Las tres peticiones de Ana Botín: regulación, armonización y consenso net zero

La presidenta del Banco Santander insta a que se regule de forma activa para forzar a las pymes a reverdecerse, y pide armonización en materia de riesgos climáticos a los supervisores

La banca europea cuenta con meses por delante muy intensos -antes del 31 de marzo se publicarán los primeros test de estrés climáticos en la Unión Europea-, y está preocupada por la divergencia regulatoria y supervisora que existe entre países.

La presidenta del Banco Santander, Ana Botín, durante la conferencia organizada por el banco este miércoles en relación con la cuenta atrás hacia la COP 26, solicitó un esfuerzo colectivo entre los distintos supervisores mundiales, de manera que se pudieran armonizar los distintos modelos para que las entidades financieras tuvieran visibilidad sobre cuál es el coste de capital de estos riesgos.

«El no tenerlo puede generar impactos no deseados», advirtió. Botín, que preside una entidad que opera en distintas economías, pidió un esfuerzo al Banco Central Europeo, la Fed o el Banco Central de Brasil, entre otros, para que traten de armonizar los sistema de medición de estos riesgos; que se da por supuesto que generarán nuevos requerimientos de capital.

También pidió un esfuerzo extra en materia regulatoria para empujar la transformación verde de las pymes, que son tan relevantes, por ejemplo, para la economía española y explicó que este tipo de compañías ahora mismo están más centradas en poder pagar las nóminas, que en asegurar su transformación verde.

Las empresas están más centradas en pagar las nóminas que en su transformación verde

«Los bancos no podemos ser la policía de nuestros clientes. Necesitamos que se creen normas que fuercen ese paso en las pequeñas y medianas empresas», señaló.

Para la ejecutiva, las entidades financieras pueden ser asesoras, pero no tratar de forzarlas a dar el paso; una ‘obligación’ que, para Ana Botín, debe recaer en los distintos gobiernos.

Compromisos adquiridos

El Santander se ha comprometido a ser cero emisiones en 2050 y a presentar objetivos intermedios. Botín recordó que ya se han establecido algunos compromisos claros para ciertas industrias -como la del carbón- y avanzó que se están manteniendo conversaciones para avanzar en otras muchas.

Sin embargo, mientras que las grandes empresas están muy concienciadas de este paso, las pymes están mucho más alejadas de esa realidad y también muchos países.

En este sentido, respecto a la COP 26, pidió que se logre un amplio consenso y que todos los países del mundo se comprometan con las «cero emisiones».

Para Botín, ese es el único camino que asegura, por ejemplo, que se pueda hacer una transición coordinada en pasos tan importantes como el abandono de los combustibles fósiles y en este sentido insistió en la necesidad de incorporar a los países emergentes.

Botín demanda que se estandarice el modelo de reporting de sostenibilidad

En ese esfuerzo por armonización también hizo hincapié en la necesidad de que se estandaricen a nivel mundial los datos que se exigen a las empresas en materia de sostenibilidad.

La Unión Europea está trabajando en una reforma de la Directiva de Información No Financiera, en la que pretende incluir un modelo de reporting de datos de sostenibilidad armonizado, pero, por el momento, no existe consenso para presentar una iniciativa conjunta.

También consideró básico que se estableciera un marco para encontrar una valoración adecuada para el precio del carbono. Por el momento, existen fuertes divergencias entre unas economías y las otras y no se ha logrado un consenso que fije su valor a nivel internacional.

Esta demanda se ha producido en un momento en el que precio del carbono marca máximos en Europa, alentando el debate sobre su culpabilidad en el incremento del coste de la electricidad.

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