázar; primero adelantado en prensa, y luego confirmado por ‘hecho relevante’ a la CNMV. Ahora se especula con una vicepresidencia para Josep Oliu si fructifica la integración BBVA-Sabadell. Habrá que ver si, de nuevo, los periodistas aciertan.

La gobernanza de los grandes bancos españoles se convierte en uno de los grandes retos en materia ESG

La manera de repartirse -o heredar el poder- en la banca española se ha cuestionado en algunas ocasiones. La más reciente fue el relevo de Francisco González por Carlos Torres en BBVA. El banco tuvo que revisar la atribución de poderes de Torres para limar asperezas con el Banco Central Europeo (BCE), que quiere bancos donde el presidente tenga una función institucional y no ejecutiva.

Estos conflictos de gobierno es uno de los grandes retos en materia ESG (Environmental, Social y Corporate Governance) de la banca española. De estas tres siglas la G, está entre los aspectos donde las entidades financieras de nuestro país están más retrasadas, según indican las diferentes firmas de análisis especializadas en la materia. La gobernanza de los grandes bancos españoles se convierte en uno de los grandes retos en materia ESG

El calendario y los nombres sobre la mesa

El próximo mes de diciembre será clave para el futuro de las fusiones. A principio de mes están convocadas las juntas de Caixabank y de Bankia, para dar vía libre a su integración.

Un mes que también será definitivo para ver cómo se resuelve el proceso de revisión (‘due diligence’) abierto por BBVA y Sabadell para decidir si siguen el mismo camino. También antes de que acabe el año está previsto que los consejos de Unicaja y Liberbank den vía libre su fusión.

Y en estos procesos de diálogo ya hay nombres que están sobre la mesa, para decidir si continúan o no moviendo los hilos de la banca. Por ejemplo, a sus 71 años, Josep Oliu, se perfila como vicepresidente de la entidad que nazca de la unión de la Sabadell (que preside) y BBVA. Mientras que el presidente de esta última, Carlos Torres, seguiría como número uno.

Sin embargo, persiste la incógnita sobre qué ocurrirá con Jaume Guardiola, el actual consejero delegado de Sabadell; y con el turco Onur Genç, su contraparte en BBVA.

Hay que recordar que Oliu es uno de los históricos del sector de la banca en España. Fue nombrado consejero de Sabadell en 1990 y ocupa la presidencia desde 1999. En cambio, Carlos Torres sólo lleva dos años al frente de BBVA, tras el adiós a la entidad de Francisco González.

Diciembre será clave: se aprobará la integración de Bankia en Caixabank y se definirán las de BBVA- Sabadell y Liberbank- Unicaja

Algo similar ocurre en las uniones de Caixabank y Bankia; y de Liberbank y Unicaja. Los primeros ya pactaron que José Ignacio Goirigolzarri (actual presidente de Bankia) tendrá la presidencia ejecutiva tras la absorción por Caixabank; mientras Gonzalo Gortázar ocupará el cargo de consejero delegado, el mismo que tiene hoy en Caixa. Sin embargo, su actual presidente, Jordi Gual, abandonará la entidad, previsiblemente, tras la junta de diciembre.

El nuevo banco, que será la mayor entidad de España, tendrá un consejo de administración compuesto por dos consejeros ejecutivos y nueve independientes. Eso sí, de esos nueve nombres, seis serán propuestos por Caixabank.

Mientras, en la unión de las dos entidades más pequeñas, el consejero delegado de Liberbank, Manuel Menendez se perfila como el nuevo CEO de la entidad fusionada, mientras que Manuel Azuaga, presidente de Unicaja, mantendría la presidencia pero de forma transitoria, según la información publicada por Cinco Días.

Azuaga tiene 73 años y preside la entidad andaluza desde junio de 2016, aunque es consejero desde 2011. Precisamente, ese mismo año llegó Menéndez al puesto de CEO de Liberbank, cargo que mantiene desde entonces.

Cuestión al margen, pero también relevante para la ESG, es el recorte masivo de empleos que se prevé en el sector una vez culminen estas integraciones. Sólo en el caso de BBVA y Sabadell se estima que puede poner en riesgo el puesto de trabajo 8.000 empleados.

Rating dispar y con riesgo

Los bancos llegan a este nuevo baile de fusiones y de cambios en los consejos con unos rating de ESG dispares que, además presentan riesgo medio o alto.

Respecto a este último aspecto, Sustainalytics otorga puntuaciones que apuntan a un riesgo ESG medio a Bankinter (22.3), Caixabank (22.6), además de a Santander (27.1), que de momento queda fuera de esta oleada de integraciones. En cambio, concede puntuación de riesgo ESG alto, por encima de 30, a BBVA (30.3), Sabadell (31.7) y a Bankia (32.8). Liberbank y Unicaja no están presentes en estas calificaciones sobre sostenibilidad y buen gobierno.

Además, la filial de Morningstar destaca dos ámbitos en los que deben mejorar los seis grandes bancos. El primero es el gobierno corporativo, precisamente donde encaja la función de los consejos de administración. El segundo, la ética en los negocios.

En cuanto a la clasificación de rating de MSCI, otorga la mejor calificación (AAA) a BBVA; por delante de la AA de Caixabank y la A de Bankinter; además de la BBB de Santander. De la entidad presidida por Ana Botín considera que va rezagada tanto en conducta corporativa como en seguridad financiera de sus productos.

MSCI no valora con rating ni a Bankia ni a Bankinter. Respecto a las medallas de S&P SAM, el oro sólo lo otorga a Santander, mientras que la planta la concede a BBVA y el bronce a Caixabank. Una disparidad de valoraciones que pone de relieve los diferentes criterios que valoran, en mayor y menor medida, cada firma de análisis ESG.

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